El Teatro Español Antes de 1936: Tradición e Innovación hasta García Lorca

Tendencias Teatrales en el Primer Tercio del Siglo XX

El teatro español en el primer tercio del siglo XX se divide en dos tendencias principales: un teatro convencional, que goza del éxito ante el público, y un teatro innovador, que aporta nuevas formas dramáticas, aunque no logra entrar en los circuitos comerciales.

El Teatro Convencional y de Entretenimiento

Dentro del teatro convencional, se observan tres líneas:

  • El drama burgués de Jacinto Benavente: Benavente se adaptó a los gustos del público, sacrificando un talento inicial innovador y crítico en la línea de Ibsen. Sus obras están bien construidas, con un lenguaje alejado de la retórica grandilocuente. Destacan los dramas que retratan las convenciones sociales de la burguesía (Rosas de otoño) y los dramas rurales (La malquerida). Su obra más original es Los intereses creados.
  • El teatro en verso: Ofrece una visión neorromántica del pasado nacional, exaltando sus gestas con un lenguaje sonoro, heredero del Modernismo. Los autores más destacados son Villaespesa, Marquina (Las hijas del Cid) y los hermanos Machado, con un enfoque andalucista (La Lola se va a los puertos).
  • El teatro cómico-costumbrista: Gozó de gran éxito de público, con obras de argumento convencional y una visión estereotipada de la sociedad española. Los hermanos Álvarez Quintero ofrecían un costumbrismo andaluz, amable y conservador (El genio alegre). Carlos Arniches reflejaba los barrios castizos de Madrid en sus sainetes, con personajes caracterizados por un habla popular. Más valoradas son las tragedias grotescas, por su visión crítica de la sociedad (La señorita de Trevélez). Muñoz Seca representa la degradación de este teatro cómico con el “astracán”, género que apela al gusto más zafio del público.

El Teatro Innovador: De la Generación del 98 a las Vanguardias

El teatro innovador comienza con la Generación del 98, que rechaza el realismo y la herencia grandilocuente de Echegaray.

  • Miguel de Unamuno: Elabora un teatro ideológico, formalmente esquemático, que plantea conflictos existenciales y filosóficos (Fedra).
  • Azorín: Entroncando con el teatro experimental europeo, crea un ambiente cercano al surrealismo (la trilogía Lo invisible).
  • Valle-Inclán: Es la figura más destacada de la renovación teatral de la época. Entre 1900 y 1920 crea obras de tono mítico y estetizante, como el ciclo de las farsas, que recoge un mundo idealizado y modernista que termina volviéndose grotesco en Farsa y licencia de la reina castiza. Otro ciclo está compuesto por los dramas de la Galicia rural, en los que se mitifica una sociedad violenta y supersticiosa (la trilogía Comedias bárbaras, Divinas palabras). A partir de 1920, Valle-Inclán construye una visión deformada e irracional de la sociedad española mediante el **esperpento**. Los personajes se deforman y deshumanizan, las instituciones más elevadas de la sociedad quedan ridiculizadas, y el dramaturgo se sitúa en una posición de distanciamiento ante este panorama grotesco, actitud que entronca con las nuevas formas de la dramaturgia europea (Bertolt Brecht). Sus esperpentos más destacados son Luces de Bohemia (1920) y la trilogía Martes de Carnaval.

La Generación del 27 y la Renovación Teatral

En el teatro realizado por la Generación del 27 se advierten tres características: una depuración del teatro poético, la incorporación de las formas de vanguardia y el propósito de acercar el teatro al público a través de compañías como “La Barraca”. Destacan Pedro Salinas (Judith y el tirano), Rafael Alberti (El hombre deshabitado), Miguel Hernández (El labrador de más aire) y Alejandro Casona (La sirena varada). En la década de 1930 inician su carrera Jardiel Poncela y Miguel Mihura, creadores de un teatro cómico renovador, basado en situaciones inverosímiles y absurdas (Tres sombreros de copa de Mihura).

Federico García Lorca: Poesía y Conflicto en Escena

En este ambiente teatral surge con fuerza la figura de Federico García Lorca. Sus obras presentan estas características:

  • Un tratamiento poético de la realidad, con una mezcla de lenguaje popular e imágenes sorprendentes e irracionales.
  • Personajes, en su mayoría femeninos, que encarnan conflictos entre la libertad individual y la sociedad autoritaria.
  • Una temática centrada en el amor y el deseo, que conducen a la frustración y la muerte.

Evolución de la Obra de Lorca

  • Mariana Pineda (1927): Su primera obra importante, un drama histórico que ya presenta el choque entre libertad y represión.
  • El ciclo de las farsas: Tanto de guiñol como de personas, plantea el tema del amor y sus frustraciones (La zapatera prodigiosa).
  • Hacia 1930, influido por el Surrealismo, compone dos obras vanguardistas, las comedias “imposibles” (Así que pasen cinco años, El público), en las que trata el conflicto sexual a través de unas formas teatrales rupturistas.
  • En la década de 1930 logra un éxito de público con sus cuatro tragedias, en las que equilibra el lenguaje poético y la acción dramática. En ellas, las mujeres defienden su pasión amorosa frente a las convenciones sociales. Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba son las tres tragedias rurales, que plasman un mundo de costumbres atávicas y pasiones violentas, que arrastran a las mujeres hacia la muerte. Doña Rosita la soltera (1935), drama urbano, plantea de un modo muy delicado la frustración femenina por el amor negado. Fue la última obra que Lorca vio representada, meses antes de su trágica desaparición.