Explorando las Facetas del Amor en la Poesía de Miguel Hernández

El Amor en la Poesía de Miguel Hernández

La poesía de Miguel Hernández se caracteriza por su profundo sentido amoroso, presente en cada uno de sus versos. Este amor se manifiesta de diversas formas a lo largo de su trayectoria literaria: hacia la naturaleza, la mujer, el hijo, los amigos, el pueblo y la vida misma. El sentimiento pasional es el eje central de su obra, adoptando distintas expresiones a lo largo del tiempo.

a. El despertar sexual y la pugna religiosa

El sentido natural del amor se relaciona con el sexo. En su juventud, Hernández menciona la lujuria en contextos mitológicos, como una forma de exculpación. Su poesía amorosa se ve marcada por la tensión entre espiritualidad y sexualidad, entregándose tanto a lo trascendente como al placer mundano. Influenciado por su entorno, reprime su sexualidad, culpando a la ciudad y debatiéndose ante la tentación del goce. Este es el ímpetu desbocado de su juventud.

b. El amor lamento y el amor-ilusión de tradición literaria

Hernández comienza a sentir amor hacia una mujer. Liberado de la represión religiosa, utiliza el amor abstracto para expresarse, idealizando el amor supremo. Sus fuentes son el amor cortés y los poemas bucólicos. La metáfora de la herida, proveniente de los cancioneros medievales y la mística, se convierte en símbolo de la existencia, dando lugar al concepto del amor herida.

c. El amor-dolor que va de la tradición a la realidad

La llegada del amor verdadero lleva a Miguel Hernández a reelaborar la poesía religiosa en clave erótica, influenciado por la idealización petrarquista del amor. De esta fusión nace El rayo que no cesa, que refleja un amor fatal al no poder ser consumado sexualmente. Es un amor real, ligado a la relación carnal. Su crisis personal se refleja en su poesía amorosa, donde muestra su dependencia de la amada para mantener su identidad. El rechazo genera dramatismo en esta etapa, donde sus ansias de amar chocan con la moral provinciana, produciendo la pena hernandiana. Tras ser rechazado, abandona el petrarquismo literario y da paso al antipetrarquismo de la realidad, donde el amor idealizado se transforma en amor real. Este amor se identifica con el símbolo del toro: el toro en libertad y el toro en la plaza.

d. El amor-alegría. El amor-fraternidad

El matrimonio trae un nuevo brote amoroso hacia su mujer y su hijo. El vientre materno se identifica con los hombres y la naturaleza. El amor, como esencia de la vida y la muerte, se convierte en el tema central de su poesía. Tras el primer embarazo de su esposa, escribe Canción del esposo soldado, y en prisión, Nanas de la cebolla, dedicadas a su segundo hijo, combinando la ternura del amor paternal con la violencia de la guerra y la prisión. En plena tragedia bélica, escribe un romance de amor entrañable al pueblo, reflejando un amor fraternal que lucha por la igualdad y la justicia.

e. El amor-odio

Al final de la guerra, el poeta esclarece su visión y siente miedo hasta de sí mismo. En Viento del pueblo, refleja la animalización del hombre, donde el hombre se convierte en una amenaza para el hombre. La guerra y el hambre generan odio, y el paisaje y la naturaleza desaparecen, ya que se asocian con lo bueno. Miguel Hernández muestra el amor-odio, aunque lo repudia, para que los demás reflexionen e impulsa a trabajar por la esperanza.

f. El amor-esperanza

En la Guerra Civil, asume la triste realidad de la guerra para combatirla. Su poesía se convierte en anhelo de vida ante tanta muerte y miseria. En Cancionero y romancero, toma como base la ausencia, pero supera su amargura con un canto de esperanza y victoria de sus ideales, destinado a una concepción dolorosamente realista del amor. Un amor entendido como amor-esperanza, protagonizado por su mujer y sus hijos.

f.1. A la esposa ausente

A pesar de su soledad en la cárcel, Miguel Hernández sigue reflejando su profundo amor a su mujer, pero ahora busca un intimismo maternal y solidario. Aunque cerca de la muerte, su mujer le da esperanza para seguir viviendo. Esta afirmación de la vida se une a la del amor, representando tanto el drama histórico en lo personal como en lo colectivo.

f.2. El tema del hijo

La vida de Miguel Hernández estuvo llena de dramas y desgracias. La alegría del nacimiento de su primer hijo se ve ensombrecida por su muerte, generando poemas de afecto paternal. Con el nacimiento de su segundo hijo, recurre a símbolos como las alas y el ave, cantando a la libertad y a la esperanza. El poeta confía en la nueva generación y lucha por un mundo mejor. El amor al hijo conecta con el amor fraternal y el amor a la humanidad.

f.3. Testamento poético

Miguel Hernández considera su vida como un acto de amor. Utiliza la oposición luz-sombra, lo positivo frente a lo negativo. Lucha por superar el pasado, enseñando que el hombre es su devenir y que la esperanza se desborda en la sombra. Al final, el poeta muestra un optimismo brillante y triunfador.