El Enfrentamiento entre Moral Autoritaria y Libertad, la Muerte y el Amor en la Obra
En La Casa de Bernarda Alba, el tema principal es el continuo enfrentamiento entre la libertad individual y la moral autoritaria. El conflicto se desarrolla dentro de la casa, donde Bernarda ejerce un control absoluto sobre sus hijas, convirtiendo su hogar en una cárcel. Esta situación genera un enfrentamiento con dos variantes claras:
La Muerte
El luto inicial desencadena la rebeldía de Adela, quien se enfrenta a su madre asumiendo las consecuencias. Su lucha por la libertad, aunque la satisface, crea desconcierto en sus hermanas, sumisas a las órdenes maternas. La muerte reaparece al final, cuando Adela, frustrada por su amor por Pepe el Romano, se suicida. El luto se perpetúa y la moral autoritaria aplasta la libertad.
El Amor
Las ansias de amor de las hijas, que desean casarse, se centran en un mismo hombre: Pepe el Romano. Esto desata envidia y celos familiares. Todas envidian a Angustias por su relación con Pepe. Adela concibe el amor como algo carnal, ligado al deseo y la libertad, en contraposición a las relaciones basadas en intereses económicos, como la de su hermana. Su atracción por Pepe contrasta con la imposición de Bernarda de mantener a sus hijas alejadas de los hombres, preservando su virginidad y la “buena reputación” familiar. La actitud esperada de hijas y criadas es la sumisión absoluta a la madre.
Estudio de los Personajes
Bernarda
Personaje central de 60 años. Viuda dos veces, la última de Antonio Benavides. De carácter fuerte, estricta, cruel y despiadada, se preocupa por las apariencias y la “buena fachada”.
Angustias
Hija mayor de Bernarda, de 39 años. Es la “afortunada” por su próximo matrimonio con Pepe el Romano y por ser la heredera. Sumisa, obedece a su madre sin cuestionarla.
Martirio
De 24 años, envidia a Angustias pero acepta los ideales maternos. Un personaje complejo que pudo haberse casado si Bernarda no se lo hubiera impedido. Enamorada de Pepe el Romano, esta pasión la lleva a la vileza. Su importancia crece a lo largo de la obra, siendo clave en el desenlace trágico.
Adela
De 20 años, es la hija menor. Bella, pasional, atrevida y alegre. Se enamora de Pepe y mantiene encuentros clandestinos con él. Sus conversaciones con la Poncia son reveladoras. Su momento culminante es durante el intento de linchamiento de la hija de la Librada.
María Josefa
Madre de Bernarda, encerrada por su “locura”, que en realidad encubre verdades. Aparece en momentos clave, expresando su deseo de escapar y revelando su conocimiento de los acontecimientos.
La Poncia
Criada de 60 años, lleva 30 años al servicio de la familia. Conoce los secretos de la casa y odia a Bernarda. Sus conversaciones con Bernarda y las hijas son esenciales para la trama.
El Espacio y el Tiempo
Espacio Interior
Toda la obra transcurre en el interior de la casa de Bernarda Alba. La blancura del primer acto simboliza las apariencias. Los muros gruesos impiden la comunicación con el exterior. Los cuadros de paisajes idílicos contrastan con la realidad opresiva. En el segundo acto, la blancura disminuye, adquiriendo un valor simbólico. El tercer acto se sitúa en el patio, de noche, con paredes blancas azuladas.
Espacio Exterior
El mundo exterior representa la libertad, el amor y la vida, en contraste con el encierro de la casa. La Poncia actúa como puente entre ambos mundos, transmitiendo los cotilleos del pueblo. Los hechos más importantes, como el linchamiento de la hija de la Librada, las conversaciones entre Pepe y Angustias, la relación entre Pepe y Adela y el suicidio de esta última, ocurren fuera de escena.
El Machismo
La obra refleja los roles de género tradicionales, con el hombre en posición dominante. La mujer debe sumisión al marido, como en el caso de Bernarda con sus dos esposos. Todos los personajes en escena son mujeres, mientras que los hombres solo se conocen a través de los comentarios femeninos o de ruidos y sonidos del exterior. El contacto con los hombres es limitado y controlado, excepto en el caso de Angustias por su compromiso matrimonial.