Explorando el Romanticismo: Periodos, Géneros y Autores Clave

Periodos del Romanticismo

Prerromanticismo (1775-1800)

Fue un puente entre la Ilustración y el Romanticismo. Rechaza la realidad inmediata y critica la razón como insuficiente para resolver los problemas humanos.

Romanticismo (1800-1830)

Predominaba lo emocional, el interés por la naturaleza, la historia y lo exótico. Busca una síntesis entre la conciencia del mundo y la individualidad.

Posromanticismo (1830-1848)

Surge con las revoluciones burguesas. Algunos escritores abandonan el idealismo romántico y defienden derechos civiles, mientras otros, ligados a la Restauración, adoptan un tono nostálgico y místico.

Romanticismo Tardío (desde 1848)

La literatura se orienta hacia el Realismo, pero algunos autores siguen explorando temas sentimentales, con ambientes estáticos y una visión pesimista centrada en lo cotidiano y la búsqueda de la felicidad personal.

Géneros de la Prosa Romántica

En la prosa romántica se distinguen diversos géneros:

  • Novela histórica: Ambientada en el pasado, suele reflejar el nacionalismo romántico al exaltar los ideales y tradiciones del pueblo.
  • Novela gótica: Relatos de misterio y terror, donde aparecen paisajes sombríos, castillos góticos, criptas y seres fantasmales.
  • Novela costumbrista: Describe la vida cotidiana y las costumbres populares, mostrando personajes típicos y criticando vicios sociales.
  • Novela sentimental: Relata historias de amor con tono melodramático, abordando temas como el adulterio, la traición y la vergüenza.
  • Novela intimista: Se centra en los conflictos emocionales de los personajes, cuyas aspiraciones chocan con la realidad, provocando dolor y desengaño.
  • Novela de formación: Relata el proceso de maduración de un joven, mostrando cómo las experiencias moldean su carácter y lo guían hacia la felicidad.
  • Cuento: Relatos breves, variados en temas, que van desde las tradiciones populares hasta las leyendas fantásticas.

Autores Destacados del Romanticismo

Jakob y Wilhelm Grimm

Los hermanos Jakob y Wilhelm Grimm fueron famosos por su libro Cuentos de la infancia y del hogar (1812-1822), donde recopilaron historias populares como «La Cenicienta», «Blancanieves», «Caperucita Roja» y «Hansel y Gretel». Al principio, estos cuentos estaban dirigidos a adultos, pero los adaptaron para suavizarlos. Gracias al éxito del libro, publicaron posteriormente Leyendas alemanas (1816-1818).

Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832)

Goethe fue un influyente escritor alemán. Su libro más famoso es Los sufrimientos del joven Werther (1774). En él, Werther, un joven apasionado, se enamora de Lotte, pero ella está comprometida con otro. Al no poder estar con ella, Werther se quita la vida. También escribió Las afinidades electivas (1809), donde reflexiona sobre el amor y el matrimonio, y Wilhelm Meister (1795-1829), que cuenta la historia de un joven que, tras muchas experiencias, descubre que su verdadero camino es ser médico y ayudar a la gente.

Mary Shelley (1797-1851)

Mary Shelley escribió Frankenstein o el moderno Prometeo en 1816, tras pasar una noche contando historias de miedo con su esposo Percy Shelley y su amigo Lord Byron. De ahí nació la idea de crear una novela de terror. La historia trata sobre Victor Frankenstein, un joven que, obsesionado con crear vida, fabrica un monstruo usando partes de cadáveres. Al verlo, siente miedo y lo abandona. La criatura, sola y triste, busca venganza, matando a los seres queridos de Victor. Al final, Victor muere persiguiéndolo, y el monstruo, arrepentido, promete destruirse. Frankenstein es una advertencia sobre los peligros de la ciencia sin control y también aborda la soledad y el rechazo que sufre quien es diferente.

Víctor Hugo (1802-1885)

Víctor Hugo dejó sus estudios para dedicarse a la literatura. En 1822 se casó con Adèle Foucher, con quien tuvo cinco hijos. En 1843, sufrió una gran desgracia: su hija Léopoldine y su yerno murieron en un naufragio, lo que le causó una profunda tristeza. En 1848 fue elegido diputado, pero en 1851 tuvo que exiliarse por oponerse al golpe de estado de Napoleón III. Volvió a Francia en 1870 y, en 1876, fue nombrado senador. Cuando murió en 1885, miles de personas asistieron a su entierro en el Panteón. Las novelas de Hugo, aunque ambientadas en el pasado, tratan temas importantes de su época. Su primera gran obra fue Nuestra Señora de París (1831), que cuenta la trágica historia de amor entre Quasimodo y Esmeralda. Más tarde escribió Los miserables (1862), donde narra la vida de Jean Valjean, un exconvicto que intenta cambiar su destino. En sus obras, Hugo muestra la vida de la gente humilde, algo poco común hasta entonces en la literatura francesa. Sus personajes sufren las injusticias de la sociedad y luchan por cambiar su suerte. Con estas historias, Hugo se convirtió en uno de los escritores más importantes del Romanticismo.

Alejandro Dumas (1802-1870)

Alejandro Dumas fue un escritor famoso por sus novelas de aventuras, publicadas por entregas. Sus historias, llenas de acción y suspense, están protagonizadas por héroes sencillos y valientes, sin gran profundidad psicológica. Entre sus más de trescientas obras, destacan Los tres mosqueteros (1844), donde el joven D’Artagnan viaja a París para cumplir su sueño de unirse a los Mosqueteros del Rey. Allí conoce a Athos, Porthos y Aramis, quienes se convierten en sus grandes amigos. Otra obra importante es El conde de Montecristo (1845-1846). Su protagonista, Edmond Dantès, es traicionado por dos amigos y acaba preso en el Castillo de If. En la cárcel, un compañero le revela el secreto de un tesoro escondido en la isla de Montecristo. Edmond logra escapar, encuentra el tesoro y usa su riqueza para vengarse.

El Realismo en la Narrativa

El Realismo prefirió la narrativa para reflejar el conocimiento de la sociedad, destacando la novela social y, con excepciones, la novela histórica, como Guerra y paz de Tolstói. También cultivó la novela corta, un género intermedio entre el cuento y la novela extensa, que se centra en un episodio o serie de episodios decisivos para el protagonista. La narración suele ser rápida, con poca descripción y énfasis en el argumento y el diálogo. Los personajes tienden a ser esquemáticos, buscando captar la atención del lector, estimular su sensibilidad y despertar su sentido crítico.