El Realismo y el Naturalismo en la Literatura Española del Siglo XIX
En la segunda mitad del siglo XIX se consolida el sistema capitalista, que produjo cambios sociales y políticos. También se gestaron los estados en sentido moderno, con un gobierno central, una legislación unitaria, etc. Los países acaban su unificación. En España sigue habiendo continuos cambios de gobierno.
Corrientes Filosóficas del Realismo
Los movimientos filosóficos del realismo son:
- Positivismo: no existe más realidad que los hechos perceptibles ni es posible otra investigación que no sea la del estudio empírico de esos hechos o de las relaciones existentes entre ellos. La observación rigurosa y la experiencia son las bases de la filosofía positivista.
- Evolucionismo: según el cual los diversos seres vivos resultan de la evolución y selección natural de los mejores adaptados al medio.
- Marxismo: propone transformar el mundo. En El capital, Karl Marx estudia la sociedad capitalista, sujeta también a unas leyes específicas.
Características de la Literatura Realista
La repercusión de todas estas ideas en el arte, en general, y en la literatura, en particular, de la segunda mitad del siglo XIX es decisiva, como se comprueba en los siguientes rasgos generales de la literatura realista:
- Observación y descripción precisa de la realidad: la vida real es el objeto que el autor recrea en sus obras.
- Ubicación próxima de los hechos: las obras se sitúan en el presente y en lugares próximos. La mirada se desplaza a lo cotidiano.
- Frecuente propósito de crítica social y política.
- Estilo sencillo y sobrio: no solo abandonan los temas legendarios del Romanticismo, sino que rechazan la pomposa retórica romántica. El ideal de estilo es la caridad y la exactitud.
- Predilección por la novela: el género literario por excelencia fue la novela. Según los realistas, la prosa narrativa era el género adecuado para reflejar la realidad en su totalidad.
Características de la Novela Realista
Los rasgos típicos de la novela realista son:
- Verosimilitud: las historias son como fragmentos de realidad aunque inventadas por su autor. Han desaparecido del relato los sucesivos inverosímiles, los hechos maravillosos y las aventuras insólitas.
- Protagonistas individuales o colectivos.
- Narrador omnisciente: el narrador maneja por completo los hilos del relato; conoce hasta los más ocultos pensamientos de los personajes, interviene en la obra con juicios sobre hechos y personajes y con observaciones dirigidas al lector. Ello no es incompatible con fingir.
- Didactismo: pretenden con sus novelas ofrecer una lección moral o social. Ello es así en las llamadas novelas de tesis, en las que el escritor desea demostrar una idea general a la que quedan subordinados el argumento, los personajes y el ambiente de la obra.
- Estructura lineal: los hechos ocurren de manera lineal en el tiempo.
- Descripciones minuciosas: son descripciones detalladas, de modo que muchas veces predomina en las obras la descripción sobre la narración.
- Aproximación del lenguaje al uso coloquial: los autores se esfuerzan en adecuar el lenguaje a la naturaleza de los personajes.
El Naturalismo
Aparece el Naturalismo como corriente literaria cuyo impulsor principal fue Zola, donde el novelista, a semejanza del científico, ha de experimentar con sus personajes para comprobar cómo se modifican sus reacciones según cambian las circunstancias y teniendo siempre en cuenta su particular condición biológica heredada. En cuanto al punto de vista narrativo, si el papel del científico consiste sólo exponer y analizar los hechos, así ha de proceder el novelista.
Las novelas tienen, además, una intención moral. Influenciados por las ideas socialistas, los naturalistas piensan que, ya que no se puede modificar la herencia biológica, sí es posible igualar las condiciones sociales en que viven los hombres.
La Poesía en el Realismo
Destaca una poesía que exalta los valores familiares y religiosos. Se distinguen tres tendencias:
- Poesía realista antirretórica: destaca Ramón de Campoamor.
- Poesía realista grandilocuente: destaca Gaspar Núñez de Arce.
- Poesía intimista posromántica: destacan Rosalía de Castro y Bécquer, que retoma los temas del romanticismo español con un estilo que es precursor de lo que viene después.
La Prosa en el Realismo
Aparecen las novelas regionales, que narran costumbres locales, y las novelas de tesis, que defienden postulados ideológicos. Algunos autores son:
- Fernán Caballero: La gaviota y La familia de Alvareda.
- Pedro Antonio de Alarcón: El sombrero de tres picos y El amigo de la muerte.
También son importantes Juan Valera con Juanita la Larga y Morsamor; José María de Pereda con La puchera y Peñas arriba; Emilia Pardo Bazán con Cuentos de Navidad y Cuentos de amor.
Benito Pérez Galdós
Destaca Benito Pérez Galdós: fue un notable dramaturgo. Dentro de su narrativa podemos distinguir entre los Episodios Nacionales y el resto de sus obras, que se dividen en tres grupos:
- Primeras novelas: publicadas durante la década de los sesenta, casi todas son novelas de tesis con intención didáctica. Ejemplos son Doña Perfecta, Gloria o Marianela.
- Novelas españolas contemporáneas: novelas que publicó a partir de La desheredada (1881). Esta magnífica obra, influida en parte por las ideas naturalistas de Zola, no presenta ya de forma elemental acciones y personajes. Algunas obras son Fortunata y Jacinta (1886-87), su obra más ambiciosa o La Regenta.
- Últimas novelas: la crisis de la estética realista y el interés por buscar nuevos cauces expresivos se manifiestan claramente en sus novelas desde 1889. Ejemplos son Nazarín y Misericordia. En todas ellas ensaya originales procedimientos narrativos: novelas dialogadas, sueños, símbolos, etc.
Los Episodios Nacionales
Los Episodios Nacionales, constituidos por cuarenta y seis novelas dispuestas en cinco series de diez episodios cada una, pretenden reconstruir en forma novelada la historia del siglo XIX español.
El ideal estilístico galdosiano es el lenguaje llano y sencillo. Ello no implica que se trate de una lengua descuidada. Antes al contrario, la prosa de Galdós es extraordinariamente ágil y de apariencia espontánea, pero siempre producto de una meditada elaboración.
Leopoldo Alas, Clarín
También es importante Leopoldo Alas, Clarín, que fue un gran periodista y crítico literario.
En su primera etapa, destacan sus artículos periodísticos. A su labor como crítico literario dedicó muchísimos artículos en la prensa de la época como Solos o Palique. Pese a su brevedad, es su obra narrativa la que le concede un puesto de primer orden. Sólo escribe dos novelas, La Regenta y Su único hijo, algunos relatos breves (Las dos cajas, Doña Berta, Pipá, etc.).
En los cuentos de Clarín pueden distinguirse: los satírico-burlescos y los de talante serio y reflexivo.
Su único hijo narra la vida en una pequeña capital de un frustrado matrimonio. Clarín juzga la moralidad de la sociedad que retrata, cuyos rasgos son el egoísmo, la rapacidad, el engaño, la hipocresía y la mentira. En La Regenta (1885) satiriza los comportamientos de la clase dominante de la sociedad, que muestra su frivolidad, la hipocresía, orgullo y miseria moral.
Técnicamente, Clarín ensaya en tan larga novela múltiples recursos narrativos. Lejos de las novelas de tesis, el autor deja hablar a los personajes, que charlan o piensan en alto constantemente.
El Teatro en el Realismo
Distinto según la clase social. En el teatro dirigido a la burguesía destaca la alta comedia, en la que reina la paz del hogar y la acción se desarrolla en lugares burgueses. Entre los escritores, destacan Adelardo López de Ayala (El tanto por ciento); Manuel Tamayo y Baus (Un drama nuevo); José de Echegaray, figura principal del neorromanticismo de la época (Locura o santidad). El teatro naturalista español no llegó a desarrollarse.