El Teatro Español Anterior a 1936: Un Panorama Diverso
El desarrollo del teatro español anterior a 1936 se caracteriza por una marcada dualidad. Por un lado, encontramos repetidos intentos de renovación que, a menudo, chocaban con las barreras comerciales o el gusto imperante. Por otro lado, un teatro de éxito, favorecido por un público burgués y empresarios atentos a sus preferencias, continuaba las tendencias de finales del siglo XIX: el drama posromántico de Echegaray, la “alta comedia” y el costumbrismo. Dentro de esta línea, destacan la comedia burguesa, el teatro cómico y el teatro poético, que constituyen el foco principal de este estudio.
La Comedia Burguesa y el Realismo de Jacinto Benavente
Jacinto Benavente emerge como la figura más representativa de las posibilidades y limitaciones del teatro de la época. Sus obras, en general, retratan a las clases altas, con sus hipocresías y convencionalismos. Su obra maestra, Los intereses creados, es una deliciosa farsa que, aunque utiliza el ambiente y los personajes de la Commedia dell’arte, encierra una cínica visión de los ideales burgueses. En 1922, Benavente fue galardonado con el Premio Nobel. A pesar de las críticas de la joven generación, que lo tildaban de “conservador” y “ñoño”, sus obras posteriores siguieron gozando del favor del público, incluso en la posguerra.
A Benavente se le atribuye el mérito de haber eliminado los residuos del drama posromántico, proponiendo un teatro sin grandilocuencias, con una fina presentación de ambientes cotidianos, una gran habilidad escénica y diálogos fluidos.
El Teatro Cómico: Sainetes y la Tragedia Grotesca
El sainete, pieza teatral breve de carácter cómico, alcanzó gran popularidad. Los hermanos Álvarez Quintero y Carlos Arniches fueron destacados cultivadores de este género.
- Los hermanos Álvarez Quintero (Serafín y Joaquín): Llevaron a escena una Andalucía tópica y conflictos sentimentales. Entre sus obras más conocidas se encuentran El patio y Las de Caín.
- Carlos Arniches: Destacó por sus sainetes de ambiente madrileño, con un habla “castiza” en parte creada por el propio autor (Don Quintín el amargao), y por la “tragedia grotesca”, un intento de crear un género nuevo que fusionara lo risible con una actitud crítica ante las injusticias (La señorita de Trevélez).
En un nivel inferior de calidad, pero no de éxito, se sitúa el género cómico conocido como “astracán”, cuyo creador fue Pedro Muñoz Seca. Sus piezas, descabelladas, buscaban arrancar la carcajada del público (La venganza de don Mendo).
El Teatro Poético: Tradición y Modernismo
El teatro poético combinaba rasgos posrománticos con elementos estilísticos del modernismo (verso sonoro, efectos coloristas). Esta corriente se asociaba a una ideología tradicionalista que, ante la crisis espiritual de la época, exaltaba los ideales nobiliarios y los grandes hechos del pasado. Entre sus principales exponentes se encuentran:
- Francisco Villaespesa (El alcázar de las perlas)
- Eduardo Marquina (Las hijas del Cid)
- Los hermanos Machado (La Lola se va a los puertos), con un enfoque diferente.
La Renovación Teatral: Del 98 a las Vanguardias y el Grupo del 27
Este tipo de teatro renovador no solo proponía nuevas formas dramáticas, sino que también buscaba plantear profundos problemas existenciales o sociales para sacudir la conciencia de un público adormecido o llegar a un público desatendido. En esta dirección se encuentran las experiencias teatrales de los autores del 98, de las vanguardias y del grupo del 27. Valle-Inclán y García Lorca se alzan como las dos figuras más destacadas, no solo del teatro español del siglo XX, sino de los tres últimos siglos, y como figuras eminentes del teatro mundial.
Tendencias de la Renovación
- Primera generación del siglo: Se caracteriza por el fracaso de experiencias de indudable interés, como las de:
- Unamuno: dramas de ideas con un diálogo denso (Fedra).
- Azorín: teatro irreal y simbólico sobre su obsesión por el tiempo (Angelita).
- Jacinto Grau: teatro culto en torno a grandes mitos y temas literarios (El señor de Pigmalión).
- Valle-Inclán: principios estéticos diferentes, basados en la imaginación, la fantasía y lo exótico (Luces de bohemia).
- Segunda generación del siglo: Destaca Ramón Gómez de la Serna, con piezas distantes de lo convencional, que en su mayoría no se representaron. Era, como él mismo decía, un teatro para “el que no quiere ir al teatro” (El laberinto, Los medios seres).
- Teatro del grupo del 27: Cultivado por Alberti, Miguel Hernández, Alejandro Casona, Max Aub y García Lorca, entre otros.
- Rafael Alberti: teatro político (Noche de guerra en el museo del Prado).
- Miguel Hernández: teatro social o puramente estético (Pastor de la muerte).
- Alejandro Casona: éxito con Nuestra Natacha (carácter político) y obras de gran interés en el exilio (La dama del alba).
- Max Aub: obras centradas en la incapacidad del hombre para comprenderse y comprender la realidad (Narciso).
Federico García Lorca: Del Teatro Universitario a la Plenitud Trágica
Federico García Lorca cultivó el teatro, especialmente en sus últimos seis años. Desde 1932, dirigió “La Barraca”, un grupo de teatro universitario que, con apoyo del gobierno republicano, representaba obras clásicas por toda España. Sus primeras obras estaban escritas en verso, que luego reservó para momentos de especial intensidad. Su última obra, La casa de Bernarda Alba, está escrita casi íntegramente en prosa.
Se distinguen tres etapas en su teatro:
- Tanteos de los años veinte: Mariana Pineda, La zapatera prodigiosa.
- Experiencia vanguardista de los años treinta: Obras surrealistas como El público y Así que pasen cinco años.
- Etapa de plenitud: Bodas de sangre, Yerma, Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores y La casa de Bernarda Alba. En esta última, se aprecian sus grandes temas: la presión social, las diferencias sociales, el orgullo de casta y la condición de la mujer.
Bodas de sangre es una tragedia en verso y prosa que aborda los temas de la vida, la muerte y los celos. La luna, el puñal, el cuchillo o la navaja presagian la muerte de los protagonistas.
Valle-Inclán: Del Modernismo al Esperpento
Valle-Inclán siempre se preocupó por el teatro. Su aparente alejamiento se debió a desengaños y a sus principios estéticos, diferentes a los de la época. Abandonó la compañía donde trabajaba debido a discrepancias con los empresarios y a su enemistad con Galdós. Tras esta ruptura en 1912, Valle-Inclán siguió escribiendo obras teatrales sin pensar en la representación inmediata, dando pasos audaces en sus realizaciones dramáticas, especialmente con los esperpentos. Prefería que sus sugerencias llegaran a la fantasía del lector.
Se distinguen tres etapas en su trayectoria dramática:
- Etapa modernista: La marquesa Rosalinda, El yermo de las almas.
- Etapa de transición (1907-1920): Comedias Bárbaras (Águila de Blasón, Romance de Lobos, Cara de Plata). Aparece don Juan de Montenegro, que representa el mundo heroico en descomposición. Comienza a plantear el problema de un teatro social que culminará en el esperpento.
- Etapa de los esperpentos (1920-1927): Trilogía Farsa italiana de la enamorada del rey, Farsa y licencia de la Reina Castiza y Farsa infantil de la cabeza del dragón; Divinas palabras, Luces de Bohemia, Martes de Carnaval (incluye Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán) y El retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte.
Divinas palabras ofrece una reflexión satírica sobre la España rural gallega de la década de 1910. Los personajes son patéticos, guiados por la desesperación o el egoísmo. Se transmite la sensación de que el autor recoge el modo de pensar y hablar del mundo rural, ignorante y aislado.
Luces de Bohemia deforma la realidad española a través de Max Estrella, un poeta ciego y pobre. Max muere, su amigo le roba un décimo de lotería premiado, y su esposa e hija se suicidan. La obra critica el pasado imperial, los políticos, el capitalismo, el pueblo, las escuelas literarias y a escritores como Galdós y la prensa. En conjunto, la obra refleja la idea de que “España es una deformación grotesca de la civilización europea”.
La Poesía de Lorca: Etapas y Obras Clave
1ª Etapa: Inicios y Folclore
- Libro de poemas, Canciones y Poema del Cante jondo.
- Recuerdos de la niñez, malestar y angustia.
- Mezcla de metáfora vanguardista y folclore popular.
- Expresión del dramatismo de Andalucía y del propio dolor del autor.
2ª Etapa: El romancero gitano
- 18 romances en torno al gitano, raza marginada y perseguida.
- Protagonistas rebeldes, marcados por la frustración o la muerte.
- Fusión de lo culto y lo popular.
- Abundancia de imágenes y símbolos (luna, sangre, agua, caballo, metales).
- Recursos tradicionales: octosílabo, diálogos rápidos, repeticiones.
3ª Etapa: Poeta en Nueva York
- Contacto con la gran ciudad y técnica surrealista.
- Desprecio por la civilización norteamericana.
- Temas: poder del dinero, esclavitud del hombre, injusticia social, marginación, homosexualidad, muerte.
- Gritos desgarrados de dolor y protesta.
- Libertad expresiva: verso libre, anáforas, paralelismos.
4ª Etapa: Madurez y Despedida
- Sonetos del amor oscuro, Diván del Tamarit y Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías.
- Dolor de amar y llanto por el amigo.
- Combinación de lo popular y lo culto.
- Uso de formas clásicas como el soneto.
Símbolos y Estilo en la Obra de Lorca (Teatro y Poesía)
- Destino trágico y falta de libertad: Temas recurrentes en su obra.
- La mujer como símbolo de tragedia: Abocada al fracaso por las tradiciones y prejuicios.
- Símbolos:
- Muerte: luna, cuchillo, metales, sangre, flores, musgo, amarillo, verde, pozo.
- Pasión amorosa: caballo, rosa, río.
- Opresión: casas cerradas.
- Pureza: paloma, blanco.
- Libertad: mar, campo, verde, blanco.
- Estilo: Mezcla de elementos populares y cultos, diálogo fluido, refranes, habla popular (andaluza), metáforas, comparaciones e hipérboles.
Valle-Inclán: El Esperpento como Crítica Social
Teatro: Divinas palabras y Luces de bohemia
- Época de los esperpentos: Obras que superan el dolor y la risa con figuras marginales y grotescas.
- Crítica a la sociedad y la política: Reflejo de la realidad distorsionada.
- Técnica esperpéntica:
- Distorsión de la realidad y los personajes.
- Combinación de lo doloroso y lo grotesco.
- Uso de vulgarismos y frase nominal.
- Estilo desgarrado, agrio, irónico, con animalizaciones y símbolos.