La Generación del 98: Definición y Características
Definición
El término Generación del 98 fue acuñado por Ortega y Gasset y popularizado por Azorín para referirse a una serie de escritores españoles que vivieron en su juventud el desastre colonial, se muestran preocupados por la realidad española y adoptan ante ella una actitud crítica. Por tanto, rechazan la realidad e intentan meditar sobre la época que les tocó vivir.
Según Azorín, los rasgos comunes que poseían los miembros de la Generación del 98 eran:
- Espíritu de “rebeldía” frente a las corruptelas políticas y sociales de la Restauración.
- Apertura hacia la cultura europea coetánea e interés por algunos de sus intelectuales y escritores más significativos (Nietzsche, Verlaine, Gautier, etc.).
- Simpatía por los románticos, especialmente por Larra.
- Deseo de redescubrir valores olvidados o aspectos abandonados de la realidad española (el paisaje, los viejos pueblos y ciudades, etc.) y de su tradición literaria primitiva (Berceo, Juan Ruiz, Jorge Manrique, etc.).
- Una atención y cultivo acendrado del idioma para “agudizarlo” y enriquecerlo con la recuperación de las “viejas” y “plásticas” palabras, capaces de «aprisionar menuda y fuertemente la realidad».
El núcleo del grupo fue el llamado «Grupo de los Tres», integrado por Azorín, Pío Baroja y Ramiro de Maeztu, que en 1901 publican un manifiesto en el que denuncian el clima de descomposición espiritual de España y expresan su deseo de ayudar a la regeneración del país. Esta actitud coincide con la de otros intelectuales como Unamuno o Valle-Inclán. Todos colaboraban en revistas y diarios con esta preocupación de regeneración política.
Su preocupación por la mejora social y la regeneración de España pasaba por el rechazo a la Restauración borbónica y la búsqueda de una respuesta abstracta. En general, todos evolucionaron ideológicamente a lo largo de sus vidas; desde movimientos anarquistas y revolucionarios, dieron un giro hacia posturas idealistas y abandonaron la acción.
Características
Los autores de la Generación del 98 defienden que el arte en general, y la literatura en particular, parten de la realidad; pero no puede confundirse con ella al revelarse como un producto con identidad propia. Por lo tanto, sus obras no pretenden abarcar la totalidad del mundo, sino que se proponen reflejarlo de manera fragmentaria.
Sus rasgos principales son:
- Irrupción del subjetivismo. Ya no satisface la reproducción de la realidad, sino su reflejo en el individuo y los procesos que desencadena en la conciencia, es decir, la realidad queda fuertemente teñida por la sensibilidad personal.
- Clara preocupación artística con el propósito de renovar no solo el estilo, sino también las estructuras y las técnicas narrativas.
Características Temáticas
- El tema existencial. Influenciados por los filósofos irracionalistas (Schopenhauer, Kierkegaard, Nietzsche) sienten preocupaciones existenciales y tuvieron una actitud vital trascendente. Se plantearon interrogantes sobre la existencia humana, el tiempo, el sentido de la vida humana y la muerte, etc. y tratan la angustia vital, las preocupaciones existenciales y el pesimismo.
- El tema religioso. Muy vinculado con el anterior, ya que Dios puede ser lo que dé sentido a la vida humana. La existencia o la no existencia de Dios, el problema del alma y la inmortalidad, la fe, la razón y el corazón, son preocupaciones que aparecerán en sus textos.
- El tema social y político. Todos estos autores intentaron, en uno u otro momento de sus vidas, transformar la vida española: analizaron las causas de la decadencia del país, así como los problemas concretos que existían en los primeros años del siglo. Expresan en sus obras su inquietud y conceden gran importancia a la regeneración nacional. Adoptan una postura idealista ante la regeneración social, alejada de la realidad. Ante los problemas concretos ofrecen respuestas filosóficas.
- El tema de España se convierte en el eje central de sus obras. Parten de un conocimiento profundo de la realidad española que consiguen a través de sus viajes y de la lectura de los autores clásicos, por lo que realizan una revisión del pasado histórico y critican los gobernadores corruptos, el atraso del campo y los vicios nacionales.
- La mayoría de los escritores proceden de la periferia, sin embargo, sintieron una especial atracción por el paisaje castellano y sus gentes. Unamuno creó el concepto de “intrahistoria” para referirse a la vida cotidiana en la que se insertan los grandes acontecimientos históricos.
- El deseo de modernizar el país les hace volver sus ojos a Europa y expresar la necesidad de “europeizar España”, aunque también hubo actitudes que reivindican los valores nacionales y pretenden “españolizar Europa”.
- La literatura es otra de sus preocupaciones. Sienten admiración por autores como Larra (considerado un precursor), Fray Luis, Quevedo, el Poema del Cid, el Arcipreste de Hita y sobre todo Cervantes (renovaron la interpretación del Quijote).
Características Estilísticas
Para los autores del 98 es más importante el contenido que la expresión. Sin embargo, tienen ciertos rasgos estilísticos comunes:
- Cierto cuidado por la expresión frente al estilo descuidado de algunos escritores realistas.
- El cuidado del estilo no oculta la búsqueda de un ideal de sobriedad y concisión, una voluntad antirretórica, que les llevó también a reaccionar frente a la ampulosidad de los autores de la generación anterior.
- Gusto por las palabras castizas, tradicionales, arcaicas, procedentes de los oficios ancestrales o de la literatura antigua.
Miembros del Grupo y su Contribución a la Modernización Literaria
Algunos miembros del grupo contribuyeron a la modernización de los géneros literarios que cultivaron:
- Unamuno renovó el ensayo, utilizando un lenguaje sencillo, fluido, cercano al lector.
- Azorín está considerado como el inventor de la prosa moderna en español, al pasar de los amplios periodos de los realistas a un lenguaje construido por frases breves, generalmente yuxtapuestas, en un tono enunciativo con una adjetivación sobria.
- Valle-Inclán, con la creación del esperpento, alumbró una nueva forma de describir la realidad en la novela y el teatro.
- Machado y Baroja llevaron a la poesía y a la novela un lenguaje eficaz, claro y preciso, subordinado siempre a los sentimientos o acciones que a través de la obra literaria se quieren transmitir.
Variedades Geográficas Septentrionales del Castellano
Ocupan el área geográfica donde nació el castellano y se expandió hasta el siglo XII: Cantabria, este y centro de León, La Rioja, sur de Navarra, Soria, Salamanca, Ávila, Madrid, Guadalajara, Cuenca y el norte de Albacete y Toledo. Ciudad Real y sur de Albacete son áreas de transición entre las variedades septentrionales y meridionales. Se caracterizan por el conservadurismo, es decir, poca tendencia a la evolución. Sus principales rasgos lingüísticos son:
- Diferenciación entre /s/ y /z/ (casa, caza).
- Pérdida ocasional de d en el participio de los verbos de la primera conjugación: [cansao, revisao].
- Pronunciación interdental de la –d al final de palabra: amistad > [amistaz], Madrid > [madriz].
- Leísmo (*el paraguas me le dejé en casa) y laísmo (*la dije que viniera).
- Yeísmo, uso del sonido /y/ en lugar del sonido /ll/ [desarroyo].
Los Dialectos del Castellano
Los dialectos no presentan diferencias normativas frente al castellano. Las divergencias se limitan al campo del vocabulario y la pronunciación. Llamamos dialectos meridionales a las variedades que surgieron a partir del siglo XVI en la mitad sur de la Península y en Canarias: andaluz y canario como dialectos, extremeño y murciano como hablas o dialectos de transición. En estas regiones han tenido lugar desarrollos fonéticos peculiares, llegando incluso a originar un sistema fonológico distinto del castellano. Hay tres características comunes a todos los dialectos meridionales:
- El yeísmo o pronunciación de /ll/ (palatal lateral sonora) como /y/ (palatal sonora). Caballo > [cabayo].
- Relajación de /-s/ implosiva que puede dar lugar a:
- Una aspiración ante vocal o pausa (Lah niñah) o su eliminación ante vocal o pausa, abriéndose la vocal: (lä niñä).
- Se aspira y acomoda ante consonante, tomando su punto de articulación: obispo > [obihpo] > [obippo].
- Relajación de las consonantes sonoras intervocálicas (/b/ /d/ /g/): vestido>[vestío]>[vehtío], Miguel Ángel>[migelägë] que puede llegar incluso a su pérdida ”miaja” por migaja, “caeza” por cabeza, “pare” por padre, “juar” por jugar.
El Andaluz
El castellano llegó a Andalucía en el siglo XIII, pero no se generalizó hasta finales del siglo XV, al conquistarse el reino de Granada. Esta generalización tardía dio al andaluz algunos de los rasgos que le son característicos, entre ellos:
- Una entonación más variada y ágil, un ritmo más rápido y vivaz y una fuerza expiratoria menor.