Evolución de la Novela: Del Modernismo al Siglo XXI

La Consolidación de una Nueva Forma de Narrar: El Nacimiento del Héroe Contemporáneo

A finales del siglo XIX se inicia un proceso de renovación de la narrativa, que se consolidaría a mediados del siglo XX. Esta nueva forma de escribir se aparta de la novela cerrada de trama lineal; la ruptura cronológica se convierte en una característica fundamental, con saltos en el tiempo. El narrador omnisciente deja paso a un narrador frecuentemente en primera persona, que adopta distintos puntos de vista, como el de narrador testigo, y utiliza el monólogo interior para alejarse de lo narrado. Se produce, a veces, un límite muy difuso entre realidad y ficción, y se prefieren finales abiertos o ambiguos en los que el destino de los personajes queda en suspenso. Desde el punto de vista formal, se utilizan diversos elementos tipográficos, variantes ortográficas y gramaticales, desaparecen los capítulos tradicionales y se relacionan los conceptos presentados a lo largo de la obra.

El Contexto Social y el Protagonista

La nueva novela no es ajena al contexto social en el que aparece. Muchos autores tratan la temática social en su producción, reflejando los problemas del siglo XX: miseria, preocupaciones políticas, ansia de libertad, etc. La sociedad se convierte en protagonista, y la ciudad, en el escenario por excelencia. La novela se centra más en el personaje que en los hechos. El protagonista, o héroe novelesco, no presenta una biografía ni unos datos perfectamente identificables; es una persona corriente que hace frente a diferentes problemas y puede acabar como triunfador. A veces, aparecen héroes con cualidades sobrenaturales, como Harry Potter, de la escritora británica Rowling. En otras ocasiones, se convierten en superhéroes, figuras superiores a los propios héroes, que aparecen sobre todo en las historietas. En contraposición al héroe, surge la figura del antihéroe, desorientado, angustiado, anulado y sin destino en la ciudad.

La Novela Modernista: Autores Clave

Cuando estas nuevas características tuvieron una importante repercusión, la crítica literaria empezó a utilizar el término “novela modernista”, que englobaría a autores de diferentes nacionalidades.

  • Marcel Proust (Francia): Ofrece un análisis de la alta burguesía y aristocracia de principios del siglo XX en su obra psicológica En busca del tiempo perdido. La estructura narrativa se divide en siete novelas, con un narrador que se desarrolla en un enorme monólogo interior en primera persona, técnica que le permitió indagar en la complejidad psicológica de los personajes y aportar elementos autobiográficos.
  • Jean Paul Sartre (Francia): Autor existencialista con un fuerte compromiso político y social. Para Sartre, es el hombre quien debe dar sentido a su vida, contando solo con sus recursos, lo que excluye a Dios. Sus obras más destacadas son La náusea, Los caminos de la libertad y Las palabras.
  • Simone de Beauvoir (Francia): Esposa de Sartre, su valoración social la convirtió en defensora de la causa feminista. Sus obras más interesantes fueron El segundo sexo y Memorias de una joven formal.
  • Albert Camus (Argelia/Francia): Autor existencialista. Su obra maestra es El extranjero, donde el protagonista, un hombre frío condenado por asesinato, deja al aire la hipocresía de la sociedad, que juzga más las apariencias que la acción reprobable en sí. Esta obra significa la materialización de lo absurdo.

El “Nouveau Roman” y la Objetividad

A finales de la década de 1950, se designó una nueva tendencia, el “Nouveau Roman” u “objetivismo”, que buscaba no solo romper con las formas narrativas clásicas, sino superarlas y modernizarlas. Todo debía reducirse a la descripción de lo observado, sin afectividad alguna. Esta expresión fue utilizada por primera vez para referirse a la novela del francés Alain Robbe-Grillet, titulada La celosía. Otra obra suya fue En el laberinto. Otras autoras de esta tendencia fueron Nathalie Sarraute (El silencio, Dicen los imbéciles) y Marguerite Duras (El amante).

El Modernismo Anglosajón y Otras Tendencias

  • James Joyce (Irlanda): Representante del modernismo anglosajón. Su obra maestra es Ulises, aunque destacan también Dublineses. Sus novelas tienen la ciudad de Dublín como escenario, y en Ulises hace una transposición de escenarios y episodios de la Odisea de Homero.
  • Virginia Woolf (Reino Unido): Centro del “Círculo de Bloomsbury”, un grupo de intelectuales progresistas. Sus principales obras son de temática feminista, como Al faro, Las olas y La señora Dalloway. Experimentó con el uso de estilos e imágenes muy asociados a la poesía.

Además de estos dos autores, surge la novela social en Inglaterra, con autores como:

  • Aldous Huxley: Un mundo feliz, donde utiliza técnicas como el contrapunto (enlaza historias y personajes situados en tiempos y espacios diferentes).
  • George Orwell: Introduce en sus obras la experiencia personal en contra del imperialismo británico y los totalitarismos soviético y nazi, a favor de las clases sociales trabajadoras. Dos obras muy significativas son Rebelión en la granja y 1984.

Narrativa Fantástica y Ciencia Ficción

J.R.R. Tolkien puebla sus novelas de objetos fantásticos, seres mitológicos y acontecimientos extraordinarios, como en El Señor de los Anillos. La recreación de sociedades ficticias futuras da entrada a la ciencia ficción, con autores como:

  • Isaac Asimov: Fundación, Yo, Robot.
  • Arthur C. Clarke: Fuentes del paraíso, 2001: Una odisea del espacio.

La Novela en Alemania

  • Thomas Mann (Premio Nobel de Literatura en 1929): Influido por los filósofos irracionalistas y vitalistas. Son importantes las novelas Muerte en Venecia y La montaña mágica.
  • Franz Kafka (Checoslovaquia, escritura en alemán): Especialista en captar lo extraño y siniestro de la realidad, comenzando por la condición del hombre contemporáneo (La metamorfosis) y pasando por la administración de justicia (El proceso).

La Novela Policial

Nacida en la segunda mitad del siglo XIX, su popularidad aumentó con el desarrollo de la ciencia y el cine. Destacan:

  • Agatha Christie.
  • Georges Simenon (creador del inspector Maigret).
  • G.K. Chesterton (saga de novelas protagonizadas por el padre Brown).

Dentro de la novela policial, surge la novela negra, considerada típicamente norteamericana, tras la crisis de 1929. Son importantes:

  • Dashiell Hammett: El halcón maltés.
  • Raymond Chandler (creador del personaje Philip Marlowe).