1. Contexto Histórico-Cultural (1939-1975)
El periodo comprendido entre 1939 y 1975 en España estuvo profundamente marcado por las consecuencias de la Guerra Civil y el régimen franquista. Se pueden distinguir varias etapas:
- Década de los cuarenta: Años de posguerra marcados por la escasez y la represión, coincidiendo con la Segunda Guerra Mundial.
- Años cincuenta: Inicio de una leve apertura y evolución en la situación del país.
- Década de los sesenta: Expansión económica impulsada por la inversión extranjera, el turismo y la emigración.
La muerte de Franco en 1975 marcó el fin de esta etapa y el inicio de la Transición.
Un elemento clave de este periodo fue la censura, que afectó significativamente a la creación intelectual y artística. Sin embargo, el gobierno de Franco también promovió algunas iniciativas culturales para contrarrestar la imagen de represión.
Paralelamente, se desarrolló una amplia subliteratura que incluía tebeos, novelas populares, fotonovelas y seriales radiofónicos. A partir de los años sesenta, la radio, el cine y la televisión ganaron terreno entre el público.
2. El Teatro Español Tras la Guerra Civil
Durante la Guerra Civil, el teatro se convirtió en un instrumento de propaganda política en ambos bandos. En el bando republicano, destacaron las Guerrillas del Teatro, con autores como Alberti y Miguel Hernández. En la zona nacional, el Teatro de la Falange promovió dramas y zarzuelas con fines similares.
El impacto de la Guerra Civil en el teatro fue devastador. La censura impuso restricciones y limitaciones a la libertad creativa.
3. El Teatro en los Años Cuarenta
El teatro de esta década estuvo condicionado por la sociedad burguesa y, a menudo, presentaba una realidad distorsionada. Se pueden identificar varias corrientes:
- Teatro cómico: Heredero del sainete y el astracán, con situaciones tópicas y chistes lingüísticos de escaso valor literario.
- Teatro folclórico-musical: Donde la música predominaba sobre el texto.
- Teatro histórico-político: Con una función de evasión de la realidad.
También se representaron obras de autores extranjeros relevantes como Oscar Wilde, Pirandello y O’Neill, que influyeron en los dramaturgos de la década siguiente.
En la creación dramática, sobresalen dos líneas:
- Drama burgués: Continuación de la comedia benaventina, con autores como José María Pemán, Joaquín Calvo-Sotelo, Juan Ignacio Luca de Tena y Víctor Ruiz Iriarte.
- Teatro de humor: Enrique Jardiel Poncela intentó crear un tipo de comicidad basado en lo inverosímil, rompiendo con las formas tradicionales del humor.
Miguel Mihura es otro autor destacado. Su obra *Tres sombreros de copa* no fue bien comprendida inicialmente, y posteriormente se inclinó por comedias más convencionales como *Ninette y un señor de Murcia*.
4. Años Cincuenta: El Teatro Realista de Protesta y Denuncia
La década de los cincuenta se inauguró con tres estrenos significativos:
- *Historia de una escalera* (1949), de Antonio Buero Vallejo.
- *Tres sombreros de copa* (1952), de Miguel Mihura.
- *Escuadra hacia la muerte* (1953), de Alfonso Sastre.
La generación realista abordó temas relacionados con los problemas de obreros, estudiantes y las desigualdades sociales. Su estética, aunque compartía elementos comunes, variaba entre los distintos autores.
4.1. La Obra Teatral de Antonio Buero Vallejo
Buero Vallejo cultivó principalmente la tragedia, buscando la catarsis del espectador. Su teatro es doblemente problemático: presenta los problemas y plantea la dificultad de resolverlos, sin ofrecer soluciones fáciles.
En sus dramas, el diálogo es fundamental, pero no exclusivo. Buero Vallejo también presta atención a los aspectos espectaculares y describe minuciosamente el espacio escénico en las acotaciones.
Su producción dramática se puede dividir en tres grupos:
- Dramas de indagación del ser humano en conflictos sociales: *Historia de una escalera*, *Hoy es fiesta*, *Caimán*.
- Dramas históricos: Presentan argumentos del pasado que sirven como reflejo de situaciones actuales: *Un soñador para un pueblo*, *El concierto de San Ovidio*, *El sueño de la razón*, *La detonación*.
- Dramas de personajes con taras: Sus limitaciones físicas simbolizan las limitaciones humanas: *En la ardiente oscuridad*, *La Fundación*.
5. Años Sesenta y Setenta: Nuevas Formas de Expresión Dramática
En esta etapa surgió un movimiento de renovación influenciado por el teatro extranjero, como el teatro épico de Bertolt Brecht, el teatro *underground* y el teatro del absurdo. Se valoró el teatro independiente frente al comercial, buscando nuevas formas y técnicas.
Las experiencias más interesantes provinieron de los grupos de teatro independiente, con características como:
- Creación colectiva: La improvisación jugaba un papel importante.
- Infravaloración del texto: Se daba más importancia a aspectos como la expresión corporal, la danza, la música y las luces.
- Enfoques críticos: No se limitaban a lo político y social.
- Ruptura de convenciones escénicas: De espacio y tiempo.
Algunos de los grupos más destacados fueron: *Els Joglars*, *Tábano*, *Teatro Lebrijano* y *Los Goliardos*.
Los autores individuales de este periodo se enfrentaron a obstáculos debido a su crítica y a sus innovaciones estéticas, que no siempre fueron bien recibidas. Se puede hablar de un teatro soterrado o subterráneo.
Francisco Nieva: Su obra se caracteriza por el simbolismo, los elementos oníricos y la influencia dadaísta (*La carroza de plomo candente*, 1971).
Fernando Arrabal: Su *teatro pánico*, provocador y rebelde, con gran libertad formal, incorpora elementos de las vanguardias y del teatro del absurdo (*Los hombres del triciclo*, *El cementerio de automóviles*, *El arquitecto y el emperador de Asiria*). Otros autores relevantes son José Ruibal y Manuel Martínez Mediero.
Paralelamente, existió un teatro comercial, con Alfonso Paso como figura representativa, que cultivó diversos modelos dramáticos, como la comedia costumbrista y el drama de denuncia moral. Otros autores de esta línea son Jaime Salom, Jaime de Armiñan, Juan José Alonso Millán y Ana Diosdado.