Evolución del Teatro Español: Preguerra, Posguerra y Democracia

El Teatro Español: Evolución y Tendencias

Teatro de Preguerra

Dentro del panorama del teatro de preguerra, distinguimos dos tendencias:

Teatro Tradicional

De corte popular y de mayor apego a las formas tradicionales, destacan:

  • La comedia burguesa: Trata temas cotidianos de la vida de los burgueses desde un punto de vista crítico, de forma sutil. Jacinto Benavente, “Los intereses creados”.
  • El sainete: De carácter crítico, cómico y popular, se representaba entre actos de otras obras. Destacan los hermanos Álvarez Quintero, “Mañana de sol”; Carlos Arniches, “Del Madrid castizo”. Tiene un subgénero, que es la tragedia grotesca, caracterizada porque los aspectos cómicos de la obra se desvelan crueles a la luz de la naturaleza frágil y desdichada de los personajes. Carlos Arniches, “La señorita de Trevélez”.
  • La zarzuela: Caracterizada por compaginar en la representación partes declamadas y cantadas. Fernández Caballero, “Gigantes y cabezudos”.
  • La farsa: De carácter breve y satírico, con un humor tosco y personajes caricaturizados. Valle-Inclán, “La marquesa Rosalinda”; Lorca, “La zapatera prodigiosa”.

Teatro Innovador

Surge en España en las primeras décadas del siglo XX. Destacan:

  • El esperpento: Representa la realidad desde una visión deformadora y grotesca. Valle-Inclán, “Luces de Bohemia”.
  • El teatro conceptual: Caracterizado por la influencia de las vanguardias. Ramón Gómez de la Vega, “Los medios seres”.
  • La tragedia: Representa las grandes pasiones y el destino trágico del ser humano, encarnados en los personajes. Valle-Inclán, “Comedias Bárbaras”; Lorca, “Bodas de sangre”.

El Teatro en la España de Posguerra

Factores que condicionan la situación del teatro: la desaparición de autores, las difíciles condiciones económicas, la necesidad de dar respuesta a los gustos de un público burgués, la limitación de la libertad de expresión, etc.

Tendencias del Teatro de Posguerra

  • Teatro del exilio: Creado por dramaturgos que se vieron obligados a abandonar el país al terminar la Guerra Civil y continuaron su producción teatral en los países de acogida. Alejandro Casona, “La sirena varada”; Max Aub, “El rapto de Europa”.
  • Teatro continuador de la tradición: Su finalidad es el entretenimiento moralizador, con una ligera crítica de costumbres que no llega a molestar. José María Pemán, “Los tres etcéteras de don Simón”; Joaquín Calvo Sotelo, “La muralla”. Principales características: la acción dramática se divide en actos, los personajes se definen a partir del diálogo, el escenario reproduce el ambiente de los salones burgueses, en el drama de tesis aparecen temas patrióticos o políticos y en la alta comedia, conflictos familiares, celos, infidelidades, con una intención doctrinal, construcción de la trama cuidada y diálogos con un lenguaje bien elaborado.
  • Teatro del humor: Tendencia renovadora que rompe con el teatro cómico anterior mediante la creación de un nuevo concepto del humor relacionado con el teatro del absurdo. Enrique Jardiel Poncela, “Eloísa está debajo de un almendro”; Miguel Mihura, “Tres sombreros de copa”.
  • Teatro realista: Tendencia más representativa. Se inicia con “Historia de una escalera”, de Antonio Buero Vallejo. Características relevantes: refleja en los escenarios la dura realidad de la España del momento, teatro poco innovador al principio, aunque acabará adoptando recursos dramáticos, utiliza recursos para lograr la identificación del espectador con los personajes, utiliza elementos simbólicos o alegóricos, sitúa las obras en un espacio y un tiempo determinados.
  • Teatro vanguardista y experimental: Surgió en España a finales de los 60. Por sus dificultades para llegar al público, se ha conocido como “teatro soterrado”. Es una actitud crítica contra el sistema. Destacan Fernando Arrabal y Francisco Nieva. Rechazan las técnicas del teatro realista e incorporan en sus obras las innovaciones escénicas del teatro en el siglo XX. Características: rechazo del realismo, trata temas de las condiciones sociales y políticas de la España del momento, los personajes carecen de perfil psicológico, la acción dramática se presenta dividida en breves secuencias que se suceden sin un orden lógico, el espacio escénico se diseña con completa libertad, utilizando hasta el patio de butacas, el teatro es un espectáculo total.

El Teatro desde 1975

Durante los primeros años de la democracia, se dio a conocer una serie de autores dramáticos dentro del teatro, como José Sanchis Sinisterra y José Luis Alonso de Santos, que se apartan del teatro experimental dominante en las décadas anteriores, proponiendo nuevas fórmulas.

Principales rasgos:

  • Vuelta al teatro de autor y revaloración del texto teatral.
  • Renuncia a la finalidad política del teatro.
  • Presencia de problemas cotidianos de los jóvenes.
  • Retorno a las fórmulas dramáticas realistas.
  • Personajes inspirados en la vida real, con los que el espectador se identifica.
  • Lenguaje coloquial.
  • Deseo de llegar a un público amplio.
  • Utilización del humor y comicidad, con incorporación de técnicas teatrales modernas.

Tendencias dentro del Teatro a partir de 1975

  • La comedia burguesa: Es el género dramático más representado dentro del teatro comercial. Se desarrollan en ambientes propios de la clase media-alta de España, planteando conflictos surgidos en las relaciones personales o familiares de los personajes. Ana Diosdado, “Camino de plata”; María Manuela Reina, “Alta seducción”.
  • La comedia costumbrista: Aborda temas que preocupan a la sociedad, como la droga, la delincuencia o los problemas de carácter más personal, como la búsqueda de la identidad, con protagonistas jóvenes que viven en un ambiente urbano y que se expresan a través del lenguaje coloquial o jergal. Visión pesimista de la realidad, atenuada por el humor. José Luis Alonso de Santos, “La estanquera de Vallecas”, “Bajarse al moro”; Paloma Pedrero, “Una estrella”.
  • Teatro de tema histórico: Tratan temas históricos de España. Concha Romero, “Un olor a ámbar”; Ignacio García May, “Alesio”. Dentro de este grupo, se integran una serie de obras con temática de la Guerra Civil. José Sanchis Sinisterra, “¡Ay, Carmela!”; Fernando Fernán Gómez, “Las bicicletas son para el verano”, evocación de la experiencia personal de los años anteriores a la contienda.