Explorando la Poesía de la Generación del 27: Autores y Características Clave

Características de la Poesía de la Generación del 27

La Generación del 27 se caracteriza por su intento de renovación estética de la poesía española. Para ello, adoptan las innovaciones de las vanguardias, sin olvidar la tradición literaria española.

  • Renovación formal: Cuidan y renuevan la forma a través del uso de léxico culto, palabras coloquiales y términos antes ajenos a la poesía.
  • Metáfora: La metáfora se convierte en el recurso literario más importante, ideal para expresar contenidos surrealistas.
  • Métrica: Utilizan estrofas clásicas como el soneto, el romance y el villancico, pero también innovan con versos blancos, versos libres y versículos. La libertad métrica es un rasgo distintivo.
  • Evolución temática: Inicialmente, se centran en la forma del poema (arte por el arte), pero evolucionan hacia una poesía humanizada, influenciada por el Surrealismo, abordando temas como el dolor, la alegría y los recuerdos. La Guerra Civil acentúa esta visión, llevando a muchos autores a temas comprometidos.

Autores Destacados de la Generación del 27

Pedro Salinas (1892-1951)

Conocido como el poeta del amor de la Generación del 27. Su poesía se caracteriza por una sensibilidad especial y sinceridad. Sus poemas suelen ser cortos y prescinden de la rima, logrando ritmo mediante la repetición de palabras o estructuras sintácticas. Sus obras principales incluyen: Presagios (1923), Seguro azar (1929), Fábula y signo (1932), La voz a ti debida (1934) y Razón de amor (1936). En su exilio americano, compuso El contemplado (1946) y Todo más claro (1949). Su evolución temática va del amor a la desesperación por la situación de España.

Jorge Guillén (1893-1984)

Su poesía es considerada pura o intelectual, eliminando elementos decorativos del Modernismo. Se centra en lo esencial, asociando la perfección a la existencia y cantando a realidades cotidianas. Utiliza palabras sencillas y estructuras sintácticas simples. Agrupó su producción en Cántico (1928-1950), Clamor (1957-1963) y Homenaje (1967), bajo el título unitario de Aire Nuestro. Cántico es un canto al mundo y la vida, mientras que Clamor introduce la parte negativa de la existencia. Homenaje vuelve a Cántico con una visión más amplia.

Gerardo Diego (1896-1987)

Cultivó el Creacionismo, pero desarrolló diversos estilos literarios, desde la poesía tradicional hasta la vanguardista. Destacó por su dominio de la forma y la integración de lo clásico y lo nuevo. Sus obras vanguardistas incluyen Imagen (1922) y Manual de espumas (1924). También cultivó la poesía tradicional en obras como El romancero de la novia (1918), Soria (1923) y Alondra de verdad (1941). Es considerado uno de los mejores autores de sonetos del siglo XX. Su labor de recopilación de poemas en antologías es también destacable.

Federico García Lorca (1898-1936)

Considerado uno de los autores fundamentales de la literatura española. Su obra mezcla lo culto y lo popular. Publicó Libro de poemas (1921) y Canciones (1922). En Poema del cante jondo (1931) y Romancero gitano (1928) explora temas andaluces con un sello propio. Poeta en Nueva York (1935) muestra su visión crítica de la deshumanización de la ciudad. Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías (1934) es un compendio de su mundo poético, combinando lo popular con el Surrealismo.

Vicente Aleixandre (1898-1984)

Premio Nobel de Literatura en 1977. Sus primeras obras, como Ámbito (1928) y Espadas como labios (1932), están influenciadas por el Surrealismo. En La destrucción o el amor (1934) explora la unidad del mundo y la necesidad de amar. Sombra del Paraíso (1944) narra las consecuencias de la guerra. En Historia del corazón (1954) se centra en la solidaridad humana. Sus últimas obras, como Poemas de la consumación (1968) y Diálogos del conocimiento (1974), enlazan con su Surrealismo inicial.

Dámaso Alonso (1898-1990)

Su obra inicial, Poemas puros. Poemillas de la ciudad (1921) y El viento y el verso (1925), muestra influencias del Romanticismo y el Modernismo. Su obra capital, Hijos de la ira (1944), es una de las más importantes de la posguerra, expresando el desarraigo y la angustia existencial. También destacan Oscura noticia (1944) y Hombre y Dios (1955). Su labor como crítico literario es también muy relevante.

Otros Autores Adscritos al 27

Otros autores menos conocidos, pero igualmente importantes, incluyen a Manuel Altolaguirre, Emilio Prados, Juan José Domenchina, León Felipe, Juan Chabás, Pedro Garfias, José María Hinojosa, Mauricio Bacarisse, Ramón Basterra, Antonio Espina y Juan Larrea.