La Narrativa Española a partir de 1940
La Novela de la Década de los Años Cuarenta
La novela a partir de los años 40 se divide en varias tendencias:
- Novela del exilio: Sus principales representantes son Ramón J. Sénder con Réquiem por un campesino español, Max Aub con El laberinto mágico, Francisco Ayala y Rosa Chacel. También destaca Arturo Barea, que desde el exilio escribe la trilogía La forja de un rebelde.
- Novela tradicional: Sus autores más destacados son Juan Antonio Zunzunegui, cuya producción se centra en la degradación de la burguesía, como se observa en La quiebra, e Ignacio Agustí, creador del Premio Nadal, con su obra La ceniza fue árbol, conjunto de cinco novelas que refleja los avatares de una familia de alta burguesía barcelonesa.
- El tremendismo: Esta técnica novelesca se caracteriza por la brutalidad del argumento, la desoladora imagen que ofrece de España, el objetivismo del relato y el dominio del lenguaje. Su principal representante es Camilo José Cela, con La familia de Pascual Duarte. Se trata de un relato en primera persona del protagonista, Pascual Duarte, que cuenta su vida desde la cárcel en la que se encuentra condenado a muerte. Presenta un panorama sórdido, violento y miserable, dominado por los intereses personales, el materialismo y la muerte.
- Novela existencial: Su autora más representativa es Carmen Laforet con Nada. Se trata de una narración sobre la vida de Andrea, una joven estudiante de Barcelona. El tema es la experiencia, la maduración y adquisición de la protagonista de una determinada conciencia del mundo, y la constatación del estado de miseria material y moral.
Dentro del panorama literario español de los años 40, también destacan Miguel Delibes con sus dos primeras novelas: La sombra del ciprés es alargada y El camino, en las que profundiza en el mundo interior de sus personajes, aquejados de una sensibilidad extrema, que choca con la sociedad embrutecida en la que deben vivir; Gonzalo Torrente Ballester y Álvaro Cunqueiro.
La Novela de la Década de los Años Cincuenta
Dentro de esta etapa destacan dos grandes escritores españoles:
- Camilo José Cela: Su gran novela es La colmena, publicada en 1951 en Buenos Aires a causa de su prohibición en España. En ella presenta tres días en la vida de un gran número de personajes, divididos entre vencedores y vencidos, en el Madrid de 1942. El ambiente es mísero y desesperanzado. El autor se mantiene al margen y cuenta todo lo que hacen y dicen sus personajes, sin intervenir, desarrollando la técnica objetivista. El tema primordial es la incertidumbre de la vida, ya que los personajes jamás descubren horizontes nuevos en una ciudad que es sepulcro, cucaña o colmena. Es una novela que está entre lo existencial y lo social. Además, introduce innovaciones como la reducción temporal, el narrador testigo y la concentración espacial.
- Miguel Delibes: A partir de la publicación de La sombra del ciprés es alargada y El camino, en la que el protagonista evoca su infancia justo antes de partir a la ciudad para estudiar, le siguen obras como Las ratas, que presenta la dura vida de unos campesinos desde el punto de vista de un niño, Nini. Esta tendencia crítica y social culmina en la publicación de Los santos inocentes, que trata sobre la difícil existencia de una familia que malvive durante la posguerra en un cortijo sometida a las veleidades de un cacique altivo, egoísta y orgulloso. Además de las novelas rurales, Delibes escribe novelas urbanas como La hoja roja, en la que refleja cómo la sociedad abandona a un jubilado.
Aparte de estos dos autores, la novela de esta década experimenta una transformación causada por la apertura al exterior, las actitudes críticas al franquismo y la leve flexibilidad de la censura, lo que permite la influencia de tendencias extranjeras como la Nouveau roman francesa, la Generación perdida norteamericana, el neorrealismo italiano y el conductismo psicológico. Esta novela se caracteriza por: los temas son principalmente sociales, el protagonista colectivo, la concentración espacial y temporal y las innovaciones técnicas.
Se distinguen dos tendencias:
- El neorrealismo o realismo objetivista: Se refleja la realidad tal y como se percibe, mostrando la pobreza, la miseria, la injusticia social o la soledad. Los principales representantes son: Ignacio Aldecoa, autor de Con el viento solano, Carmen Martín Gaite con Entre visillos, que denuncia la falta de expectativas que sufren las mujeres en las pequeñas ciudades en esta década, Ana María Matute y Rafael Sánchez Ferlosio, con su obra El Jarama, que trata de la historia de un grupo de jóvenes que van a pasar el día al río Jarama, acabando la jornada con la muerte de una de las jóvenes, reflejando así la falta de miras de la sociedad por la difícil situación del país.
El Realismo Social o la Novela Social
Los autores de este grupo se caracterizan por un profundo compromiso social y de denuncia. Escriben al lado de los obreros y de los habitantes de los suburbios, criticando a la clase burguesa. Su finalidad social hace que los temas se centren en la denuncia de las injusticias sociales, la miseria, la falta de libertad y la conciencia de clase. Sus escritores más destacados son Juan Marsé con Últimas tardes con Teresa y Juan Goytisolo.
La Renovación de las Técnicas Narrativas (1962-1975)
A principios de la década de los sesenta se produce un cambio en la novela española cuyas causas son: el cansancio del realismo social; la publicación en 1962 de Tiempo de silencio de Luis Martín Santos, que demostró que se podría hacer una novela crítica y técnicamente innovadora y el conocimiento de la nueva novela hispanoamericana con La ciudad y los perros de Vargas Llosa y con Cien años de soledad de García Márquez.
Como consecuencia, los novelistas españoles abrirán sus ojos a autores y tendencias que desde principios del siglo XX habían intentado hacer una novela que se apartase del realismo del siglo XIX. Algunos de los más importantes renovadores de la novela del siglo XX fueron Kafka; Marcel Proust con La búsqueda del tiempo perdido y James Joyce, que incluyeron renovaciones en la narración temporal; la novela española de los autores del 98 y del Novecentismo; la Generación perdida norteamericana; la Nouveau roman francesa y la novela hispanoamericana del siglo XX, que fusionó realidad y fantasía.
Las características de la novela española de este período son:
- La desaparición de la voz del autor, ya que la novela se limita a presentar los hechos.
- El perspectivismo narrativo, ofreciendo distintos puntos de vista sobre una misma realidad.
- Pierde importancia la historia narrada y se introducen elementos antirrealistas.
- Las descripciones dejan de ser funcionales para adquirir funciones simbólicas o metafóricas.
- Los personajes se presentan y definen por sus comportamientos, dominando el personaje colectivo y representativo.
- Desaparece el capítulo como unidad de estructuración y el desenlace, se desarrolla la técnica del contrapunto.
- Con respecto al tiempo, aparece el simultaneísmo, los saltos temporales y el desorden cronológico.
- El narrador es no omnisciente.
- Disminuye el diálogo, y en su lugar se desarrolla el monólogo interior y el monólogo en estilo directo libre.
- Se incorporan a la novela elementos extraños a la narración.
Los principales representantes de este período son:
- Luis Martín Santos: Su obra más importante es Tiempo de silencio, en la que reflexiona acerca de las posibilidades que tiene el hombre para desarrollar un proyecto vital acorde a su naturaleza. Incorpora innovaciones, como la mezcla de distintos planos temporales, la alternancia de puntos de vista, el desarrollo del monólogo interior, las alteraciones de los signos de puntuación y la experimentación.
- Miguel Delibes con Cinco horas con Mario: Se trata de un largo monólogo en boca de Carmen mientras vela el cadáver de su marido. La historia del desacuerdo matrimonial entre Carmen y Mario deja traslucir el enfrentamiento de las dos Españas: Carmen representa la ortodoxia y la tradición, mientras que Mario es un intelectual provinciano, católico progresista y demócrata. Esta novela no está exenta de una aguda crítica social.
- Juan Goytisolo: Destaca con Señas de identidad. Esta novela relata la historia de Álvaro Mendiola, exiliado español en Francia, que regresa a su país en un intento de recuperar sus señas de identidad. Supuso una total innovación formal: el narrador en segunda persona, la ruptura temporal, la inclusión de distintas tipologías textuales y la variedad tipográfica. Todo ello responde a la necesidad de reproducir el caos interior del protagonista.
La novela en la década de los setenta continúa con la búsqueda de nuevas formas y el experimentalismo se lleva a sus últimas consecuencias. Sin embargo, algunos autores, asimiladas las innovaciones, recuperan el placer del relato.