La Novela y el Teatro en los Inicios del Siglo XX
Los autores de principios del siglo XX renovaron el lenguaje y la estructura de la novela, presentando realidades vistas desde la experiencia personal del escritor.
Pío Baroja
Baroja concibe la novela como un género sin estructura preconcebida. Suele desarrollarlas por acumulación de episodios inspirados en la vida contemporánea. La mitad de sus novelas se agrupan en trilogías:
- Tierra vasca: (costumbres y ambientes vascos).
- La lucha por la vida: La busca (obreros pobres que luchan por sus ideales).
- La raza: (visión de la vida humana).
- El mar: (vida y esfuerzos de los marinos).
También publicó ensayos (Juventud, egolatría) y unas interesantes memorias (Desde la última vuelta del camino).
Sus narraciones son amenas, construidas con lenguaje sencillo, directo y frases cortas y expresivas, sin retórica, en las que el escritor muestra su visión amarga del mundo. Los personajes encarnan a seres humanos desarraigados.
Ramón María del Valle-Inclán
Las primeras obras de Valle-Inclán están influidas por el Modernismo, pero su estilo lírico, refinado y musical dará paso a una visión cada vez más irónica y violenta, que desembocará en la estética desgarrada del esperpento.
Obra
Escribió relatos y cuentos y las Sonata de otoño, Sonata de estío, Sonata de primavera y Sonata de invierno, de estética modernista y prosa poética, con estilo refinado y sensual que narran las memorias del ficticio marqués de Bradomín.
El original expresionismo del lenguaje esperpéntico se recreará en Tirano Banderas, El ruedo ibérico, La corte de los milagros, Viva mi dueño y Baza de espadas.
La obra dramática es la más valiosa aportación al teatro español y su evolución fue paralela a la del resto de su obra. Sus primeras piezas son de carácter modernista (El marqués de Bradomín). Comedias bárbaras, La cabeza del dragón y La marquesa Rosalinda.
Su obra dramática culmina en los esperpentos, amarga sátira de la realidad española, lograda mediante un lenguaje caricaturesco que estiliza lo vulgar y lo desagradable y distorsiona los caracteres del teatro clásico. Luces de bohemia es un ejemplo de estilización literaria de la realidad, con un intenso esteticismo. El lenguaje se caracteriza por la chocante mezcla de palabras vulgares y cultas, utilizando metáforas y símiles animales.
Los jóvenes escritores novecentistas, como Ramón Pérez de Ayala y Gabriel Miró, entre otros, orientados por el filósofo José Ortega y Gasset, heredaban los problemas y propusieron nuevas soluciones.
Juan Ramón Jiménez
Juan Ramón Jiménez fue el impulsor de las corrientes poéticas renovadoras. Consideraba cada una de sus creaciones como algo provisional en la que cada poema está en relación con el anterior y es un impulso que debe acercar al poema siguiente. Alcanzan una poesía filosófica, intelectualizada.
Primera etapa: Arias tristes y Jardines lejanos, libros influidos por el modernismo, el simbolismo, y el subjetivismo. Tienen sutilezas espirituales y sensitivas con mucha melancolía. Aparecen atardeceres, campos…
Hasta 1914: compuso La soledad sonora, Pastorales y los poemas en prosa Platero y yo. Es un modernismo subjetivista depurado. Profundiza en la esencia de las cosas. Con los poemas y prosas breves de Diario de un poeta recién casado, supone la ruptura definitiva con el Modernismo y un avance hacia un lenguaje de mayor exactitud y pureza expresiva. Es una poesía pura.
En su última etapa, la de expresión más pura y metafísica alcanza la plenitud de su trayectoria, con los poemas de El otro costado entre los que debe destacarse el poema en prosa Espacio, y Dios deseado y deseante. Es una poesía mística y extraña, muy compleja.
La Narrativa y el Ensayo
En la prosa narrativa de esta etapa se produjo una tendencia a la fusión de los géneros, sobre los que predominó el ensayo. La novela unas veces se hace especulativa y tiende a estructurarse en cuadros reflexivos, y otras adopta descripciones detalladas y líricas propias de la poesía, siempre de acuerdo con la nueva estética literaria que se difundía por Europa.
En las novelas de Ramón Pérez de Ayala, la reflexión de carácter ensayístico predomina sobre el desarrollo de la trama. Mediante ésta representa con ironía problemas morales relacionados con determinadas ideas y actitudes. La narrativa de Gabriel Miró busca la comprensión sensible del paisaje y de la existencia, con un estilo detallista y plástico, atento a captar la belleza a través de todos los sentidos.
Gabriel Miró
En sus obras, la verdadera realidad de la existencia radica en las sensaciones, que son recuperadas por el recuerdo, y recreadas con un estilo capaz de sugerir las más bellas y sutiles impresiones. El narrador adopta una actitud crítica ante la belleza: la combina con todo lo feo y cruel, como un aspecto más de la vida.
Entre sus narraciones cortas, llenas de cuadros evocadores del paisaje mediterráneo, sobresalen El libro de Sigüenza y El humo dormido. Su obra culmina en Nuestro padre San Daniel y su continuación, El obispo leproso (recrea la transformación de la vida provinciana ante el avance de una mentalidad abierta a los cambios sociales). En su obra hay un conflicto entre los personajes obsesionados por el pecado y los personajes que aspiran a la felicidad.
Ramón Pérez de Ayala
Fue novelista, poeta y ensayista de vasta cultura e intensa actividad intelectual y política. En su obra contempla con irónico distanciamiento y humor la vida humana y el mundo de las ideas. Son obras muy relacionadas con el ensayo. Su estilo incorpora innovaciones técnicas (perspectivismo, significativa disposición tipográfica de las páginas…) y un lenguaje artificioso, combinación de realismo y abstracción, ironía y certera captación psicológica de situaciones y debilidades humanas.
Las novelas de su primera etapa satirizan el ambiente sociocultural de principios de siglo. Destacan unas de inspiración autobiográfica, protagonizadas por un mismo personaje (Tinieblas en las cumbres, La pata de la raposa, A.M.D.G., Troteras y danzaderas). Belarmino y Apolonio es de su última etapa. Protagonizada por dos zapateros que intercambian interesantes razonamientos sobre la moral, la política… Gran riqueza léxica del lenguaje.
Destaca Política y toros entre sus múltiples ensayos.
José Ortega y Gasset
Su origen social y sólida formación le permitieron ocupar pronto un lugar preeminente en la vida cultural española. Su pensamiento se centra en la realidad del ser humano, “yo soy yo y mi circunstancia”.
Gran intelectual, encarnó brillantemente la defensa del pensamiento contemporáneo de la etapa de entreguerras. Fue el primero en divulgar el pensamiento de Einstein y de Freud. Fundó empresas y medios de comunicación (revistas España y Revista de Occidente) que difundieron las novedades intelectuales, literarias, artísticas…
Proyectó su pensamiento sobre los más variados aspectos de la realidad. En su prosa, la metáfora y el símil dan plasticidad a sus ideas.
Tiene gran variedad temática, parte de la cual se recoge en los ocho volúmenes de El espectador. Fue espectador filosófico de todos los aspectos del mundo contemporáneo.
- Historia: España invertebrada, análisis de la histórica carencia de una estructura estatal firme, debida a la falta de minorías de cultura selecta y La historia como sistema.
- Sociología: El tema de nuestro tiempo y La rebelión de las masas (desarrolla el concepto de “generación” cultural).
- Arte: La deshumanización del arte, Ideas sobre el teatro y la novela. Ortega ve el arte desde el punto de vista sociológico. Mediante la actividad artística el hombre se apropia subjetivamente de la realidad exterior; por ello, cada obra de arte es reflejo de la época en que fue concebida.
Ramón Gómez de la Serna
Con su revista Prometeo y desde la tertulia del café de Pombo, fue el primero en recoger y difundir los nacientes movimientos de vanguardia. El vanguardismo de Ramón se basa en la greguería (humorismo + metáfora), que suele ser una frase en la cual el humor surge de la relación inesperada entre objetos corrientes y hasta triviales de la vida cotidiana.