Historia de la Poesía Española (1939-2000)
Transición y Exilio (1939-1950)
Miguel Hernández sirve de puente entre la Generación del 27 y la posguerra. Sus obras más destacadas son: El rayo que no cesa (1936), un libro de sonetos de tendencia barroca donde la vida está amenazada por la muerte; y Cancionero y romancero de ausencias (1938-41), escrito en la cárcel, con versos cortos y lenguaje sencillo sobre el amor a su esposa e hijo ausentes.
La poesía del exilio: J. Ramón Jiménez, Luis Cernuda, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Rafael Alberti y Emilio Prados continuaron creando fuera de España. Otros, como León Felipe (Ganarás la luz) y Juan Gil-Albert (Poesía), expresaron la añoranza de la patria.
Poetas Arraigados y Desarraigados (1940-1950)
La Generación del 36 se divide en dos grupos:
- Poesía Arraigada (revista “Escorial y Garcilaso”): Visión serena del mundo, referencia en los clásicos del Siglo de Oro. Características: belleza formal, temas tradicionales, estrofas y medidas clásicas. Autores destacados:
- Luis Rosales: La casa encendida (1949)
- Leopoldo Panero: Escrito a cada instante (1949)
- Rafael Morales: Poemas del toro (1943)
- Poesía Desarraigada (revista “Espadaña”): El hombre en la posguerra, un mundo caótico, sufrimiento, angustia y búsqueda de Dios. Autores destacados:
- Victoriano Crémer: Poesía total (1966)
- Dámaso Alonso: Hijos de la ira (1944)
Otros poetas relevantes: José Mª Valverde (Hombre de Dios, 1945), José Hierro (Tierra sin nosotros, 1947), y Carlos Edmundo de Ory (fundador del Postismo).
El grupo Cántico (1947) buscaba una poesía esteticista con un lenguaje muy elaborado, con influencia de Luis Cernuda.
Poesía Social (1950-1960)
Predomina el testimonio crítico de la realidad social española. La poesía como instrumento de transformación social, solidaridad con los que sufren, lenguaje claro y sencillo. Temas: preocupación por España y denuncia de la situación del hombre. Desaparece el “yo” lírico y la intimidad.
- Blas de Otero: Etapas existencialista (Ángel fieramente humano, 1950; Redoble de conciencia, 1951; Ancia, 1958), social (Pido la paz y la palabra, 1955), y experimental (Historias fingidas y verdaderas, 1970).
- Gabriel Celaya: Etapas existencialista (Tranquilamente hablando, 1947), social (Cantos iberos, 1955), y experimental (Campos semánticos, 1971).
- José Hierro: Quinta del 42 (1952)
Renovación Poética (1960-1970)
La Generación de los 50 se rebela contra la poesía social y su prosaísmo. Rasgos: vivencias personales, comunicación literaria, verso libre, subjetividad, temas cotidianos.
- Ángel González: Tratado de urbanismo (1967)
- Jaime Gil de Biedma: Moralidades (1966)
- José Ángel Valente: Poemas a Lázaro (1960)
- Claudio Rodríguez: Don de la ebriedad (1953)
- José Hierro: Libro de las alucinaciones (1964)
Los Novísimos (1970-1980)
José María Castellet publica Nueve Novísimos poetas españoles (1970), iniciando un nuevo ciclo. Rasgos: el “yo” desaparece, ironía, prosaísmo, influencia del cine y medios de comunicación, lenguaje simbolista, surrealista y modernista, verso largo o prosa poética, metapoesía.
- Pere Gimferrer: Arde el mar (1966)
- Guillermo Carnero: Dibujo de la muerte (1967)
- Luis Alberto de Cuenca: Los mundos y los días
- Luis Antonio de Villena: Viaje a Bizancio (1976)
Pluralidad Poética (1980-2000)
Coexistencia de diversas tendencias:
- Neosurrealismo: Blanca Andreu: De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall (1980)
- Minimalismo o Conceptualismo: Andrés Sánchez Robayna: Poemas 1970-1999 (2000)
- Poesía de la Experiencia: Luis García Montero: Habitaciones separadas (1995); Felipe Benítez Reyes: Vidas improbables (1996)
- Neoerotismo: Ana Rossetti: Indicios vehementes (1985)
- Elegíacos y Nueva Épica: Eloy Sánchez Rosillo: La certeza (2005)