Explorando la Literatura: Del Siglo XVIII al XIX

La Sociedad y la Cultura en el Siglo XVIII

El esplendor artístico y literario del Barroco se desarrolló en una época de profunda crisis. Los intelectuales del siglo XVIII comprendieron que el único modo de regenerar una sociedad era cultivar la educación: se conciben el saber y la cultura como un bien público. Este fue el planteamiento de la Ilustración, movimiento que imponía la razón antes que la ignorancia, hoy en día se conoce como El Siglo de las Luces.

La Literatura del Siglo XVIII

El Neoclasicismo es un movimiento que entiende el arte como vehículo para la difusión de las nuevas ideas y que tiene su ideal estético en la imitación de los autores grecolatinos.

Características del Neoclasicismo:

  • Intención didáctica.
  • Oposición al Barroco.
  • Recreación de los ideales aristotélicos y recurso a la literatura grecolatina sin mezcla de géneros, manteniendo siempre los límites entre verso y prosa.
  • Estilo cuidado pero sin excesos retóricos.

Estos planteamientos de la literatura neoclásica los recogió Ignacio de Luzán en su Poética o reglas de la poesía en general y de sus principales especies. Hacia mediados del siglo se desarrolló el movimiento prerromántico.

Prerromanticismo: defiende el sentimiento ante la omnipresencia de la razón.

La Literatura Didáctica

Por esta razón, afloran géneros destinados a alejar al pueblo de la ignorancia, a enseñarlo a la luz de la razón. Para esta finalidad son idóneos el ensayo y el discurso.

Autores destacados:

  • Benito Jerónimo Feijoo: es una gran figura de la Ilustración en España. Su obra más importante, Teatro crítico Universal, es un conjunto de discursos de los más diversos temas.
  • Gaspar Melchor de Jovellanos: entre sus obras destaca el Informe sobre la ley agraria, donde reflexiona sobre el estancamiento de la agricultura en España y atribuye una de sus causas al hecho de que las tierras estén en manos de la nobleza y de la iglesia.

La Literatura Epistolar y la Sátira: José Cadalso

Cadalso se define como un autor abierto a todas las influencias renovadoras de su entorno cultural, destaca Cartas marruecas.

  • Cartas marruecas: se enmarca en la literatura epistolar, se trata de una serie de cartas que intercambian tres personajes: los marroquíes Gazel y Ben-Beley y el español Nuño. Gazel, en las cartas que escribe a su maestro, expone su visión de nuestro país, de las peculiaridades de la sociedad española, contemplada por un observador ajeno a ella.

Las Fábulas

Las fábulas se presentan como ejemplos sobre las buenas costumbres o valores morales y aportan una reflexión final que conocemos. Es característico de ellas el frecuente protagonismo de animales.

Un importante fabulista español es Tomás de Iriarte. Su trascendencia se debe sobre todo a su obra Fábulas literarias, en las que el autor postula los principios del Neoclasicismo y defiende la idea de que la obra de arte es producto de la constancia y el esmero, frente a la inspiración arrebatada accidentalmente.

Félix María de Samaniego en sus Fábulas morales aborda temas variados con la intención de ridiculizar ciertos vicios humanos: la avaricia, la hipocresía…

La Prosa Narrativa

  • Diego de Torres Villarroel: Su novela más representativa es su propia autobiografía. Irónica y crítica, ha sido considerada como la novela que cierra el género picaresco.

La Poesía Neoclásica

El género lírico no encontró mucho eco en el S.XVIII, la creación poética en esta época se centra en temas morales y filosóficos. En cuanto a los grandes motivos temáticos, el amor y la naturaleza son enfocados hacia la elegancia y la belleza.

El género lírico se entiende como imitación de la naturaleza y la vida, cuya finalidad es aleccionar y depurar las pasiones insanas. En esta línea teórica se inscribe el poeta Juan Meléndez Valdés.

El Teatro

En el siglo XVIII, la cartelera teatral se llenaba de obras barrocas, que gozaban de gran éxito entre el público. Los escritores neoclásicos las consideraban de mal gusto y forjaron su propuesta: un teatro ajustado a los cánones del Neoclasicismo y, a la vez, instructivo y moralizador. Por ello fueron muy pocos los autores que triunfaron en la escena teatral.

Las obras supusieron una vuelta al ideal clásico.

Características del Teatro Neoclásico:

  • El ideal de pureza, las obras quedan claramente clasificadas en tragedias y comedias (final feliz).
  • Se rechazan los elementos fantásticos.
  • Se observa la regla de las tres unidades.
  • Los temas están orientados al didactismo. Los autores utilizan sus obras para exponer sus opiniones sobre las costumbres sociales.

Con la aparición del Prerromanticismo los dramaturgos optaron por la expresión de los sentimientos y por la búsqueda de la emoción.

Comedia Neoclásica:

Leandro de Moratín se preocupaba sobre todo por las costumbres sociales basadas en la hipocresía y los convencionalismos.

  • El sí de las niñas: aborda otro de los asuntos que más le interesaban, la educación que se daba a los jóvenes, sobre todo a las mujeres, que anulaba su capacidad de decisión y les impedía elegir libremente su futuro.

Tragedia Neoclásica:

La obra de García de la Huerta se enmarca en el neoclasicismo por su tono didáctico. Sus personajes tienen unas contradicciones internas que anticipan el Romanticismo.

  • Raquel: Es un drama histórico que recrea los amores del rey Alfonso VIII con una hermosa judía. El gobernante se deja arrastrar por la pasión y debe renunciar a su amor para cumplir con el deber. Novedad que introduce: no solo enseña sino que también puede ser dolorosa a veces.

La Literatura del Siglo XIX

El estallido transformador del Romanticismo coincidió con la Revolución Industrial, dando lugar a la aparición de dos clases sociales:

  • Proletariado urbano.
  • La burguesía industrial.

Literatura del Siglo XIX:

Dos grandes corrientes se desarrollaron a lo largo de este siglo:

1. Romanticismo:

  • Rompe con los convencionalismos.
  • Persigue la libertad formal: polimetría y mezcla de géneros: desarrollo de la subjetividad del creador.
  • Expresión subjetiva de sentimientos y emociones.
  • El yo poético es un personaje atormentado enfrentado a un entorno y unas normas que lo condicionan.
  • Presencia de la naturaleza que refleja el sentimiento íntimo del poeta.

2. Realismo:

  • Comienzan a ser más nítidos los cambios sociales.
  • Literatura centrada en la misma época que inspira.
  • Tono objetivista y descriptivo.
Elemento Costumbrista:

Sirve para describir los tipos y escenarios que definían los ambientes populares del momento.

Romanticismo Español:

Se asentó de forma tardía en España debido al exilio de muchos intelectuales durante el reinado de Fernando VII (1833). Encuentra el apoyo entre los años 30 y 40.

Grandes figuras de la poesía:

  • Bécquer.
  • Rosalía de Castro.

Se caracteriza por el conflicto del ser humano entre su libertad, su pasión, su efervescencia emocional y la sociedad.

Poesía Romántica:

Busca la creación. Defiende la libertad desde una perspectiva apasionada, rebelde y a veces atormentada.

José de Espronceda:

Alcanza una gran transparencia a través de la poesía narrativa, subgénero en el que destaca El estudiante de Salamanca. El contenido que nos ofrece es un clarísimo ejemplo de esa corriente romántica: el protagonista Félix de Montemar es un seductor temerario y sin escrúpulos, lleno de atractivo. Esta contradictoria caracterización del personaje nos da la imagen de héroe romántico.

Gustavo Adolfo Bécquer:

Poeta posromántico. Su obra se enmarca en la segunda mitad del siglo XIX. Métrica y estilo sencillo. Versos llenos de símbolos.

Temas:
  • Amor.
  • Muerte.
  • Metaliteratura (hablar de la propia literatura).

Rosalía de Castro:

Su importancia se debe sobre todo a su creación poética:

  • Cantares gallegos.
  • Follas Novas.
  • La flor.
  • En las orillas del Sar.

La obra de Rosalía presenta un rasgo muy característico del Romanticismo: los espacios naturales son reflejo del sentir del creador como un espejo de su estado de ánimo.

Novela Realista:

Primera etapa: Prerealismo.

  • La gaviota: Cecilia Böhl de Faber, conocida como Fernán Caballero.

En 1868, Benito Pérez Galdós escribe La Fontana de Oro: superación del idealismo romántico. Hacia 1880 se difunden en España los principios naturalistas. Uno de los mejores escritores que representan el elemento naturalista es Leopoldo Alas, Clarín, con su obra maestra: La Regenta.

Benito Pérez Galdós:

Segunda etapa: con La desheredada. Estas obras recogen un completo retrato de la sociedad de su época. Obra maestra: Fortunata y Jacinta, en la que Galdós inmortalizó dos personajes femeninos provenientes de clases sociales opuestas.

Tercera etapa: De forma paralela al resto de su obra, Galdós concibió un proyecto muy ambicioso: Los Episodios Nacionales:

  • Guerra de la Independencia.
  • Reinado de Fernando VII.
  • Reinado de Isabel II.
  • Revolución del 68.

Leopoldo Alas, Clarín:

En 1885 publica La Regenta, novela de enfoque naturalista. Narra la historia de Ana Ozores, una joven casada con don Víctor Quintanar. Este es un hombre bonachón y sencillo, pero su relación con ella es paternalista y nada apasionada. Ana busca dar un sentido a su vida, pero es manipulada por su confesor, Fermín de Pas, y por el vanidoso Álvaro Mesía, que desea sumarla a la lista de sus conquistas.

Tema principal:

Nos encontramos ante un relato de Vetusta (Oviedo).

Caracterización:

Sus personajes tienen una detallada penetración psicológica y tiene un enfoque naturalista, ya que son influenciados por el medio.

La Prosa Romántica:

Diferenciamos dos tendencias:

  • Por una parte, una prosa no narrativa que busca sus temas en la realidad a través del periodismo y del costumbrismo.
  • Por otro lado, está la prosa de ficción.

Prosa no narrativa:

Es la prosa periodística, Mariano José de Larra es clave, firmaba con seudónimos. En los artículos literarios, Larra se dedicó sobre todo a la crítica teatral. En los artículos políticos, defendió posiciones liberales y contrarias al absolutismo. Pero son los artículos de costumbres los que interesan al lector por la sorprendente crítica. Larra ridiculizó y criticó ciertos vicios presentes en todas las clases sociales.

Prosa de ficción:

Bécquer fue también autor de relatos: las leyendas, cuya acción se sitúa en tiempos antiguos y en escenarios misteriosos. La Edad Media es la época favorita de Bécquer para estas narraciones.

José Zorrilla:

Don Juan Tenorio es donde el autor retoma un mito pasado tratado por otros autores en épocas anteriores. Pero Zorrilla nos presenta a Don Juan como un héroe romántico: temerario y criminal y, pese a todo, seductor. Sin embargo, intenta redimirse de sus errores al descubrir con doña Inés el verdadero amor.