El resurgir de la narrativa: la novela del postboom latinoamericano

Lejos de las propuestas experimentales, la novela del postboom refleja una vuelta a la narratividad, al gusto de contar una historia que pueda provocar el placer de la lectura. Su punto de partida arranca a mediados de los setenta, con la publicación en 1975 de Soñé que la nieve ardía, de Antonio Skármeta, y alcanza su triunfo con La casa de los espíritus (1982) de Isabel Allende.

Características de la novela del postboom

Podemos señalar como características de la novela del postboom, además de la mencionada narratividad:

  • Vuelta a los planteamientos de la narrativa realista tradicional, como la linealidad temporal y el narrador omnisciente.

El relato posee una estructura circular: se abre y se cierra de la misma manera, con la mención de la llegada de Barrabás a la casa de la familia Del Valle. Además, se incorporan retrospecciones (analepsis) y anticipaciones (prolepsis); pero se encuentra muy distanciada de los experimentos estructurales de las novelas del boom. En general, la trama desarrolla linealmente la crónica de la familia Trueba-Del Valle a lo largo de cuatro generaciones.

  • Lenguaje de estilo sencillo y coloquial.

Allende, familiarizada con el periodismo, no solo piensa en aquello que tiene que decir, sino en la forma de atrapar a un público amplio (literatura de masas) al que se dirige. De esta manera, frente a la experimentación llevada a cabo en el boom sobre el lenguaje, en el postboom se trata de reproducir su uso en la realidad: se coloquializa y se vuelve más sencillo.

  • Preferencia por contenidos más cotidianos y próximos a la experiencia del lector.

La novela mantiene una evidente proximidad con lo real y cercano. Ofrece el testimonio de unas situaciones injustas de la sociedad oligárquica y patriarcal (violencia, machismo, manipulación política, explotación social) que pasa a denunciar.

  • Notable presencia del humor, la burla y la ironía como motivos argumentales o como instrumento paródico transgresor.

La perspectiva humorística de la autora implica un distanciamiento irónico, pero también desempeña un papel importante para contrarrestar el dramatismo de algunas escenas, e incluso podría considerarse como una de las expresiones de su actitud esperanzada en un futuro más positivo.

  • Papel destacado de los escenarios urbanos y de motivos procedentes de la cultura de masas y popular: cine, televisión, radionovelas, géneros musicales.

A lo largo de la historia se van incorporando elementos procedentes de la cultura de la época y las modas imperantes: los efectos de las drogas en Amanda, así como sus aficiones filosóficas existencialistas; las aventuras en el mundo del baile de Nicolás; el éxito alcanzado en la radio por las canciones reivindicativas de Pedro Tercero García, etc. Asimismo, la narración recoge elementos del melodrama, agregando componentes de la narrativa folletinesca: el amor clandestino de Blanca y Pedro Tercero, el matrimonio de conveniencia de esta con el conde de Satigny, las violaciones de Pancha García por Esteban Trueba y de Alba por Esteban García.

  • Mayor importancia de los temas amorosos.

El papel predominante de la temática amorosa supone una reivindicación de los sentimientos, que alienta el erotismo en algunos episodios. Además, Isabel Allende hace mayor hincapié en el amor como motor para cambiar el mundo que en la ideología: el amor se presenta como una fuerza capaz de cambiar las estructuras políticas y sociales.

  • Optimismo. Narrativa que trasluce una actitud vitalista en la que siempre hay esperanza ante la vida y el futuro.

Alba decide olvidar la venganza y acepta la criatura que lleva en sus entrañas (que no sabe si es hija de las repetidas violaciones de Esteban García durante su encerramiento y tortura, o de su amado Miguel) en una clara muestra de reconciliación con la vida. Alba simboliza tanto la confianza de Isabel Allende en el futuro de su país, Chile, como una nueva actitud vital.

  • Reivindicación de lo femenino, gracias a la incorporación de un mayor número de escritoras (Elena Poniatowska, Isabel Allende, Laura Esquivel…) y un mayor interés por los personajes de dicho sexo (L. Esquivel, Como agua para chocolate).

La autoría femenina se traduce en el discurso en un interés por los problemas de las mujeres en una sociedad dominada por los hombres. Así nos encontramos con mujeres que son víctimas de la violencia, con mujeres cuya única salida es el matrimonio y los asuntos domésticos. Las mujeres de la saga protagonista aceptan su rol, pero intentan reivindicar también los derechos que les corresponden, a través de gestos como las actividades sufragistas de Nívea, la rebelión de Clara contra su propio esposo, el abandono de Blanca de un matrimonio que es pura farsa. Se dejan guiar por su instinto y entre ellas llegan a entablar unos vínculos casi espirituales. A través de ellas, la novela pone de manifiesto, a la vez, su naturaleza imaginativa, alejada de las preocupaciones materiales, y su arraigada conciencia social a favor de los más necesitados o los perseguidos, haciéndose eco de la situación de desigualdad entre los sexos a lo largo de la historia del continente americano y de la lucha femenina.

  • Relato testimonial de las experiencias del desarraigo y del exilio a raíz de las dictaduras que se sucedieron en el continente en las últimas décadas del siglo XX.

La novela posee la estructura de unas memorias, pero, al mismo tiempo, las memorias de los personajes del discurso vienen a ser las evocaciones de la propia Allende. A través de la ficción, la autora expresa su compromiso ideológico y su desencanto por la situación sociopolítica de su país, que provocó su exilio de Chile.

El fenómeno Allende

La casa de los espíritus se clasifica según varios registros: realismo mágico, feminismo, novela del exilio, novela del golpe… Esta novela, escrita por una casi desconocida chilena exiliada en Caracas, sufrió una peregrinación por las editoriales americanas para finalmente publicarse en España, de donde saltó a Europa e Hispanoamérica. En ese proceso de recepción literaria llegaría por fin al Chile de Pinochet, en el que se cuela de contrabando burlando la censura. A partir de ahí explota el “fenómeno Allende”: un inmenso éxito de ventas, sucesivas ediciones, traducciones al alemán, ruso, japonés…, versión cinematográfica…

A partir de entonces, Isabel Allende se convierte en una autora prolífica que publica numerosos títulos.