El Realismo: Un Retrato Fiel de la Sociedad del Siglo XIX
A mediados del siglo XIX, surge en Europa el Realismo, el segundo gran movimiento literario de la época. Este movimiento nace como consecuencia del triunfo de la burguesía, la aparición del proletariado como nueva clase social y el desarrollo de la ciencia experimental. Nuevas filosofías como el positivismo, el evolucionismo y el determinismo, que será la base del Naturalismo, influyen en esta corriente. El Realismo se opone a los excesos del Romanticismo, a su subjetividad e imaginación desbordada, y se centra en la observación minuciosa y precisa de la realidad contemporánea.
En España, se considera que el Realismo se inicia a partir de la Revolución Popular de 1868, conocida como “La Gloriosa”, que provocó la caída de la monarquía borbónica. Este periodo estuvo marcado por el desastre del 98. La decadencia de España, tanto en el ámbito político como social, se refleja en la novela realista, que comienza con la publicación de La Fontana de Oro, de Benito Pérez Galdós. El Realismo fue un movimiento fundamentalmente narrativo.
Características del Realismo en la Literatura Española
La estética realista en España reproduce las características de los autores europeos y se apoya en la tradición literaria propia del realismo picaresco, del costumbrismo, y de obras realistas extranjeras como las de Balzac, Flaubert, Tolstoi y Dostoievski. Además, se inspira especialmente en el Quijote de Cervantes, que permite la rehabilitación de la novela. A diferencia de la novela romántica, evasiva y fantástica, la novela realista retrata la vida y las costumbres de la época en que se escribe. Sus características principales son:
- Criterio de verosimilitud: La narración debe ser creíble y reflejar la realidad.
- Ambientación contemporánea: Las historias se sitúan en la época en la que vive el autor.
- Avance lineal de la acción: La trama se desarrolla de forma cronológica.
- Narrador único, omnisciente y omnipresente: El narrador conoce todos los detalles de la historia y los pensamientos de los personajes.
- Descripciones detalladas: Se describen minuciosamente los ambientes y los personajes.
- Personajes complejos: Los personajes representan a un determinado grupo social y muestran personalidades individuales que evolucionan a lo largo de la novela.
- Lenguaje adaptado al contexto: El narrador suele utilizar un lenguaje culto y elaborado, pero adapta el registro al habla coloquial cuando es necesario.
- Estilo indirecto libre y monólogo interior: Técnicas narrativas que permiten conocer los pensamientos de los personajes.
- Temas recurrentes: El sentido de la vida como aprendizaje, el adulterio, el conflicto entre deseo y razón, entre otros.
Autores Realistas en España: Conservadores y Liberales
En España, se distinguen dos grupos de autores realistas según la ideología que reflejan en sus obras:
Conservadores
- José María Pereda: Sus novelas se dividen en dos tipos: las que exaltan la vida en la montaña cántabra, dentro de la línea costumbrista (Peñas arriba), y las novelas de tesis, donde defiende sus convicciones ideológicas (De tal palo tal astilla).
- Otros autores: Armando Palacio Valdés (La hermana de San Sulpicio) y el padre Luis Coloma (Pequeñeces).
Liberales
- Juan Valera: Sus novelas se basan en la idea de que el arte no tiene otro fin en sí mismo y que la novela debe deleitar, huyendo de lo feo o grotesco. Rechaza las novelas de tesis. El tema más frecuente en sus obras es el amor, a menudo relacionado con el tema del “viejo y la niña” (Pepita Jiménez, Juanita la Larga).
- Benito Pérez Galdós: Máximo representante del Realismo español. Sus obras se dividen en:
- Episodios Nacionales: Un retrato de la España de la época que combina la ficción con la realidad histórica.
- Novelas: Se agrupan en tres conjuntos:
- Novelas de primera época: Defienden determinadas ideas políticas y religiosas (novelas de tesis), como Doña Perfecta.
- Novelas contemporáneas: Representan la realidad de su tiempo, como Fortunata y Jacinta.
- Novelas espiritualistas: Presentan personajes idealizados, como en Misericordia.
- Leopoldo Alas “Clarín”: Además de un apreciable conjunto de relatos (Doña Berta), escribió dos novelas: Su único hijo y La Regenta, su obra cumbre. La Regenta narra la vida de Ana Ozores, una mujer marcada por su temperamento apasionado, encorsetado por la rigidez de la sociedad, y su relación con tres hombres: Víctor Quintanar, su marido; Fermín de Pas, su confesor; y Álvaro Mesía, un donjuán que ve en Ana una conquista más. La protagonista guarda similitudes con Madame Bovary de Flaubert y Ana Karenina de Tolstoi.
El Naturalismo: Un Realismo Extremo
El Naturalismo lleva al extremo los objetivos realistas. Su máximo representante es Émile Zola. La técnica literaria sigue siendo realista, pero el narrador se enfoca en ambientes deprimidos. Este movimiento se vincula con la filosofía determinista, que defiende que el comportamiento humano es el resultado de su herencia biológica y del medio en el que vive. Dos obras españolas con una clara influencia del Naturalismo son:
- Emilia Pardo Bazán: Los pazos de Ulloa y La madre naturaleza.
- Vicente Blasco Ibáñez: La barraca y Cañas y barro. Blasco Ibáñez es el novelista español más cercano al Naturalismo.
El Teatro y la Poesía en la Época del Realismo
En cuanto a los otros dos grandes géneros literarios, el teatro y la poesía, no existen grandes creaciones de la época, pues el Realismo encuentra en la novela su mejor forma de expresión. La situación del teatro deja mucho que desear, aunque podemos señalar cuatro tendencias: la alta comedia, el drama neorromántico (José Echegaray), el drama social y el teatro popular, donde destacó la zarzuela. La poesía no destacó por su calidad si la comparamos con la producción poética romántica. Se cultivaron dos tendencias: el prosaísmo de Ramón de Campoamor (Humoradas) y el retoricismo de Gaspar Núñez de Arce (Gritos del Combate).