1. Rasgos Temáticos y Formales de la Nueva Narrativa Hispanoamericana y su Reflejo en La Casa de los Espíritus
En los años 60 del siglo XX se produjo el Boom de la novela hispanoamericana, un fenómeno editorial que supuso la consagración de escritores como Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez y Julio Cortázar, cuyo deber era revolucionar la literatura a fin de modificar la sociedad.
A mediados de los 70 surgen cambios formales, temáticos y discursivos. El canon literario instituido por la novelística del Boom comienza a ser reemplazado por un nuevo canon denominado narrativa del Posboom, en el que encontramos una notable presencia de mujeres, como Isabel Allende y Laura Esquivel.
La publicación en 1975 de Soñé que la nieve ardía marca el punto de partida del Posboom, que alcanzó su cúspide con La Casa de los Espíritus (1982), ópera prima de Isabel Allende que presenta los avatares vitales de las pintorescas familias del Valle y Trueba. Considerada como la novela más famosa y popular del Posboom, existen características que la han convertido en paradigma de esta narrativa hispanoamericana.
Isabel Allende busca inspiración en lo cotidiano de la realidad latinoamericana y emplea esquemas textuales más sencillos y próximos al relato realista tradicional. La Casa de los Espíritus posee una estructura circular, aunque esta obra se encuentra muy distanciada de los experimentos estructurales. La ópera prima de Allende recupera el esquema lineal con predominio de la trama. La prosa fluida y natural pone de relieve una sintaxis de periodos breves poco complejos y con un léxico sencillo y coloquial. La Casa de los Espíritus se distancia de la alta literatura innovadora e incorpora recursos del relato folletinesco y melodramático.
La nueva narrativa hispanoamericana rescata la corriente de novela social, que los escritores del Boom habían abandonado. Este compromiso político se refleja en La Casa de los Espíritus a través de la narración de casi cien años de la historia del Chile contemporáneo, una narración paralela a la crónica familiar.
Los personajes carecen de complejidad psicológica y están caracterizados desde una perspectiva moral maniquea. Esteban Trueba es déspota, autoritario y violento; Jaime es generoso, tierno y solidario; Pedro Tercero García es pasional, subversivo e íntegro. No se plantean cuestiones sobre la existencia ni la angustia de vivir.
La literatura del Posboom, predominantemente urbana, añade elementos de la cultura juvenil y popular. Los escritores del Boom manifiestan su incredulidad ante el hecho de que el amor puede ser la base en la que asentar la existencia del ser humano; en la obra de Isabel Allende este es uno de los temas fundamentales. Se incorpora el humor con el fin de parodiar géneros literarios o aspectos de la sociedad americana y occidental; también hace acto de presencia la ironía.
Lo femenino adquiere un lugar destacado. Los protagonistas de la ópera prima de Isabel Allende son mujeres y la perspectiva que se adopta para criticar a los personajes masculinos es femenina.
Los escritores del Posboom perciben el cosmos más ordenado y muestran una imagen tranquilizadora de la realidad, expresan su optimismo ante un futuro esperanzador, a través de la lucha feminista, política y social.
La Casa de los Espíritus es un relato político social con destacada presencia de lo femenino, en el que la trama narrada con sencillez ocupa un papel cardinal. Todo ello explica que la primera novela de Isabel Allende se convirtiera desde su publicación en 1982 en un éxito inmediato de superventas a nivel internacional.
2. El Realismo Mágico y La Casa de los Espíritus
La Casa de los Espíritus, así como otras obras de Isabel Allende, ha sido relacionada con el realismo mágico, una corriente surgida en los años 60-70 del siglo XX. Pretende reaccionar ante la nueva industrialización y ante los abusos de ciertos regímenes autoritarios. Se trata de un movimiento literario que recupera viejos mitos americanos, integrándolos en la vida cotidiana. Gabriel García Márquez, Juan Rulfo o Jorge Luis Borges son algunos de los autores más significativos de esta nueva corriente estética.
La novela de Allende, publicada en 1982, tuvo un éxito inmediato y fue adaptada al cine. La Casa de los Espíritus, que nos detalla los avatares vitales de las pintorescas familias de Valle y Trueba, refleja las luchas sociales del Chile del momento: terratenientes poderosos y abusadores, campesinos resentidos, desarrollo del socialismo y comunismo.
La crítica literaria, a la hora de valorarla, discrepa en considerarla una novela característica del realismo mágico. Si comparamos la ópera prima de Isabel Allende con otros relatos considerados más representativos de esta tendencia, la distancia es enorme. En La Casa de los Espíritus se combina lo natural con lo sobrenatural. Realidad y fantasía se presentan enlazadas en la novela por la llegada de lo mítico, de lo legendario o de lo mágico.
La presencia de varios narradores es otra de las características. La Casa de los Espíritus presenta un pluriperspectivismo que enriquece la visión de los acontecimientos relatados. Se trata de un texto polifónico en el que Esteban Trueba y su nieta Alba serán dos de los tres narradores del relato. Alba narra en primera persona; los 14 capítulos de la novela serán contados por un narrador omnisciente, que penetra en las conciencias de los personajes.
Frente al intelectualismo de los narradores del Boom, en La Casa de los Espíritus se apela a las emociones del lector y los valores morales se recalcan desde un punto de vista maniqueo. La muerte está presente.
El realismo mágico también se caracteriza por la distorsión de un tiempo cíclico. En la ópera prima de Allende, el final enlaza con el principio: la novela comienza y termina con el mismo enunciado. En La Casa de los Espíritus la violencia se manifiesta tal y como ocurre en la vida cotidiana, produciendo la sensación de una sociedad primitiva. Este tema se asocia exclusivamente al ámbito masculino y se circunscribe al personaje de Esteban Trueba.
Las hipérboles y exageraciones aluden a un universo primitivo y bárbaro. Este primitivismo se aprecia en la sensualidad desenfrenada de Esteban hacia Pancha García.
La Casa de los Espíritus es un relato político-social con destacada presencia de lo femenino, en el que la trama, narrada con sencillez, ocupa un papel cardinal. Esto explica que la primera novela de Isabel Allende se convirtiera, desde su publicación en 1982, en un éxito inmediato a nivel internacional.