Jovellanos y la Ilustración en España: Un Legado de Reformas y Pensamiento
1. Marco Histórico, Político y Social del Siglo XVIII
El siglo XVIII, una época de profundos cambios sociales y culturales, se desarrolla en Europa en un clima de rivalidad que culmina con la Revolución Francesa. España, al inicio del siglo, se encuentra inmersa en una crisis, agravada por la Guerra de Sucesión y la llegada de los Borbones. Esta situación divide al país y agota sus reservas económicas. El Estado, sin embargo, emprende reformas en agricultura e industria, impulsando la actividad económica. A pesar de ello, las condiciones de vida de la mayoría de la población siguen siendo precarias.
2. Pensamiento y Cultura en el Siglo XVIII: La Ilustración
La Ilustración, un movimiento intelectual renovador, revisa desde una perspectiva racionalista las ideas y valores predominantes. Conocido como el “Siglo de las Luces” o de la “Razón”, este movimiento ve en las reformas sociales el camino hacia el progreso, la justicia y la felicidad de los pueblos. Originada en Francia, la Ilustración cuenta con teóricos clave como Voltaire, Montesquieu y Rousseau. Estos pensadores compilaron el conocimiento de la época en la Enciclopedia, un vehículo fundamental para la difusión de las ideas ilustradas.
Los rasgos esenciales de la Ilustración son:
- Racionalismo: La razón como base del conocimiento humano.
- Empirismo: El conocimiento se fundamenta en la observación y la experimentación.
- Espíritu crítico.
- Fe en el progreso: Confianza en la ciencia y la técnica para mejorar la vida.
- Utilitarismo: Los avances científico-técnicos y las reformas sociales deben tener una utilidad para la comunidad.
- Libertad espiritual.
- Laicismo: Alejamiento de la cultura eclesiástica y secularización de la cultura.
- Afán didáctico: Apuesta por la educación del pueblo.
- Reformismo: Aplicación de reformas razonables desde el poder. El despotismo ilustrado (“Todo por el pueblo, pero sin el pueblo”) refleja esta idea.
2.1. El Pensamiento Reformista en España
Las ideas ilustradas llegan a España con retraso y de forma atenuada, debido al aislamiento y la decadencia social. Aunque los Borbones favorecen su difusión, encuentran oposición en el clero, la nobleza y parte del pueblo. La Ilustración genera una pugna entre las viejas y las nuevas ideas, sometiendo a crítica los dogmas tradicionales. Surgen instituciones como las “Sociedades Económicas de Amigos del País” e instituciones docentes y culturales como el “Instituto de Gijón” (promovido por Jovellanos), la Biblioteca Nacional, la Real Academia Española (RAE) y la Real Academia de la Historia. Esta actividad reformadora, aunque tardía y moderada, se frena con el estallido de la Revolución Francesa.
3. La Literatura Española en el Siglo XVIII
3.1. Tendencias Artísticas y Literarias
Se identifican tres tendencias principales:
- Posbarroquismo: Presenta características formales del Barroco, pero con un estilo extravagante y carente de contenido.
- Neoclasicismo: Influenciado por Francia, promueve un arte ajustado a normas clásicas. Busca lo genérico y la idea abstracta. Defiende la unidad de estilo, la separación de géneros y el didactismo en las obras.
- Prerromanticismo: Se desarrolla en los últimos años del siglo, con una estética tendente a la expresión sensible y melancólica de los sentimientos.
3.2. Principales Géneros Literarios
El ensayo y la fábula son los géneros predominantes, aunque también se cultivan otros. La poesía, utilitaria y filosófica, evita los excesos de la fantasía y la confesión sentimental. Destaca Juan Meléndez Valdés, autor de poesía anacreóntica (tema amoroso en ambiente pastoril y poesía filosófica). Tomás de Iriarte y Félix María de Samaniego recuperan la fábula, adaptada al didactismo ilustrado. En el teatro, se imponen los preceptos clásicos, destacando Leandro Fernández de Moratín con “El sí de las niñas”. En prosa, sobresalen el Padre Isla y Cadalso con “Cartas marruecas”. El ensayo, el género más cultivado, es una disertación escrita de intención didáctica que aborda temas científicos o de pensamiento desde una perspectiva personal. Su estructura es variada: técnica epistolar, autobiográfica, memorias, informes y libros de viajes.
4. Figuras Clave del Ensayo Ilustrado
4.1. El Ensayo en la Primera Mitad del Siglo XVIII: Feijoo y Luzán
- Feijoo: Uno de los autores más relevantes del ensayismo español del siglo XVIII. Su obra principal, “Teatro crítico universal”, es un conjunto de ensayos sobre diversas materias. Su intención es divulgar los avances culturales europeos y combatir las supersticiones. Su estilo es sencillo, natural, con toques de humor y anécdotas.
- Ignacio Luzán: En su “Poética”, presenta un tratado teórico sobre el arte literario. Critica las obras barrocas y propone un retorno a los clásicos, defendiendo la proporción, la armonía y el equilibrio en la lírica, y el didactismo en el teatro.
4.2. El Ensayo en la Segunda Mitad del Siglo XVIII: Cadalso y Jovellanos
- Cadalso: Su obra más importante, “Cartas marruecas”, utiliza el género epistolar para evidenciar los defectos de la sociedad española. Atribuye la decadencia nacional a las guerras, el carácter perezoso de los ciudadanos, el atraso científico, las supersticiones y las malas costumbres.
- Gaspar Melchor de Jovellanos: Uno de los ilustrados españoles más insignes. Desarrolló una intensa actividad social e intelectual, participando en iniciativas reformistas. Dedicó su vida a estudiar y resolver los problemas de España. Sus ideas se basan en la ideología ilustrada. Su extensa producción se centra en la preocupación por los problemas de España, destacando:
- El progreso material del país: En su “Informe sobre la ley Agraria”, analiza las causas del atraso del campo y propone reformas.
- La educación pública: En su “Memoria sobre la Educación Pública”, considera la cultura como base del progreso y la felicidad, proponiendo extender la educación y combinar los aprendizajes teóricos con los prácticos y la formación profesional. Defiende la enseñanza en castellano y el aprendizaje de lenguas modernas, así como lecturas complementarias y bibliotecas.
- La política: En la “Memoria en defensa de la Junta Central”.
- La historia cultural: En la “Memoria sobre espectáculos y diversiones públicas”, repasa la historia de las diversiones y el pensamiento de la época. Critica los espectáculos sangrientos, defiende la libertad en los bailes y fiestas populares, y apoya el teatro neoclásico con fines educativos.
La intención didáctica y el estilo claro y sencillo son los principales rasgos de la obra de Jovellanos.