La Novela Española Antes de la Guerra Civil: Del Realismo a la Vanguardia

La Novela Española Anterior a la Guerra Civil: Superación del Realismo y Tendencias Innovadoras

1. Superación del Realismo e Intentos Renovadores: Unamuno, Azorín y Baroja

En los primeros años del siglo XX, la novela española predominante continuaba las líneas del Realismo y Naturalismo del siglo XIX. Estas obras se caracterizaban por una narración lineal, un narrador omnisciente y una estructura clásica de introducción, nudo y desenlace. Su objetivo era reflejar la realidad, aunque desde una perspectiva única.

2. La Renovación de la Generación del 98

Frente a esta novela tradicional, los escritores jóvenes buscaron una renovación radical. Surgieron dos corrientes principales:

  • El Modernismo: Priorizaba los valores estéticos y formales. Ejemplos de esta tendencia son los Relatos de Rubén Darío y Femeninas (1895) de Valle-Inclán.
  • La Generación del 98: En 1902, la publicación de La voluntad de Azorín, Amor y pedagogía de Unamuno, Camino de perfección de Baroja y Sonata de otoño de Valle-Inclán marcó un punto de inflexión. Estos autores, profundamente afectados por la crisis de fin de siglo y la pérdida de las colonias, buscaron una regeneración moral, social y cultural del país.

La ruptura con la narrativa realista se manifestó en los siguientes aspectos:

  • Subjetivismo: Se prioriza la expresión de la realidad interior frente a la reproducción exacta de la realidad externa.
  • Concepción totalizadora: La novela se convierte en un género permeable que incorpora reflexión filosófica, ensayo y lirismo.
  • Innovaciones técnicas: La historia pierde importancia en favor del discurso. Se introduce el perspectivismo, la supremacía del diálogo, la alteración del tiempo lineal (simultaneidad, elipsis, saltos temporales), el personaje colectivo y la disminución de la importancia del argumento. El narrador omnisciente es reemplazado por un narrador que se diluye, permitiendo que los personajes se expresen directamente.

Los temas principales de la literatura del 98 fueron:

  • A) El tema existencial: La vida humana y su sentido, la soledad, la tristeza, el amor y su ausencia.
  • B) El tema religioso: La existencia de Dios, el alma, la inmortalidad, la fe y la razón.
  • C) El tema social: Análisis de la decadencia de España y sus problemas.
  • D) La literatura como tema en sí misma, con intentos de definirla y adaptar los géneros.

Miguel de Unamuno (1864-1936)

Unamuno cultivó todos los géneros, siempre con dos ejes temáticos: el problema de España y el sentido de la vida. Utilizó la novela para expresar sus obsesiones sobre la religión, la vida, la muerte y la conciencia. Intervenía en el relato, dialogaba con sus personajes, los convertía en símbolos e interpelaba al lector. Sus novelas, llamadas “nivolas”, se alejan de los postulados tradicionales del género: no hay descripción ambiental, los personajes no tienen autonomía y la acción es mínima.

Obras destacadas:

  • Niebla (1914): Su novela más conocida, explora la relación entre el personaje (Augusto Pérez) y su creador (Unamuno), planteando el problema de la libertad y la ficción.
  • Abel Sánchez (1917): Metáfora de la envidia y la imposibilidad de convivencia, basada en la historia bíblica de Caín y Abel.
  • La tía Tula (1921): Retrato de un personaje femenino complejo, atrapado entre el deseo y la culpa, que critica el rol social de la mujer.
  • San Manuel Bueno, mártir (1930): Historia de un cura que ha perdido la fe, pero la finge para mantener la creencia de sus feligreses. Refleja la lucha agónica del individuo, la soledad y los problemas de la fe.

Pío Baroja (1872-1956)

De ideología liberal, Baroja evolucionó hacia un conservadurismo moral. Sus críticas a ambos bandos de la Guerra Civil le granjearon enemistades. Su obra narrativa se organiza en trilogías:

  • La lucha por la vida (La busca, Mala hierba, Aurora roja): Retrato de Madrid y sus clases sociales. La busca narra la caída de Manuel en la delincuencia.
  • Las ciudades: Trilogía sobre ciudades europeas.
  • Tierra vasca (La casa de Aizgorri, El mayorazgo de Labraz, Zalacaín el aventurero): Ambientada en el País Vasco y el mar.
  • Memorias de un hombre de acción (22 novelas): Serie histórica sobre las guerras carlistas y el siglo XIX, centrada en Eugenio de Avinareta.
  • El árbol de la ciencia y Camino de perfección: Conflictos existenciales en la España de la época. El árbol de la ciencia narra la vida de Andrés Hurtado hasta su suicidio, presentando la lucha entre la ciencia y la vida.
  • Otros títulos: Las inquietudes de Shanti Andía.

Características de sus novelas:

  • Protagonismo de un personaje central (activo o pasivo) que permite explorar diferentes ambientes.
  • Abundancia de acción y diálogos, que exponen diferentes visiones del mundo, con momentos de lirismo.
  • Presencia marcada del narrador a través de comentarios y reflexiones (expresión de las ideas de Baroja).
  • Descripciones impresionistas, con pocos detalles físicos y psicológicos.
  • Estilo natural y tono conversacional, buscando la exactitud y la claridad.

Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936)

Dos estilos definen la obra de Valle-Inclán: el modernismo y el esperpento.

  • Etapa modernista: Las cuatro Sonatas (Sonata de otoño, Sonata de estío, Sonata de primavera y Sonata de invierno), subtituladas Memorias del Marqués de Bradomín, son el mejor ejemplo. Narran las memorias de un donjuán “feo, católico y sentimental”, en un ambiente de elegancia decadente. Destaca su prosa rica, refinada y sensual. Los temas centrales son el amor pecaminoso, la muerte y la religión. Presenta dos arquetipos femeninos: la mujer fatal y la mujer frágil. De esta época también es la trilogía La guerra carlista (Los cruzados de la causa, El resplandor de la hoguera y Gerifaltes de antaño), que narra episodios de la última guerra carlista.
  • Etapa del esperpento: Tirano Banderas (1926) es una de las mejores novelas de la primera mitad del siglo XX. Narra la historia de un dictador americano, sin localización temporal ni espacial concreta (aunque evoca a México). Utiliza la técnica del esperpento (ver apuntes del teatro anterior al 36), degradando personajes y acciones. Destaca el dominio del lenguaje, con la incorporación de giros hispanoamericanos.

El Ruedo Ibérico (1927-1932), también de estilo esperpéntico, es una trilogía que refleja la historia de España desde el reinado de Isabel II hasta el desastre del 98, mostrando la degradación social y moral.

José Martínez Ruiz, “Azorín” (1873-1967)

En las novelas de Azorín, la narración se fragmenta en instantáneas que capturan la impresión del instante. Realiza un profundo análisis de la percepción, influenciado por la filosofía, la literatura, la pintura impresionista, la fotografía, el cine y el periodismo.

  • La voluntad (1902): Novela impresionista con fragmentos de vida y sensaciones, cuyo protagonista, Antonio Azorín, es un ser pasivo.
  • Don Juan (1922) y Doña Inés (1925): Descripciones minuciosas del ambiente y la sensibilidad de los personajes. El conflicto se centra en la personalidad de los protagonistas.

3. Novecentismo y Vanguardia

Dentro de una tendencia realista, pero con tono humorístico, destaca la obra del gallego Wenceslao Fernández Flórez (El bosque animado).

Ramón Pérez de Ayala (1880-1962)

  • Primeras cuatro novelas: Protagonista común y fuerte contenido autobiográfico (A.M.D.G., crítica a la educación jesuita).
  • Década de 1920: Novelas intelectuales (Belarmino y Apolonio), donde la acción es secundaria a las reflexiones sobre filosofía, psicología, política y moral.

Gabriel Miró (1879-1930)

  • Primera etapa (Las cerezas del cementerio, 1910): Influencia modernista, con ambientes refinados, personajes abúlicos y atmósfera sensual.
  • Segunda etapa (Nuestro Padre San Daniel, 1921; El obispo leproso, 1926): Estilo más personal, con prosa elaborada y descripciones detalladas de sensaciones y ambientes. Nuestro Padre San Daniel presenta dos bandos de personajes: los que aman la vida y los que no.

Ramón Gómez de la Serna (1888-1963)

Conocido por sus “greguerías”, su obra novelística es también relevante. Por ejemplo, La viuda blanca y negra, centrada en la relación erótica entre Cristina y Rodrigo.