El ensayo español en el siglo XX:
Grupo del 98. Tras la crisis del fin de siglo producida por el desastre colonial, la regeneración del país se convierte en la obsesión primordial de los autores noventayochistas. La figura esencial de este ensayo es Miguel de Unamuno, con obras como En torno al casticismo o, ya desde un punto de vista más existencial, Del sentimiento trágico de la vida y La agonía del cristianismo. Otros ensayistas del 98 son Ramiro de Maeztu, autor de Defensa de la Hispanidad, José Martínez Ruiz, Azorín (Los pueblos; El paisaje de España visto por los españoles) y Pío Baroja (Divagaciones apasionadas, Pequeños ensayos).
Novecentismo. El principal ensayista de la también llamada Generación del 14 es José Ortega y Gasset. El elemento filosófico es fundamental en sus libros más importantes: España invertebrada y, sobre todo, La rebelión de las masas. También abordó la crítica literaria en La deshumanización del arte, y cultivó un ensayo de carácter más misceláneo en los 8 volúmenes que componen El espectador. Además, fundó la Revista de Occidente, en la que darían sus primeros pasos casi todos los poetas del 27. La otra gran figura del 14 es Eugenio dOrs, líder cultural de la escuela de Barcelona, que escribió sus Glossaris. Por último Juan Ramón Jiménez quien escribió obras de contenido ensayístico entre las que destaca Españoles de tres mundos.
Generación del 27. Jorge Guillén escribe Lenguaje y poesía, suerte de poética personal. En cuanto al ensayo histórico-literario, es abordado por Luis Cernuda en Estudios sobre poesía española contemporánea y por Dámaso Alonso en obras como Estudios y ensayos gongorinos.
El ensayo durante la posguerra. Tras la guerra civil, el ensayo experimenta un retroceso considerable. Aparte del exilio el férreo control ideológico de la época provoca una escasez de textos dotados de profundidad ideológica o de un mínimo componente de polémica. Pese a ello algunos autores intentan reanudar el contacto con Europa y con otras corrientes de pensamiento. Es el caso de Pedro Laín Entralgo y de Dionisio Ridruejo. Además, a partir de esta década asistimos a un desarrollo decisivo del ensayo de tipo histórico, con autores como Américo Castro o el propio Laín Entralgo, autor de España como problema.
Durante los años 50 se inicia una lenta superación del aislamiento cultural. María Zambrano o Francisco Ayala, escribieron algunas de sus mejores obras dentro del género ensayístico. Sigue cultivándose, por último, el ensayo de tipo histórico, dentro del cual cabe citar, a Claudio Sánchez Albornoz y a José Luis Aranguren, que seguirán publicando sus obras en las décadas siguientes.
Años 60 y 70. Gracias al desarrollo económico y a las nuevas medidas aperturistas tomadas por el gobierno, España se abre cada vez más al exterior. Este proceso provoco a su vez un aumento de la cultura en la sociedad, que se traduce en la publicación de nuevas revistas como es el caso de Papeles de Son Armadans fundada por Camilo J.Cela, o Cuadernos para el diálogo, que aparece en 1963, el mismo año en que se produce el regreso de una publicación histórica: Revista de Occidente, interrumpida desde la guerra civil.
Por otro lado, el régimen franquista comienza a mostrar indicios de agotamiento, lo que permite la aparición de un nuevo tipo de ensayo, más político y reivindicativo. Destacan Enrique Tierno Galván y pensador Carlos Castilla del Pino, el dramaturgo Alfonso Sastre con La revolución y la crítica de la cultura, y Juan Benet, que muestra en La inspiración y el estilo su personal concepción de la creación literaria.
El ensayo contemporáneo. En lo que al cultivo del ensayo en nuestro país se refiere, los 20 últimos años del siglo se han caracterizado por un debilitamiento de los argumentos políticos y filosóficos, así como por la ampliación de los temas tratados.
El lenguaje empleado se ha vuelto menos ideológico y más creativo. En cuanto a los autores, junto a ensayistas de décadas anteriores como Laín Entralgo, Aranguren o Castilla del Pino, ha aparecido una generación en los que destacan Eugenio Trías, Fernando Savater o José Antonio Marina.
Apéndice: El ensayo hispanoamericano en el siglo XX. Citaremos en este apartado a los dos autores más significativos. El primero es el argentino Jorge Luis Borges, con obras como Inquisiciones o Historia de la eternidad, caracterizadas por su riguroso espíritu crítico y por la capacidad que el autor muestra para conjugar en ellas literatura e inteligencia. El segundo es el poeta y ensayista mejicano Octavio Paz, autor de El arco y La lira, obra en la que ofrece al lector su visión de la literatura, y Los hijos del limo, donde plantea cuestiones relativas a la identidad americana.
La novela y el cuento hispanoamericano en la segunda mitad del siglo XX.
La evolución de la narrativa hispanoamericana durante el siglo XX puede describirse en cinco movimientos:
– Años iniciales del siglo: sigue fiel al realismo decimonónico.
– A partir de 1920: se consolida un realismo con temas americanos e interés social.
– Años 40 y 50: se suceden experiencias renovadoras, compatibles con el ascento social.
– Años 60 y 70: se produce el boom o auge de la nueva narrativa, que sitúa a sus autores en la primera línea de la narrativa mundial.
– Los herederos del boom: consolidan el éxito comercial de la novela hispanoamericana.
La novela realista: regionalismo y problemas sociales. Cuando ya la poesía se había renovado profundamente a través del Modernismo, la novela seguía aún los cauces heredados del siglo XIX. El realismo domina la novela hasta los años 40./ Entre 1910 y 1920 destacan obras como Los de abajo (1916) de Mariano Azuela, sobre la revolución mexicana, y Raza de bronce (1919) de Alcides Arguedas, sobre los indios explotados. Indigenismo, enfoque político-social y presencia de la naturaleza son sus principales ingredientes./ De 1920 a 1940 se consolidan estas tendencias, incidiendo en la lucha del hombre con la naturaleza, la miseria y las dictaduras. Las siguientes novelas son características de este período: La vorágine (1924), de José Eustaquio Rivera, ambientada en la selva amazónica; Don Segundo Sombra (1926), de Ricardo Güiraldes, sobre la pampa y el gaucho argentino; Doña Bárbara (1929), de Rómulo Gallegos, amplio fresco de las tierras venezolanas: y El mundo es ancho y ajeno (1941), de Ciro Alegría, sobre unos indios despojados de sus tierras.
Hacia la renovación: la superación del realismo. A partir de 1940 se buscarán otros temas y otras técnicas con las que tratar los motivos tradicionles. Se aprecian varias novedades: – Aparición de temas urbanos. junto a los rurales dominantes. – Se abordan problemas humanos, y no sólo sociales. – Aparece la fantasía junto a la realidad: será el llamado >. – Hay una mayor preocupación por las estructuras y el estilo, gracias al influjo de los grandes novelistas europeos y norteamericanos./ /En este momento surge un panorama muy rico de autores en el que destacamos a los siguientes:
– Jorge Luis Borges (Argentina, 1899-1986): uno de los mñas asombrosos autores de cuentos de nuestra época. Sus relatos nos ponen en contacto con lo insólito y excepcional, proponiéndonos sutiles juegos mentales llenos de inteligencia. Sus cuentos se recogen en volúmenes como Ficciones y El Aleph.
– Miguel Ángel Asturias (Guatemala, 1899-1974): aborda de forma muy nueva los viejos temas. En Señor Presidente (1946) trata la dictadura con ténica expresionista y alucinante. Obtuvo el premio Nobel en 1967.
La nueva novela hispanoamericana: el boom. En los años 60 nos encontramos con autores que continuaron las innovaciones emprendidas por sus predecesores, llevándolas mas lejos y aportando nuevos recursos, ahondando en el < realismo=”” mágico=””>.// Gabriel García Marquez. Entre sus obras estan El coronel no tiene quien le escriba y cien años de soledad.Podemos destacar Crónicas de una muerte anunciada y El amor en los tiempos del cólera. Julio Cortázar. Estupendo autor de cuentos (Historias de cronopios y de famas) y novelista (Rayuela). Mario Vargas Llosa. asombró con La ciudad y los perros aunque su obra mas destacada sea Conversación en la catedral. Ernesto Sábato. es el autor de El túnel, Sobre héroes y tumbas y Abaddón el exterminador. Carlos Fuentes. Entre sus títulos sobresalen La región más trasparente y La muerte de Artemio Cruz. A la sombra del boom: últimos novelistas. Entre los nuevos novelistas destacan: Manuel Puig. con su obra mas importante El beso de la mujer araña. Alfredo Bryce Echenique. Una de sus obras mas representativas es Un mundo para Julius. Isabel Allende.Su novela La casa de los espíritus supuso un exito de ventas mundial. // Como cuentistas, además de los señalados debe destacarse a Augusto Monterroso(Lo demás es silencio), Mario Benedetti ( Buzón del tiempo) y Eduardo Galeano ( Las bocas del tiempo; Espejos).
La novela realista: regionalismo y problemas sociales. Cuando ya la poesía se había renovado profundamente a través del Modernismo, la novela seguía aún los cauces heredados del siglo XIX. El realismo domina la novela hasta los años 40./ Entre 1910 y 1920 destacan obras como Los de abajo (1916) de Mariano Azuela, sobre la revolución mexicana, y Raza de bronce (1919) de Alcides Arguedas, sobre los indios explotados. Indigenismo, enfoque político-social y presencia de la naturaleza son sus principales ingredientes./ De 1920 a 1940 se consolidan estas tendencias, incidiendo en la lucha del hombre con la naturaleza, la miseria y las dictaduras. Las siguientes novelas son características de este período: La vorágine (1924), de José Eustaquio Rivera, ambientada en la selva amazónica; Don Segundo Sombra (1926), de Ricardo Güiraldes, sobre la pampa y el gaucho argentino; Doña Bárbara (1929), de Rómulo Gallegos, amplio fresco de las tierras venezolanas: y El mundo es ancho y ajeno (1941), de Ciro Alegría, sobre unos indios despojados de sus tierras.
Hacia la renovación: la superación del realismo. A partir de 1940 se buscarán otros temas y otras técnicas con las que tratar los motivos tradicionles. Se aprecian varias novedades: – Aparición de temas urbanos. junto a los rurales dominantes. – Se abordan problemas humanos, y no sólo sociales. – Aparece la fantasía junto a la realidad: será el llamado >. – Hay una mayor preocupación por las estructuras y el estilo, gracias al influjo de los grandes novelistas europeos y norteamericanos./ /En este momento surge un panorama muy rico de autores en el que destacamos a los siguientes:
– Jorge Luis Borges (Argentina, 1899-1986): uno de los mñas asombrosos autores de cuentos de nuestra época. Sus relatos nos ponen en contacto con lo insólito y excepcional, proponiéndonos sutiles juegos mentales llenos de inteligencia. Sus cuentos se recogen en volúmenes como Ficciones y El Aleph.
– Miguel Ángel Asturias (Guatemala, 1899-1974): aborda de forma muy nueva los viejos temas. En Señor Presidente (1946) trata la dictadura con ténica expresionista y alucinante. Obtuvo el premio Nobel en 1967.
La nueva novela hispanoamericana: el boom. En los años 60 nos encontramos con autores que continuaron las innovaciones emprendidas por sus predecesores, llevándolas mas lejos y aportando nuevos recursos, ahondando en el < realismo=”” mágico=””>.// Gabriel García Marquez. Entre sus obras estan El coronel no tiene quien le escriba y cien años de soledad.Podemos destacar Crónicas de una muerte anunciada y El amor en los tiempos del cólera. Julio Cortázar. Estupendo autor de cuentos (Historias de cronopios y de famas) y novelista (Rayuela). Mario Vargas Llosa. asombró con La ciudad y los perros aunque su obra mas destacada sea Conversación en la catedral. Ernesto Sábato. es el autor de El túnel, Sobre héroes y tumbas y Abaddón el exterminador. Carlos Fuentes. Entre sus títulos sobresalen La región más trasparente y La muerte de Artemio Cruz. A la sombra del boom: últimos novelistas. Entre los nuevos novelistas destacan: Manuel Puig. con su obra mas importante El beso de la mujer araña. Alfredo Bryce Echenique. Una de sus obras mas representativas es Un mundo para Julius. Isabel Allende.Su novela La casa de los espíritus supuso un exito de ventas mundial. // Como cuentistas, además de los señalados debe destacarse a Augusto Monterroso(Lo demás es silencio), Mario Benedetti ( Buzón del tiempo) y Eduardo Galeano ( Las bocas del tiempo; Espejos).