La Novela del Modernismo y de la Generación del 98
La renovación estética del Modernismo, del lenguaje poético, se extiende a la prosa y la novela. Sus temas y actitudes coinciden con los de la poesía. La sensualidad, la idealización y estilización de la realidad son la base de las Sonatas de Valle-Inclán y de Platero y yo de Juan Ramón Jiménez, cimas de la prosa modernista por la acumulación de recursos retóricos y sensaciones, su evasión de la realidad cotidiana y su atmósfera de nostalgia y melancolía.
La Generación del 98 conserva aspectos modernistas significativos (como la renovación del lenguaje, la descripción impresionista, la evocación nostálgica y la idealización del paisaje), reacciona contra el estilo «vulgar» del Realismo y recoge, en unos casos, el legado temático e ideológico del Naturalismo (Baroja); en otros, la enorme carga intelectual y existencialista del pensamiento alemán (Unamuno) y, en otros, las formas de una nueva sensibilidad basada en la precisión lingüística o las evocaciones nostálgicas del Romanticismo (Azorín).
Otros novelistas de la época dignos de mención, además de los citados Unamuno, Baroja, Valle-Inclán y Azorín, son Manuel Ciges Aparicio y Concha Espina, en la tendencia realista; Eduardo Zamacois y Felipe Trigo, en la novela erótica, y Wenceslao Fernández Flórez, en la tendencia lírica o en la del humor.
Unamuno: La Novela Intelectual y Existencialista
Dramaturgo y poeta, notable por su expresión del lenguaje y de las imágenes sensoriales, en especial, en la idealización del paisaje castellano, y lo veremos como ensayista, intelectual y pensador por la profundidad de su pensamiento y de sus obsesiones y preocupaciones existenciales. El género literario más renovado por Unamuno es la novela. Sus novelas, de carácter existencialista, como La tía Tula, reflejan su intención de renovar el lenguaje, la forma y las técnicas narrativas, acorde con los postulados del Modernismo. Unamuno llama a sus novelas nivolas para distanciarlas de las realistas: en las realistas el lenguaje es directo y el autor, para mostrar la realidad, permite que sus personajes actúen según su propia ley.
Baroja: La Novela Social y Naturalista
Es, sin duda, el máximo novelista de su tiempo. De carácter solitario y huraño, aunque con un trasfondo de ternura emotiva, mantiene siempre un pesimismo radical sobre la naturaleza y la condición humanas: «No hay fuente limpia sin que los hombres metan allá sus patas y la ensucien. Está en su naturaleza», escribe. Su obra es crítica con todo. Pero Baroja critica la sociedad global corrupta (personas e instituciones) y concibe la vida como una lucha en la que siempre pierde el débil: «una cacería cruel en que nos vamos devorando los unos a los otros».
En lo literario, la desesperación y la angustia del Romanticismo recogidas por el Modernismo, la visión determinista del mundo del Naturalismo y las formas modernistas que pueden reconocerse en el impresionismo descriptivo de los ambientes y psicológico de los personajes o la tendencia a la evocación nostálgica. Baroja crea ambientes de perfiles difusos, apenas profundiza en la psicología de los personajes. El árbol de la ciencia.
Valle-Inclán
Trata de hacer de su vida y su obra una constante invención estética, mezclando realidad y fantasía. Atento siempre a la renovación temática y formal de su obra. En la novela protagoniza una de las rupturas con el concepto tradicional. En el Modernismo se caracteriza por imágenes ostentosas y brillantes en el lenguaje. Cruzadas de la causa. Pretende quitar la máscara a la realidad mediante la deformación grotesca y así descubrir su imagen auténtica. Visión crítica del mundo y la sociedad burguesa, renovación de las formas en los géneros literarios y en el lenguaje.
La Novela del Novecentismo y la Generación del 14
Algunos ensayistas (Ortega y Gasset, Eugeni d’Ors o Gregorio Marañón) y novelistas (Pérez de Ayala, Gabriel Miró o Gómez de la Serna).
Gabriel Miró y Ramón Pérez de Ayala
La acumulación de sensaciones y la idealización del paisaje. En sus novelas, convierte lo que percibe en el arte de las palabras. Las cerezas del cementerio.
Ramón Pérez de Ayala
Combina a la perfección el simbolismo modernista con la actitud intelectual novecentista. Belarmino y Apolonio.
La Novela Vanguardista
La novela vanguardista se identifica con el formalismo y la experimentación con la realidad y la fantasía, con la inverosimilitud y la incongruencia, con las estructuras y la sintaxis.
Ramón Gómez de la Serna
El doctor inverosímil.
La Novela de la Generación del 27
Influenciados por la vanguardia europea y por las teorías de Ortega y Gasset sobre el arte nuevo y sobre la novela, incapaz, la Generación del 27 realiza un tipo de novela que renueva las estructuras. Gómez de la Serna.
Dos tendencias: la novela vanguardista y la novela realista y social.
La Novela Vanguardista
Esta novela está acorde con la estética ya señalada, que, desde una intensa subjetividad y abstracción y desde una actitud intelectual y formalista, busca la experimentación.
- Benjamín Jarnés: El profesor inútil
- Antonio Espina: Pájaro pinto
La Novela Realista y Social
Son revolucionarios románticos que escriben una literatura de testimonio y denuncia.
- Ramón J. Sender, que inicia esta tendencia con Imán.
- César Manuel Arconada: La turbina.
El Ensayo
El ensayo es un escrito de carácter teórico, sugeridor e interpretativo, que aborda, desde un punto de vista personal, con pretensión de originalidad y voluntad de estilo, asuntos muy diversos (políticos, sociológicos, históricos, morales, religiosos, estéticos…).
Los orígenes del ensayo se encuentran en la literatura grecolatina, en los Diálogos de Platón, Fray Antonio de Guevara, quien, en sus Epístolas familiares, y en las Cartas marruecas de Cadalso.
En la primera mitad del siglo XIX, Mariano José de Larra representa la lucha por el progreso y la modernización de España, y Juan Donoso Cortés, su Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo.
En la segunda mitad del siglo, los principales ensayistas son los intelectuales adscritos al krausismo: Francisco Giner de los Ríos (Estudios sobre educación) y Joaquín Costa (Colectivismo agrario en España).
El Ensayo de la Generación del 98
Los miembros de la Generación del 98 muestran en sus ensayos una común preocupación por el presente y porvenir de España. Predomina el propósito artístico de exaltar el paisaje autóctono.