La Casa de Bernarda Alba: Conflicto entre Libertad y Autoridad

Federico García Lorca y su Contexto Sociopolítico

Federico García Lorca (Granada: Fuente Vaqueros, 1898-Víznar, 1936) vivió en un período de profundas transformaciones sociopolíticas en Europa y, especialmente, en España. El radicalismo ideológico entre las concepciones autoritarias (que derivarían en el fascismo) y populistas (que desembocarían en posiciones filocomunistas) llevó a España a la Guerra Civil, causa del asesinato del escritor. La gestación de La casa de Bernarda Alba (1936) no es ajena a esta realidad. Lorca, defensor del Frente Popular, subtitula la obra “Drama de mujeres en los pueblos de España”, pretendiendo trascender del localismo andaluz para denunciar muchos de los males de la sociedad tradicional y rural, mayoritaria en los pueblos del país: el sometimiento de la mujer al hombre, la educación sexista, la autoridad irracional, etc.

Contextualización del Fragmento

El fragmento propuesto para el comentario pertenece al final del tercer y último acto de la obra, en el que la tensión dramática alcanza su punto más elevado y el conflicto creado hasta el momento se precipita de forma rápida.

En cuanto a su relación con el autor y con su época literaria, este fragmento condensa con gran intensidad dramática el conflicto entre la moral autoritaria y la libertad del individuo, deseoso de un amor sin límites que aparece regido por un destino trágico.

Resumen del Fragmento

Martirio acusa a su hermana Adela, ante su madre, Bernarda, de tener encuentros nocturnos con Pepe el Romano, el prometido de su hermana Angustias. Adela desafía a su madre y defiende su derecho a casarse con Pepe. Con una escopeta Bernarda dispara al joven, que huye a caballo; pero Adela, pensando que ha muerto, se ahorca en su habitación. Tras la tragedia, su madre obliga a las hijas a callar y, por supuesto, a divulgar que Adela ha muerto virgen.

El Tema Central: Libertad vs. Autoridad

Como ya se ha mencionado, el tema central es la lucha entre la libertad personal y la moral autoritaria impuesta desde una instancia superior. En cualquier caso, la libertad queda reducida a la conducta pasional del individuo. Adela nos avisa de que Pepe está fuera “respirando como si fuera un león”, después de asegurar que “él dominará toda esta casa”. La negación a dialogar de Bernarda y Adela (quien advierte que “¡Nadie podrá conmigo!”), así como la ausencia de reflexión, impiden cualquier solución pacífica para este conflicto. Otros motivos temáticos que aparecen en la obra son: la moral tradicional y la presión social que ésta ejerce sobre los individuos; las diferencias sociales (orgullo de casta) y la condición de la mujer en la sociedad española de la época.

Estructura del Fragmento

A la hora de revisar la estructura, se pueden distinguir dos partes:

  • La primera parte es la más extensa y abarca todo el diálogo, salvo las tres intervenciones finales. En ella se representa el violento enfrentamiento entre Bernarda y Adela, cuya alta tensión dramática se manifiesta en la brevedad de las intervenciones de cada personaje.
  • La segunda parte ocupa los tres párrafos del final, donde se hace patente el triunfo de Bernarda y de su tiranía absoluta, reflejada en las órdenes terminantes que da a sus hijas (“¡A callar he dicho!”). La modalidad oracional predominante es la imperativa y las intervenciones de Bernarda son más extensas, pues en ellas el personaje reafirma su total autoridad.

Personajes Principales

Los personajes protagonistas del fragmento son:

  • Bernarda: caracterizada por su autoritarismo brutal y su extremada hipocresía. Se muestra soberbia, orgullosa, altiva e intransigente ante el conflicto sentimental. Fiel a su ideal conservador, asume que la mujer ha de estar sometida al hombre. Su excesiva preocupación por la honra familiar le impide mostrar públicamente sus sentimientos (“Las lágrimas cuando estés sola”).
  • Adela: rebelde y hermosa, que representa la libertad de la persona, aunque tal libertad se reduzca a la libertad pasional.

A estas alturas del drama las demás hijas de Bernarda han tenido que tomar posición: Angustias y Magdalena optan por secundar a su madre, perpetuando el régimen establecido.

Martirio, sin embargo, se rinde en el último momento y siente envidia de su hermana Adela a quien ve como una rival que le ha arrebatado a la persona que ama (“Dichosa ella mil veces que lo pudo tener”).

La Poncia, la criada más antigua de la casa, como siempre, se mantiene en una posición neutral; es significativo el hecho de que esta voz de la conciencia no se decante finalmente por ninguno de los dos bandos. Y es que en este conflicto trágico no hay verdaderos héroes, a pesar de la audacia de Adela, apenas tiene peso en este fragmento.

Por otra parte, Pepe el Romano es otra de las piezas significativas de la obra; pese a no aparecer nunca en escena, está implícitamente presente y es un elemento generador del conflicto. Todas las hijas de Bernarda lo conciben como elemento liberador del mundo cerrado de Bernarda.

Espacio y Tiempo

En cuanto al ESPACIO, desempeña en el texto, como en todo el drama, una función primordial: la violencia se concentra en la casa de Bernarda; fuera de esa casa está la libertad. Por eso Pepe el Romano escapa finalmente. Tampoco es casual que Adela se suicide dentro de la casa. El TIEMPO no tiene un tratamiento significativo en este fragmento.

Acotaciones Teatrales

Por lo que respecta a la presencia de las acotaciones, características de los textos teatrales, adquieren una importancia funcional por cuanto narran brevemente todo lo que ocurre. Y como lo que ocurre en la casa de Bernarda es mucho más de lo que se dice, por la incomunicación y el secretismo que reinan, esas notas narrativas (las acotaciones) agilizan la acción y resultan indispensables.

En este fragmento nos indican movimientos de personajes (“sujetándola, con la cabeza sobre la pared…”), tonos de voz requeridos (“En voz baja”) y sonidos (“Suena un disparo, se oye como un golpe…”).