1. La Ilustración en España: Contexto Histórico y Literario
El Siglo XVIII: Una Época de Transformaciones
El siglo XVIII fue un período de profundas transformaciones en Europa que afectaron a la política, la sociedad, la cultura, la religión y el pensamiento. La Ilustración, movimiento que representa esta renovación, buscó un nuevo orden basado en el fomento del espíritu crítico y el empleo de la razón como guía.
Durante la segunda mitad del siglo, las ideas de la Ilustración llevaron a una nueva forma de gobierno en gran parte de Europa: el despotismo ilustrado, que combinaba el poder absoluto con el interés por una política reformista. Estas transformaciones culminaron con el nuevo orden que impuso la Revolución Francesa (1789-1799).
España, Reflejo de Europa
Los primeros borbones que reinaron en España, desde Felipe V hasta Carlos IV, llevaron a cabo una política reformista de corte ilustrado acorde con los nuevos aires que se respiraban en Europa. En el ámbito cultural, predominó a lo largo del siglo el esfuerzo de los intelectuales españoles por establecer y mantener contactos con Europa, pero cultivando a la vez las tradiciones españolas.
Características de la Literatura del Siglo XVIII
Al estudiar la literatura de este siglo, es preciso tener en cuenta que durante este período conviven diferentes corrientes que, si bien en teoría están claramente diferenciadas entre sí, en la práctica se superponen e influyen mutuamente:
- El Posbarroco: Como continuación del Barroco, con poca calidad literaria.
- El Neoclasicismo: Se desarrolla con el influjo del pensamiento ilustrado y pretende el regreso a los ideales de equilibrio y mesura de la literatura clásica, además del respeto a las reglas.
- El Prerromanticismo: A finales del siglo, propugna la importancia del sentimiento frente a la razón y exalta valores de individualismo y libertad.
Contenido
- La literatura y el arte tienen un valor didáctico: su fin es enseñar determinados valores filosóficos, sociales o morales.
- Lo racional se antepone a la emoción y la expresión de los sentimientos.
- Se cuestionan las ideas y valores tradicionales con renovado espíritu crítico.
- Aparecen nuevas ideas sobre política que ponen en tela de juicio los principios del Antiguo Régimen y sientan las bases de la teoría de la democracia.
- En materia de religión predomina el laicismo y se aboga por la tolerancia.
- La literatura sufre la influencia de los nuevos descubrimientos en el campo de las ciencias, especialmente en lo que tiene que ver con la observación de las leyes de la naturaleza.
- Se recurre frecuentemente a la historia en la búsqueda de una explicación del presente.
- Los antiguos son considerados como modelos dignos de ser imitados.
Forma
- Se busca la contención y la expresión comedida de los sentimientos.
- El respeto a las reglas de composición sobre la originalidad y la imaginación.
- El humor, la sátira y la parodia se emplean para ejercer la crítica de ideas o de costumbres.
- La influencia de los clásicos se deja sentir en la elección de temas y géneros literarios.
- En teatro, se mantienen la tragedia y la comedia.
- En poesía, se cultiva la épica, la fábula o la poesía pastoril.
- La novela se ve influida por modelos renacentistas.
- El teatro se atiene a la regla de las tres unidades y busca el decoro o adecuación de caracteres y situaciones. Se mantiene la separación de géneros, de tal modo que no se mezclan tragedia y comedia, ni tampoco poesía y prosa.
- En métrica no se producen innovaciones. Se emplea con profusión el alejandrino.
- La novela encuentra nuevas técnicas de descripción de ambientes y personajes. Se cultiva la novela epistolar.
- El estilo ha de ser claro y comprensible, alejado de figuras retóricas excesivamente artificiosas.
2. El Ensayo en el Siglo XVIII
El ensayo (nacido en el siglo XVI con los Essais de Montaigne) fue el género literario que mejor expresaba los propósitos de los escritores de la Ilustración por sus características: temas diversos con intención divulgativa y didáctica, estructura abierta, enfoque personal y subjetivo, originalidad en el tratamiento del contenido y un estilo ameno, cuidado y personal. En el siglo XVIII, el término ensayo no estaba definido, por lo que los ensayos adoptaron formas diversas: epístolas, autobiografías, memorias, informes o libros de viajes.
Algunos de los temas recurrentes en los ensayos de esta época son:
- La decadencia de España. Análisis de las causas y proposición de soluciones.
- La educación. Imprescindible para remediar los males del país y liberar a los ciudadanos.
- La mujer. Revalorizan la función social de la mujer y reclaman para ella un papel más activo en la sociedad.
- La dignificación del trabajo.
- La religión. Se confiesan católicos pero critican la excesiva autoridad del clero o el engaño y el fraude en la religión (oposición de la Inquisición).
Figuras Representativas del Ensayo
Fray Benito Jerónimo Feijoo
Su pensamiento e ideas se hallan recogidas sobre todo en los diversos tomos de Teatro Crítico Universal y en las Cartas eruditas y curiosas; aquí abordó temas relacionados con la filosofía escolástica, la necesidad del estudio de las ciencias de la naturaleza y la importancia de la experiencia, la renovación de las universidades, la lucha contra las vulgaridades o las supersticiones. Reconoce la necesidad de acudir a la historia y a la experimentación, aunque también a la teología y a la moral.
José Cadalso
Con sus Cartas marruecas (1793) trata de la situación de España y de los españoles; describe la corrupción de los políticos, elogia el patriotismo y a los Borbones, al mismo tiempo que ataca a los Habsburgo por tomar más en cuenta sus ambiciones personales que el bienestar de la nación. Defiende la institución del matrimonio y de la familia y fulmina a los malos traductores y a todos aquellos que desconocen el uso correcto de su lengua; ataca también, por crueles, las corridas de toros y, en otro nivel, la institución hereditaria que lega a hombres incapaces las mayores riquezas de la clase social.
3. Gaspar Melchor de Jovellanos: Figura Clave de la Ilustración Española
Sin embargo, la figura más representativa es, sin duda, Gaspar Melchor de Jovellanos, que desarrolló desde joven una intensa labor intelectual, cívica y política, por lo que es el personaje que, de forma más acabada, representa la Ilustración española. En lo que respecta a su biografía, fue poeta, dramaturgo, ensayista, político y jurista.
Su producción es bastante amplia, aunque la estrictamente literaria es más bien escasa. Compuso poemas entre los que destaca su conocida Sátira a Arnesto y la Epístola de Jovino a Anfriso, que recrea el tópico de la vida retirada. Escribió también dos piezas de teatro: una tragedia, Pelayo, con la que intenta contribuir a la creación de una tragedia de temas nacionales; y El delincuente honrado, en la que defiende una aplicación humanitaria de las leyes y critica con dureza el empleo de la tortura.
Es en sus textos en prosa en los que aborda los problemas más importantes del país y expone sus ideas de reforma para solventarlos. Entre estas obras merecen destacarse:
- Memoria sobre espectáculos y diversiones públicas (1790). Consta de dos partes. La primera es un análisis histórico de las diversiones y espectáculos en España y en la segunda, expone sus ideas reformistas acerca de las leyes que deben regir los espectáculos; así, critica los espectáculos sangrientos como las corridas de toros, defiende la libertad en los bailes y fiestas populares y postula un tipo de teatro que se ajuste a las reglas neoclásicas y orientado a la educación del público.
- Informe sobre la ley agraria (1794), en el que analiza las causas del atraso de la agricultura española y propone los remedios para modernizarla: sistemas de cultivo, regadíos, desamortización de las tierras de la Iglesia y la nobleza, etc.
- Memoria sobre educación pública (1802), obra muy representativa de su permanente preocupación pedagógica. Para Jovellanos la educación es la base de la prosperidad de la nación.
- Muy significativos son también otros textos suyos, como sus cartas o sus Diarios.