Exploración de la Poética Lorquiana: Lenguaje, Símbolos y Temas Centrales

El Lenguaje en la Obra de Lorca

Un Discurso de lo Concreto

El mundo lorquiano no es conceptual. De aquí la importancia de la metáfora y la personificación. Esta poética requiere la participación de los cinco sentidos para que todo se anime y esté vivo. El adjetivo no convence a Lorca porque es conceptual, reduce al sustantivo y lo empareja con otro. Son frecuentes las metáforas en aposición o impresionistas y las metáforas I de R.

La Metáfora: Inmersión Sensorial

Lorca, fan de Góngora, se sumerge en el mundo mediante el amaestramiento de los sentidos y la desconceptualización del poema. Las metáforas tienen una elaboración compleja y podemos hablar de ausencia de referencialidad de la imagen.

El Simbolismo: Un Lenguaje Ancestral

En el lenguaje simbólico, Lorca cuenta con la ayuda del folklore. Por ejemplo, a la naranja y el limón la tradición oral los inviste de valores amorosos. No se puede hablar de distorsión lingüística ni de automatismo surreal, sino de metáfora y de símbolo. Los símbolos son polivalentes, no se encadenan las palabras a significaciones fijas.

Algunos Símbolos Centrales en la Obra de Lorca:

  • La luna: Encarna todos los valores posibles (desde la muerte hasta agente de eros). Símbolo de naturaleza, belleza, mujer del apocalipsis, representación de la virgen…
  • El agua: Símbolo también polivalente, puede ser símbolo positivo erótico, agua como fecundadora cuya sacralidad pagana puede cristianizarse (bautismo). También puede ser símbolo negativo de muerte (pozo, aljibe, cisterna, agua estancada sin vida).
  • La sangre: Es vida, generación, sexualidad, fertilidad. Desangrarse es morir. La sangre seca es esterilidad; la sangre negra es el sufrimiento. Sangre derramada: sacrificio.
  • El caballo: Es vida, virilidad, los valores eróticos. En otras ocasiones, encarna valores de muerte, vehículo de muerto (el jinete), mensajero mortal (Romance de la luna, luna).
  • Hierbas: Casi siempre símbolos de muerte.
  • Metales: Muerte y violencia.

Mitos: Símbolos y Espacios Míticos

Los símbolos poseen una dimensión mítica en el sentido de que remiten a modelos ejemplares, a revelaciones primordiales, a arquetipos. Pueden pertenecer a cualquier cultura, como:

  • Simbología bíblica y cristiana: Abundan imágenes cristológicas donde Cristo es el arquetipo del sacrificio. Sánchez Mejías será un cristo y también Don Perlimplín.
  • Mitología clásica: Como las parcas, Cronos…

Andalucía: Espacio Mítico Lorquiano

Andalucía es el gran espacio mítico de Lorca y, como tal, es transhistórico. Es como Macondo en García Márquez. Esta Andalucía tiene una dimensión romana (Córdoba es la sede de la romanidad), otra musulmana y una dimensión judía. En esta configuración, lo gitano desempeña un papel esencial.

Otros Símbolos

  • Viento: Erotismo y destrucción.
  • Colores:
    • Verde: Sexo y muerte.
    • Blanco: Pureza.
    • Negro: Muerte.
    • Rojo: Fuego, sangre, vida y muerte.

Temas Centrales en la Obra de Lorca

La Frustración: Ontológica y Social

Lorca detecta y denuncia un malestar histórico y social cuyas raíces están en los modos de organización creados por el hombre, pero también en su poesía hay fuerzas fatales y ciegas que abaten a los individuos: el fatum del sexo y de la muerte, la soledad radical del hombre.

Ante las desigualdades, Lorca está siempre de parte de los pobres, oprimidos y marginados, pero nada que ver con el optimismo marxista. Ante ambos planos de la frustración, el poeta afronta la realidad, le planta cara con lucidez, consciencia y rechazando la alienación.

El Amor: Una Fuerza Cósmica

Es de carácter cósmico. El amor nace en todos los planos de la vida. ¡Todo es igual en la naturaleza!, dice Lorca.

El sexo es una energía impetuosa que puede saltar incluso sobre el incesto, pero no suele ser un eros triunfante. Casi todos los amantes acaban destruidos, ya sea por la muerte o por la represión social. El erotismo verbal de los personajes no implica necesariamente plenitud sexual. En cuanto a la mujer, en la obra de Lorca se refleja la mujer de cultura mediterránea integrada en el universo del poeta. Aparecen mujeres colmadas sexualmente, deseantes e incluso lujuriosas, y refleja también la tragedia de la frustración sexual, de la amputación de los sentidos y del alma que una moral opresiva es capaz de reproducir. La frustración sexual en el hombre suele ser por causas fisiológicas (impotencia), frialdad o templanza motivada por la edad frente a la vitalidad de la mujer. A partir de Poeta en Nueva York, Lorca alcanza la plenitud de poeta erótico y es fiel a la licitud de la relación homosexual, que se basa en la existencia del amor y no solo en la procreación. “Si la muerte es el destino de todo, ¿a qué la perpetuación de la vida? Es licitísima, pues, la búsqueda del placer”.

La Esterilidad y la Infancia: Dos Caras de la Moneda

La esterilidad es la otra cara de la fecundidad. La renuncia a la perpetuación de la especie alcanza una dimensión trágica pero de muchas facetas. El niño no engendrado es el niño muerto de la propia infancia. La infancia es el paraíso y la edad adulta es, en cierto modo, el infierno, de modo que solo el niño que fuimos puede salvarnos.

La Muerte: Una Obsesión Vital

No hay necrofilia en la visión lorquiana de la muerte, sino que es el amor apasionado a la vida lo que suscita la oscura pesadilla. Todo está bajo la constante amenaza de la destrucción. Lorca insta al carpe diem. Cabría desarrollar una teoría de las muertes en Lorca: muerte moral, muerte en vida y muerte en sentido propio, como el gran malogramiento del individuo. Toda muerte es una especie de asesinato, es violenta porque siempre nos sorprende en mitad de la jornada; morir es no llegar. La violencia es la verdadera cara de la muerte. La muerte es también engaño y castigo. Lorca siente su realidad más tangible: la putrefacción. El individuo se desintegra y tiene lugar la pérdida total del individuo. La alternativa es pavorosa: no se muere del todo, sino que los muertos inertes no pierden la conciencia, sino que continúan en un castigo sin término. Esta cosmovisión se explica (según un crítico) en virtud de un ansia desesperada de trascendencia o como huella de un cristiano sentimiento de culpa.

En relación con la muerte, Cronos es un agente de Tánatos. El tiempo, además de destruirnos y llevar a la muerte, destruye a los seres en vida, les hace perder día a día sus señas de identidad.

Dados estos presupuestos, la trascendencia religiosa apenas desempeña un papel en la cosmovisión lorquiana. En su madurez, la actitud es cada vez más pagana, panteísta, de exaltación de las fuerzas primarias cuyo envés es el terror a la muerte.

El Tema de la Revolución: Un Compromiso Social

Si bien condena la “zarandaja esa del arte puro”, también rechaza la poesía comprometida o revolucionaria de Alberti, pero ha poetizado el tema de la represión, el capitalismo y la iglesia católica y, en general, la ideología dominante, como se ve en el Grito a Roma, donde profetiza un mundo de esclavitud para la humanidad.