La Generación del 98: Autores, Características y Legado

Generación del 98

Pertenecientes a la generación histórica de los modernistas, y compartiendo con ellos una actitud de protesta contra la sociedad y contra el prosaísmo de la literatura que les había precedido, un grupo de autores se dio a conocer en periódicos y revistas alrededor de 1900. Más preocupados por cuestiones filosóficas y por el estado de postración material y espiritual de España, estos autores pasaron a la historia como la Generación del 98. Sus miembros más significativos en el campo literario fueron Miguel de Unamuno (1864-1936), Pío Baroja (1872-1956), José Martínez Ruiz, “Azorín” (1873-1967) y Ramiro de Maeztu (1874-1936). La inclusión de Antonio Machado y Valle-Inclán es discutible. Machado se dio a conocer en 1903 con un libro de poesía intimista, Soledades, con influencia simbolista y, en menor medida, modernista. Sus ideas liberales progresistas aún no se reflejaban en su obra. En Campos de Castilla (1912) se pueden ver afinidades con el 98, pero son superficiales, ya que su evolución ideológica lo llevó hacia la izquierda. Valle-Inclán, antes de 1900, solo había publicado cuentos modernistas y profesaba ideas tradicionalistas. Hacia 1917, evolucionó hacia posturas izquierdistas, como se ve en Luces de Bohemia (1924).

Rasgos comunes de la Generación del 98

a) Contactos, ideología y filosofía

Desde jóvenes, mantuvieron contacto entre sí. Algunos adoptaron posturas revolucionarias: Unamuno y Maeztu militaron en el socialismo, Azorín y Baroja se declararon anarquistas, aunque por poco tiempo. Baroja, Azorín y Maeztu colaboraron bajo el seudónimo de “los Tres” y en 1901 publicaron un manifiesto para un nuevo estado social en España. Inicialmente agnósticos y anticlericales, con el tiempo se moderaron e incluso se hicieron conservadores. En todos quedó un “anhelo idealista” influenciado por la filosofía irracionalista, la situación de España y sus inquietudes literarias.

Sus preocupaciones filosóficas se entroncan con Schopenhauer, Kierkegaard, Bergson y, sobre todo, Nietzsche. Sus angustias existenciales preanuncian el existencialismo europeo, como se manifiesta en Camino de perfección (1902) de Baroja, La voluntad (1902) de Azorín y Amor y pedagogía (1902) de Unamuno.

b) El problema de España

El problema de España los aglutinó. Dieron voz a las preocupaciones de los españoles en la época del “desastre”, conectando con los sentimientos populares. Rechazaron la política del momento y la ramplonería de la sociedad.

Buscaron la esencia de España en el idioma, la lengua rural, la tradición, el pueblo y las creaciones literarias: Vida de don Quijote y Sancho (1905) de Unamuno, La ruta de don Quijote (1905) de Azorín. La buscaron en las viejas ciudades, el paisaje y el campo: Castilla (1912) de Azorín, Por tierras de España y Portugal (1911). Recorrieron España con dolor y amor. Junto a una mirada crítica ante la pobreza y el atraso, hallaron una exaltación lírica de los pueblos y paisajes, especialmente de Castilla, que vieron como la médula de España. Se ha hablado de una “mitificación de Castilla” o una visión “castellano-céntrica”. Esta valoración revela una nueva sensibilidad estética: el gusto por lo austero.

También bucearon en la historia buscando la esencia de España y los valores permanentes. Les atrajo la “intrahistoria” (Unamuno), la vida callada de quienes hacen la historia profunda. Como dijo Azorín, quisieron “historiar, novelar y cantar” realidades históricas desatendidas.

En su juventud, el amor a España se combinó con un anhelo de europeización (Unamuno: “Tenemos que europeizarnos y chapuzarnos de pueblo”). Con el tiempo, predominó la exaltación casticista.

c) Inquietudes literarias

Mostraron inquietudes literarias, desde el cuidado del lenguaje hasta la innovación en los géneros. En cuanto al lenguaje, destacan el antirretoricismo, la creación de una lengua natural y el enriquecimiento con voces regionales y etimológicas.

En los géneros literarios, imprimieron su sello personal: en la novela, superaron el realismo decimonónico con introspecciones filosóficas; en el ensayo, encontraron el cauce perfecto para sus meditaciones.

Géneros y Autores

Poesía

Unamuno y Antonio Machado en Campos de Castilla (pág. 242).

Novela

Unamuno, Baroja y Azorín (págs. 269-270).

Ensayo

Ángel Ganivet (precursor), Ramiro de Maeztu, Unamuno y Azorín (pág. 274).