Narrativa de Preguerra (1898-1939): La Edad de Plata
En este periodo (1898-1939), España vive uno de sus mejores momentos literarios, por lo que se le considera la Edad de Plata. Destacan tres generaciones: la de fin de siglo, la del 14 y la del 27.
Generación de Fin de Siglo: Modernismo y Generación del 98
Surgen con las mismas ganas de renovación dos movimientos: el Modernismo y la Generación del 98. El Modernismo es un movimiento literario que surge a finales del siglo XIX con la llegada de Rubén Darío a España y que se opone al Realismo precedente, defendiendo el valor de las impresiones y lo subjetivo en general. La Generación del 98 reúne a un grupo de poetas que presentan una actitud de protesta social y de renovación. Su novela se caracteriza por la actitud de rebeldía y el deseo de apertura a Europa, el pesimismo por la pérdida del imperio colonial, el deseo de recuperar los valores olvidados, el subjetivismo y la concepción totalizadora, la influencia de la filosofía y de la fe. Destacan autores como:
- Miguel de Unamuno, con sus “nivolas” como Abel Sánchez, La tía Tula y Niebla.
- Valle-Inclán, que se inició en el Modernismo con Memorias del Marqués de Bradomín y posteriormente publicó Tirano Banderas y Ruedo Ibérico.
- José Martínez Ruiz (“Azorín”), que captó la impresión del instante en novelas como La voluntad o la más exitosa: Antonio Azorín.
- Pío Baroja, que escribió más de sesenta novelas y agrupó la mayoría en trilogías, como La lucha por la vida, Tierra vasca y La raza, las cuales se caracterizan por presentar personajes inadaptados al mundo y por la realidad de sus descripciones.
Generación del 14 o Novecentistas
La Generación del 14 o novecentistas fue un grupo de autores que apareció en 1914 y realizaron cambios a nivel literario. Tienen una mentalidad más europeísta y racional, y admiraban a Ortega y Gasset. Se distinguen de la generación anterior porque defendían la modernización de España frente al casticismo de los autores del 98 y porque criticaban su exaltación sentimental y su subjetividad. Buscaban acercarse a la estética clásica e intelectual, por lo que sus obras son para una minoría. Algunos de los autores novecentistas más importantes son:
- Gabriel Miró, con Las cerezas del cementerio y El obispo leproso.
- Pérez de Ayala, con sus obras Tinieblas en las cumbres o Tigre Juan y El curandero de su honra (en las que destacan sus reflexiones próximas al ensayo).
- Ramón Gómez de la Serna, que escribió greguerías y algunas novelas como El torero Caracho.
Generación del 27
En la década de los veinte surge un grupo de poetas y amigos que se denominan a sí mismos como Generación del 27. Aunque cultivaron principalmente la poesía, su prosa se abre hacia la rehumanización y el compromiso. Todos ellos compartieron un rasgo en común: la voluntad de integrar la vanguardia y la tradición. Dentro de esta corriente encontramos dos grupos de autores:
- Los que cultivan una novela siguiendo el arte deshumanizado (literatura como juego), con presencia del humor y la metáfora, como hicieron Rosa Chacel, Max Aub, Francisco Ayala, etc., todos ellos exiliados.
- Los que cultivan la novela rehumanizada, social y muy comprometida con la ideología revolucionaria, como Ramón J. Sender y José Díaz Fernández.
Novela del Exilio
Tras la Guerra Civil, muchos escritores se vieron obligados a marcharse de España y desarrollarse como autores en el extranjero. Entre ellos se dieron orientaciones muy dispares, por lo que, pese a venir de una misma tradición cultural, no formaron un grupo literario. Se les conoce con el nombre de la “España peregrina”, pues fue el nombre que le puso José Bergamín a una revista durante 1940 y, por extensión, se denominó así a todos los autores en el exilio tras la Guerra. A esta “corriente” pertenecen muchos autores de la Generación del 27: Alejandro Casona, Francisco Ayala, Rosa Chacel, Max Aub, entre otros. Sus obras giran en torno a la nostalgia de la patria perdida, el recuerdo de la guerra, la crítica contra los vencedores, el deseo de recuperar el pasado, etc. Para ello, utilizan las siguientes vías narrativas:
- La rememoración del pasado para explicar la situación en la que se encuentra España y ellos mismos.
- El testimonio del presente, donde hablan de la traumática experiencia del propio exilio y aluden a problemas sociales y políticos del mundo occidental.
- Abstracción, intelectualismo y simbolismo para expresar los conflictos individuales y colectivos.
- La España inventada: algunos autores escriben sobre su presente imaginado en la “España inventada”, que provoca atracción y rechazo, vinculada a ella está el tema del problemático regreso.
Algunos autores que tuvieron que marchar al exilio por apoyar a la República siguen la línea de la narrativa rehumanizada de los años 30 y tratan con insistencia el tema de la guerra. Otros narradores escriben toda su obra en el exilio.
Los autores más destacados fueron:
- Ramón J. Sender: es el autor más representativo de la novela en el exilio y se caracteriza por el compromiso ideológico y el uso de una técnica personal realista y muy variada. En el exilio escribió novelas en torno a tres temas: la evocación autobiográfica (Crónica del alba), la Guerra Civil (Réquiem por un campesino español) y la América española (Epitalamio del Prieto Trinidad).
- Max Aub: durante la Guerra Civil se compromete con la República y, al terminar la contienda, se exilia a París, pero lo detienen y es recluido en diferentes campos de concentración de Francia y África, de donde consigue salir tras tres años y embarca para México. Es periodista y se dedica al cine, ejerciendo de autor, coautor, director, etc. Destacan sus novelas Las buenas intenciones, La calle de Valverde y El laberinto mágico, que es el título de una colección de novelas donde Aub ofrece su visión personal de la Guerra Civil.
Narrativa de la Democracia
Con la recuperación de las libertades democráticas a partir de 1975, la literatura española se abrió a Europa y, con la desaparición de la censura, la literatura occidental y de los exiliados se dio a conocer en España. Los aspectos más significativos de la novela española a partir de los 70 son: el carácter aglutinador, ya que acoge a todas las tendencias, modalidades, temas, etc.; y la individualidad, cada novelista elegirá una orientación que le resulte más adecuada. Se pueden distinguir varias tendencias temáticas en este periodo:
- Novela policíaca y de intriga: destacan las novelas de Manuel Vázquez Montalbán y Antonio Muñoz Molina.
- Novela histórica: como El oro de los sueños de José María Merino y El hereje de Miguel Delibes.
- Novela de reflexión íntima: se centra en la búsqueda de lo personal y la reflexión sobre la propia existencia (Mortal y rosa de Francisco Umbral).
- Novela de la memoria y testimonio: encontramos a Rosa Montero con Te trataré como a una reina.
- Novela culturalista: con Juan Manuel de Prada y su obra La tempestad.
En estas últimas décadas conviven novelistas de toda la posguerra, algunos novelistas de la “Generación del 50”, los de la generación del 75 (que cultivan la novela experimental e intelectual dirigida a un lector culto, destaca Juan Marsé) y los nuevos escritores conocidos después del franquismo (donde destacan autores como Antonio Muñoz Molina y Manuel Rivas).
Juan Marsé
Juan Marsé retrata las miserias de la sociedad barcelonesa de la posguerra en sus obras con una actitud crítica e irónica. Su obra está repleta de alusiones autobiográficas; así, el espacio se basa en los sitios que transcurrió durante su infancia y adolescencia. Su narrativa entronca con la picaresca de Cervantes y Galdós. Entre sus primeras obras destaca la novela intimista Encerrados con un solo juguete, cuyo tema central es el enfrentamiento entre padres e hijos. Su mejor novela es Últimas tardes con Teresa, la cual presenta la historia de los amores frustrados entre Manolo y Teresa. Es una obra escéptica y desilusionada, a la vez que satírica, y que presenta un análisis sociológico de la vida barcelonesa. Otras obras son Un día volveré y La muchacha de las bragas de oro.
Antonio Muñoz Molina
Antonio Muñoz Molina conjuga de forma armónica el rigor en la construcción del relato y la preocupación por elaborar un argumento atractivo para el lector en su narrativa. Destaca también la calidad de la prosa y el ritmo muy cuidado. Ganó el Premio de la Crítica y el Nacional de Narrativa por El invierno en Lisboa, donde mezcla distintos elementos tomados del cine negro e influencias del jazz para hacer su argumento atractivo. También destaca su obra Beltenebros, una novela donde describe las impresiones del capitán Darman, exiliado político que regresa a Madrid para eliminar a un confidente.
Novela y Cuento Hispanoamericanos
Durante las primeras décadas del siglo XX, las novelas experimentan un gran estancamiento, apegadas hasta los años 40 a las formas decimonónicas. En estas primeras décadas se destacan tres tipos de novelas:
- Novelas regionalistas o de la tierra (como la novela de la selva venezolana Doña Bárbara de Rómulo Gallegos).
- Novelas indigenistas (Raza de bronce).
- Novelas de la Revolución Mexicana (Los de abajo de Mariano Azuela).
Renovación de la Narrativa (1940-1960)
Entre los años 40 y 60, la narrativa hispanoamericana cambia como consecuencia de los cambios sociales, políticos y económicos producidos. Los principales cambios fueron:
- Pérdida de interés por paisajes rurales y naturales (ahora se centran en espacios urbanos).
- Introducción de lo fantástico e irracional (realismo mágico).
- Adaptación de técnicas narrativas vanguardistas.
Los pioneros de esta corriente fueron: Miguel Ángel Asturias (El señor presidente), Alejo Carpentier (El reino de este mundo), Jorge Luis Borges (Ficciones) y Juan Rulfo (Pedro Páramo).
El “Boom” de la Narrativa Hispanoamericana (Años 60)
Los años 60 se conocen como el “boom” de la narrativa hispanoamericana. Se basó en la acentuación de los rasgos del realismo mágico, la integración de la fantasía y la realidad, y la experimentación de técnicas y lenguaje. Se trataba de una literatura comprometida y emplearon técnicas como el caleidoscopio. Rompen con la linealidad argumental. Los temas que más destacan son: la crisis existencial del individuo, el dictador y la historia de Hispanoamérica. Los autores más importantes de esta década fueron: Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez.
- Julio Cortázar escribió libros de cuentos, como Las armas secretas. Su estética se orientó hacia el cuestionamiento de la razón y la escritura se convierte en un arma de combate. Rayuela es su novela más famosa. Es concebida como una “contranovela”, en la que se proponen varias maneras de leerla.
- Mario Vargas Llosa exhibe una visión crítica de la realidad y convierte al relato en un rompecabezas temporal mediante la técnica de los “vasos comunicantes”. Sus primeras obras están inspiradas en sus experiencias personales de juventud (La ciudad y los perros o Los cachorros). A partir de los 70, sus novelas tratan de temas muy diversos (La fiesta del chivo).
- Gabriel García Márquez fue el responsable del éxito de la narrativa del “boom” tras publicar Cien años de soledad, representando el realismo mágico. Otras de sus grandes novelas son Crónica de una muerte anunciada y El amor en los tiempos del cólera. También escribió numerosos libros de cuentos.
Narrativa Posterior al “Boom” (A partir de 1970)
A partir de los años 70, la novela reduce la complejidad técnica para que el lector acceda más fácilmente. Prevalece la narrativa realista, aunque también se recurre al realismo mágico. Algunos de los autores de estas últimas décadas son: Manuel Puig, Isabel Allende, Roberto Bolaño o Fernando del Paso.
El Cuento Hispanoamericano
Desde los años cuarenta, el cuento fue un género muy cultivado en Hispanoamérica por autores como Jorge Luis Borges o Alejo Carpentier. De los años sesenta a la actualidad destaca Julio Cortázar, que revela el absurdo de lo cotidiano con gran sentido del humor en sus cuentos Bestiario y Las armas secretas. Mario Benedetti sobresale por reflejar la vida cotidiana y las circunstancias de su país desde una perspectiva comprometida y cercana al lector en sus cuentos Montevideanos.