El Teatro en España: Transformación y Vanguardia desde 1939

El Teatro Español desde 1939 hasta la Actualidad: Tendencias, Autores y Obras Clave

Tras la Guerra Civil, la clase intelectual anterior a la Guerra había desaparecido: unos habían muerto, otros se habían exiliado y el resto permanecieron en España bajo la censura del régimen. Durante los años 50 se inicia una tímida apertura hacia el exterior; y en los 60 comienza un desarrollo económico e industrial que influye en las costumbres y en la mentalidad. Durante la transición (1975-1978) se reinstaura la monarquía borbónica con la subida al trono de Juan Carlos I. A partir de entonces, no sin problemas y algunos conatos de crisis, se produce la progresiva integración de España en el capitalismo mundial y, lo más importante para la Literatura, empieza a desarrollarse un ambiente de libertad para renovar la escena teatral y poner así, sobre las tablas, los más diversos temas y conflictos de la vida.

Dramaturgos del Exilio y la Posguerra

En cuanto a los dramaturgos digamos transterrados, algunos autores de la Generación del 27 escribieron teatro en el exilio. Alejandro Casona será uno de ellos, pero regresará a España en 1962 y se repondrán con éxito la mayoría de sus piezas, hasta entonces desconocidas, como La dama del alba (1944). Por su parte, Max Aub había iniciado su actividad teatral en 1923, como autor de un teatro innovador y vanguardista, con farsas y sátiras. Después de la guerra civil sus experiencias en distintas cárceles y campos de concentración marcan su teatro posterior, que se convierte en un estremecedor documento humano de la guerra civil española y de la guerra europea. Ejemplo de esta temática es su obra De un tiempo a esta parte (1939). Rafael Alberti escribe sus mejores obras en el exilio, como Noche de guerra en el Museo del Prado (1956).

El Teatro en la España Franquista

En España, el teatro de posguerra cumplió dos funciones básicas: entretener al público y transmitir la ideología de los ganadores, con un teatro convencional al servicio de de la dictadura. Será el caso de la comedia burguesa, desarrollada sobre todo por autores como José Mª Pemán. Sin embargo, en la España franquista también habrá otras tendencias teatrales, como el teatro de humor y de evasión de la realidad, con autores como Jardiel Poncela y Miguel Mihura; y un teatro realista, que se inicia a finales de los 40 con Historia de una escalera de Buero Vallejo, un autor cuyas obras buscan la tragedia española moderna, con personajes que despiertan la compasión.

El Realismo Social y la Vanguardia Teatral

En la década de los 50, Alfonso Sastre (Escuadra hacia la muerte) continúa con el teatro realista iniciada por Buero Vallejo, pero que refleja el talante luchador de este dramaturgo, que constituyó el Teatro de Agitación social. En esta década también aparece un teatro vanguardista de la mano de autores como Fernando Arrabal (El arquitecto y el emperador de Asiria) y Francisco Nieva (Pelo de tormenta), que tratan el tema de la represión de la sociedad que degrada al ser humano al impedir el desarrollo de sus necesidades profundas.

La Renovación Teatral de los Años 60

En los 60, un grupo de autores pretenden una alternativa comprometida e innovadora al teatro comercial. Además de Buero Vallejo y Alfonso Sastre, se suman a esta alternativa Carlos Muñiz, Lauro Olmo, Martín Recuerda y Antonio Gala. Sus obras reflejan una evolución del realismo social, con una visión crítica y una estética más simbólica. Los temas tratados denuncian los males y preocupaciones de la sociedad del momento, con un lenguaje violento, desgarrado y popular. Obtienen un gran éxito, lo que indica que se había formado un público nuevo, que exigía un teatro distinto, innovador, con preocupaciones sociales y existenciales y alejado de la superficialidad del teatro comercial. Otros autores, como Fernando Arrabal, eligieron el camino del silencio o del exilio, ya que no toleraban las intromisiones de los censores. Por eso, tras el abucheo de El triciclo en 1958, decide marcharse a Francia y escribir en francés. Su teatro posterior cosechará grandes éxitos en todos los teatros del mundo.

El Teatro Independiente y la Experimentación

En los años 70 se produjo una renovación teatral que liquidó definitivamente el realismo y se lanzó a la experimentación de nuevas formas dramáticas (a la que también se unen dramaturgos consagrados como Buero Vallejo con la obra La fundación, por ejemplo), como las del teatro independiente, que rechazaba el teatro comercial y el espectáculo conservador autofinanciándose. Este teatro recoge la influencia de los dramaturgos europeos de la segunda mitad del siglo XX, como Bertold Brecht (Madre coraje), creador del teatro épico, o Ionesco (La cantante calva) y Becket (Esperando a Godot), principales autores del teatro del absurdo. Entre las principales características de este teatro independiente destacamos el autor colectivo, la improvisación, o el trabajo de investigación sobre nuevos lenguajes teatrales. El texto es un simple apoyo del espectáculo, que se sirve también de la expresión corporal, la danza, la música, la iluminación, etc. Este teatro rompe con las convenciones escénicas de espacio y tiempo trasladando el escenario al patio de butacas, incluso a la calle, y buscando la participación del espectador.

Pioneros del Teatro Independiente

Los pioneros de este teatro independiente son Els Joglars, fundado por Albert Boadella en 1962; Els Comediants, una compañía fundada en 1971, que mezcla el teatro con el circo. En la misma línea se sitúan Los Goliardos, en Madrid.

El Teatro en la Democracia

Ya con la Democracia consolidada, las tendencias del género teatral se hacen más variadas. Las principales son tres:

  • Teatro de tipo tradicional, con autores como Fernando Fernán Gómez (Las bicicletas son para el verano, 1982) o José Sanchís Sinisterra (¡Ay Carmela!, 1985).
  • Teatro-farsa, que recoge elementos del esperpento y del sainete para plantear temas conflictivos como el paro, las drogas o la violencia de forma tragicogrotesca, como La estanquera de Vallecas y Bajarse al moro, de José Luis Alonso de Santos.
  • Teatro experimental, en el que destaca la compañía La Fura dels Baus con un teatro espectáculo.

Conclusión

El teatro posterior a 1939 sufre la evolución política y social de España, pasando desde la más férrea censura y la consideración de este género como una vía de escape y de evasión, hasta la incorporación de los más diversos temas humanos y sociales, así como las más variadas técnicas expresivas.