La Novela Española desde 1939 hasta 1975
Narradores en el exilio
Una buena parte de los novelistas que habían empezado a escribir en los años 30 tuvieron que dejar el país al terminar la guerra y continuar su trabajo fuera de España. En sus novelas, manifiestan la angustia de la separación y vuelven una y otra vez sobre el tema de España. En las obras de estos autores se diferencian las siguientes líneas temáticas:
- Rememoración del pasado
- Testimonio del presente
- La España inventada
Destacan los siguientes narradores exiliados:
Rosa Chacel
En el exilio, se mantuvo en su concepción antirrealista de la novela, que constituye para ella un medio para la indagación metafísica y existencial. Destacamos: Teresa (1941), Memorias de Leticia Valle (1954) y Barrio Maravillas (1976).
Ramón J. Sender
Es uno de los principales representantes del realismo social. Destacamos narraciones históricas, como La aventura equinoccial de Lope de Aguirre (1964); relatos de intención satírica, como La tesis de Nancy (1962); y novelas autobiográficas, como Crónica del alba (1942-1966) y Réquiem por un campesino español (1953).
Max Aub
Destaca su amplia obra narrativa El laberinto mágico, un ciclo de novelas dedicadas a la Guerra Civil formado por Campo cerrado (1943), Campo de sangre (1945), Campo abierto (1951), Campo del moro (1963), Campo de los almendros (1968) y Campo francés (1965).
Francisco Ayala
Sus cuentos y novelas manifiestan una concepción ética. Ayala prefiere la narración en primera persona y el juego de perspectivas. Destacamos su sátira Muertes de perro (1958).
El renacer de la novela en los años 40
Las duras condiciones de vida de la posguerra y la instauración de la censura determinaron la evolución de la novela durante los años 40. Se caracteriza por una vuelta al realismo.
En este momento se cultiva la novela heroica, destaca La fiel infantería (1943) de Rafael García Serrano; novelas de realismo decimonónico, destacan ¡Ay estos hijos! (1943) de Juan Antonio Zunzunegui y La ceniza fue árbol de Ignacio Agustí; novelas de realismo tradicional, destacan La familia de Pascual Duarte (1942) de Camilo José Cela y Nada (1945) de Carmen Laforet.
Estas dos últimas novelas marcan el renacer de la novela española de posguerra y constituyen el primer intento de renovación del realismo tradicional. Ambas novelas reflejan, mediante un relato autobiográfico, el ambiente opresivo que vivía la sociedad española durante los años que siguieron a la contienda.
La novela social de los años 50
La publicación de La colmena (1952) de Camilo José Cela inicia una nueva etapa en la narrativa de posguerra, en la que el reflejo de los problemas de la sociedad española se convierte en la preocupación fundamental de los novelistas. A estas protestas se suman un grupo de narradores que van a convertir la novela en un instrumento de denuncia social.
El tema central de todas estas novelas es la sociedad española contemporánea: la descripción de las duras condiciones de vida de los campesinos y de las clases trabajadoras urbanas, y la crítica de la vida vacía e insustancial de la burguesía.
Este tipo de novelas presenta las siguientes características:
- Protagonista colectivo
- Simplificación de la trama. Las escenas se organizan de forma secuencial
- Limitación espacial y temporal
- Orden lineal
- Importancia de los diálogos
- Narrador objetivo
- Sencillez expresiva. Utilización de un lenguaje austero y simple
Dentro de las novelas de tema social se diferencian dos tendencias:
- Objetivismo: Destacan Los bravos de Jesús Fernández Santos y El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio. En estos casos, la crítica social se halla implícita. Se caracteriza por la presencia de un narrador objetivo.
- Realismo crítico: La crítica social se halla explícita. La objetividad narrativa se ve limitada por la intención crítica del autor. La obra más representativa es Central Eléctrica de Jesús Pacheco. También destacan Dos días de septiembre de José Manuel Caballero Bonald, La zanja de Alfonso Grosso, Las ratas de Miguel Delibes y Tormenta de verano de Juan García Hortelano.
La Novela Experimental desde 1962 hasta 1975
Renovación formal y experimentación
La publicación de Tiempo de silencio de Luis Martín Santos en 1962 inicia una nueva etapa en la evolución de la narrativa española de la segunda mitad del siglo XX, marcada por la renovación formal y la experimentación.
El surgimiento de la novela experimental coincide con la etapa del desarrollismo, un momento de profunda transformación para la sociedad española.
En el desarrollo de la novela experimental influyen dos factores:
- Los renovadores de la novela del siglo XX: Marcel Proust, James Joyce, Franz Kafka, William Faulkner…
- Los nuevos autores hispanoamericanos: El siglo de las luces (1962) de Alejo Carpentier, La muerte de Artemio Cruz (1962) de Carlos Fuentes, La ciudad y los perros (1963) de Mario Vargas Llosa y Rayuela (1963) de Julio Cortázar.
A partir de 1962, los novelistas españoles aplicaron a sus obras nuevas técnicas narrativas.
Características de la novela experimental
- Tema: El análisis introspectivo y la búsqueda de la identidad de los personajes vuelven a ocupar un lugar central en la novela.
- Argumento: Pierde importancia.
- Personajes: Se recupera al personaje individual, que se convierte en el centro de la novela. Los protagonistas de la nueva novela son sujetos complejos.
- Punto de vista múltiple: Se mezclan narraciones en primera, segunda y tercera persona:
- Omnisciencia autorial
- Omnisciencia objetiva o neutral
- Omnisciencia selectiva
- Omnisciencia multiselectiva
- Tiempo: Son frecuentes los saltos temporales, las elipsis y las pausas digresivas.
- El monólogo interior: Procedimiento usado para penetrar en el mundo interno de los personajes.
- Renovación del lenguaje literario
Obras más representativas de la novela experimental
- Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín Santos. La intención del autor es retratar de forma crítica los estratos más bajos de la sociedad madrileña de los años 50. Esta obra tiene un enfoque sarcástico; las técnicas narrativas empleadas y el barroquismo expresivo evidencian el carácter renovador de la novela. Las innovaciones que introduce Tiempo de silencio son:
- Visión sarcástica
- La acción narrativa se desarrolla en distintos espacios: laboratorio, pensión, chabolas, burdel, celda y salón
- Uso abundante del monólogo interior
- Introducción de digresiones
- Uso de un lenguaje estilísticamente muy elaborado
- Señas de identidad (1966) de Juan Goytisolo
- Cinco horas con Mario (1966) de Miguel Delibes. Refleja el enfrentamiento entre dos sectores de la sociedad española del momento: el tradicional y el progresista. La novela está organizada en 27 capítulos y utiliza un registro coloquial. Aparecen los siguientes rasgos expresivos:
- Acumulación desordenada de enunciados
- Inserción de paréntesis, que suponen cambios de tema
- Repetición de frases y palabras
- Uso de muletillas y frases hechas
- Empleo de citas en estilo directo
- Léxico sencillo y reducido
- Empleo abundante de deícticos personales
- Aparición de vocativos
- Utilización de elementos intensificadores y atenuadores
- Volverás a Región (1967) de Juan Benet
- Si te dicen que caí (1973) de Juan Marsé
La Narrativa
Durante los años 60, la gran variedad de temas y formas imposibilita retratar de forma precisa el estado de los géneros narrativos en la actualidad.
Pero es posible reconocer sus características más significativas:
- Se potencia el aspecto lúdico de la literatura
- Se cultivan subgéneros narrativos olvidados
- Los protagonistas de las novelas son personajes que reflejan la actitud vital del sujeto contemporáneo
La novela
Los rasgos más significativos de la novela española actual son:
- Mezcla entre realidad y ficción. Destacan La orilla oscura (1985) de José María Merino y Rabos de lagartija (2001) de Juan Marsé
- Alusión a mundos fantásticos, míticos y legendarios. Las obras más significativas están basadas en diversas mitologías y leyendas. Destacan Las aventuras del caballero Kosmas (1981) de Joan Perucho, Olvidado rey Gudú (1996) o Aranmanoth (2000), ambas de Ana María Matute
- Juegos literarios. Destacan Fabulosas narraciones por historias (1996) de Antonio Orejudo e Historia abreviada de la literatura portátil (1985) de Enrique Vila-Matas
- Proliferación de subgéneros novelescos:
- Novela histórica: Destaca Las visiones de Lucrecia (1996) de José María Merino
- Novela policíaca: Destacan La verdad sobre el caso Savolta (1975) de Eduardo Mendoza y Los mares del sur (1981) de Manuel Vázquez Montalbán
El cuento
Algunos de sus rasgos más significativos son el hecho de recurrir a los mismos temas abordados por la novela y la tendencia a ser cada vez más cortos.
El microrrelato es una de las tendencias formales del cuento contemporáneo. Algunos de los autores más relevantes son Luis Mateo Díez y Juan Pedro Aparicio, y tienen su precedente en el escritor guatemalteco Augusto Monterroso.