El Hombre Bicentenario: Un Análisis Profundo de la Obra Maestra de Asimov

El Hombre Bicentenario

Personajes: Andrew (NDR), Gerald (el señor), Mandy (la niña), George (hijo de la niña), Paul (hijo de George), Merton Mansky (robopsicólogo), John Feingold (abogado del señor), Chee Li-Hsing (Presidenta de la Comisión para Ciencia y Tecnología) entre otros.

El legislador Gerald Martin llevó a su casa un robot modelo NDR, que compró a la empresa Robots y Hombres Mecánicos S.A. La niña de la familia lo llamó Andrew, y con ese nombre lo identificó toda la familia.

El trabajo del robot consistía en hacer las labores del hogar, pero también jugaba con la señorita y la niña. Pero un día demostró sus cualidades artísticas, cuando a pedido de la niña talló un pequeño adorno de madera. Gerald quedó sorprendido con la creatividad con la que el robot tallaba la madera y le ordenó que leyera libros sobre diseño de muebles, y fue así que Andrew aprendió a hacer muebles con diseños exquisitos.

Intrigado por el talento que tenía Andrew, Gerald lo llevó a la oficina regional de Robots y Hombres Mecánicos para preguntarles de dónde provenía esta creatividad, y el robopsicólogo Merton Mansky no supo explicárselo y le pidió que dejara al robot para estudiarlo. El señor se negó y volvió a casa con Andrew.

El robot, con sus creaciones artísticas en madera, hizo ganar mucho dinero a la familia Martin. Pero como Gerald era un hombre honesto, depositó la mitad de las ganancias a nombre de Andrew. Con este dinero, el robot pagó todas las reformas para mantenerse actualizado en robótica, pero conservó su cerebro positrónico generalizado.

Cuando nació George, Andrew le pidió su libertad al señor. Gerald, quien ya era un anciano, se sintió muy ofendido por tal petición, pero finalmente, la niña lo convenció de que le concediera la libertad al robot. Luego, el Tribunal Regional también ratificó su libertad.

Andrew, como robot libre, se fue a vivir solo, pero la niña y George lo visitaban a menudo. En una de sus visitas, George le contó que su abuelo estaba muriendo. El robot fue a despedirse del señor, y esa fue la primera vez que contempló la muerte de un ser humano.

En su afán de parecerse a los humanos, Andrew comenzó a vestirse, lo que no fue bien visto por la gente. Por este motivo, en una ocasión, cuando iba a la biblioteca, dos muchachos se enojaron al verlo vestido e intentaron destruirlo, querían ordenarle que se desarmara, pero George lo salvó. La niña, que ya tenía 83 años, se enojó mucho por la agresión que sufrió el robot y le ordenó a George y a Paul que trabajaran para que se aprobara una ley que prohibiera a los humanos dar órdenes que causaran daño a los robots. Esta ley se aprobó el día de la muerte de la niña.

Cuando Andrew tenía cien años, le pidió a Paul Martin que le consiguiera una cita con el presidente de Robots y Hombres Mecánicos. Smythe Robertson recibió al robot, y este lo convenció para que los técnicos de la empresa le reemplazaran su cuerpo metálico por un cuerpo orgánico (androide), sin reemplazar su cerebro positrónico generalizado, que lo hacía un robot excepcional y versátil. Andrew dejó de escribir historias sobre robots y se dedicó a estudiar su nuevo cuerpo androide, ciencia a la que llamó robobiología.

Mientras tanto, la empresa Robots y Hombres Mecánicos estaban fabricando ordenadores centrales, es decir, cerebros positrónicos que se comunicaban mediante microondas con miles de robots que no tenían cerebro. Estaban separando el cerebro del cuerpo, influenciados por la experiencia que habían tenido con Andrew y ya no querían robots que les causaran problemas.

Luego de la muerte de Paul, el último descendiente de la familia Martin, Andrew diseñó una cámara de combustión que le permitiría comer y respirar y luego se dirigió a hablar con Alvin Magdescu, el director general de Robots y Hombres Mecánicos, para pedirle que incorporase a su cuerpo androide este dispositivo u otros más que llegara a necesitar en el futuro. Aunque en un principio Magdescu no estuvo de acuerdo, Andrew logró convencerlo ofreciéndole a cambio los derechos para que la empresa utilizara la tecnología robótica y protésica para seres humanos que él había diseñado.

Andrew fue operado con éxito, el robot parecía humano y tenía órganos idénticos a los que tiene una persona, pero eran prótesis que él mismo había diseñado. Cuando cumplió ciento cincuenta años, la empresa Robots y Hombres Mecánicos lo homenajeó, declarándolo el robot sesquicentenario.

Décadas después, el robot viaja a la Luna. Aquí trabajó cinco años haciendo prótesis adaptadas para una menor gravedad, y cuando regresó a la Tierra, llegó dispuesto a luchar para ser reconocido legalmente como un ser humano. Fue así que conoció a Chee Li-Hsing, presidenta de la Comisión para la Ciencia y Tecnología. A Chee le agradó el robot, y durante años lo ayudó en su lucha por conseguir su humanidad, pero le hizo ver a Andrew que su cerebro era la muralla que se oponía a su deseo de ser considerado como humano, ya que este órgano era el que hacía la diferencia entre un hombre y una máquina.

Entonces el robot decidió someterse a una operación para que las sendas de su cerebro poco a poco se fueran apagando y programó su final para el día que cumpliera doscientos años, y ese día, como premio a su sacrificio, fue declarado “El hombre bicentenario”. Andrew murió feliz por ser declarado hombre, estrechando la mano de Chee y con su último pensamiento fugaz para la niña.

Resumen

Por una disposición accidental de las vías cerebrales positrónicas, el robot NDR (“Andrew”) es artístico y puede aprender. Sus dueños, la familia Martin, lo tratan bien, vendiendo su arte pero depositando la mitad de las ganancias en su cuenta y consiguiendo cada actualización.

Finalmente, Andrew compra su libertad, usa ropa, escribe una historia de robots, obtiene derechos legales para los robots, reemplaza sus partes del cuerpo por las orgánicas y se convierte en un robobiólogo.

Finalmente, su petición de ser declarado hombre es rechazada debido a su inmortalidad. Luego, arregla que el potencial de su cuerpo inmortal se drene lentamente, y en su bicentenario, el presidente mundial firma el acto declarando al moribundo Andrew “un hombre del Bicentenario”.

“The Bicentennial Man” fue filmada en 1999.