a. La novela hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX
Realismo y renovación temática (hasta 1940-45)
La novela americana se caracteriza hasta 1940-45 por una estética básicamente realista, a veces con residuos románticos o modernistas. Se observa una renovación temática, con:
- Novela de la selva: Describe una naturaleza aún indómita.
- Novela política: Con dos subgéneros: la novela de la revolución mexicana y la “novela de dictador”.
- Novela social: También calificada de indigenista.
Realismo mágico y lo real maravilloso (desde 1940)
Desde 1940 comienzan los primeros intentos de renovación formal con el realismo mágico y lo real maravilloso. Realidad y maravilla se unen a través de distintos procedimientos, tomados de novelistas europeos (Faulkner, Kafka, Joyce), para explicar la realidad sociopolítica americana, inabarcable desde el realismo. Además, se amplía la temática con temas urbanos y existenciales.
- Miguel Ángel Asturias (guatemalteco): Inaugura la “novela de dictador” (anticipada por Valle-Inclán con Tirano Banderas) con El señor Presidente, con un lenguaje barroco y musical para narrar una política tiránica espeluznante.
- Alejo Carpentier (cubano): Cultiva una novela histórica centrada en lugares y momentos de transición entre grandes movimientos históricos o artísticos, como El siglo de las luces o La consagración de la primavera.
- Jorge Luis Borges (argentino): Cultivó el relato breve, alrededor de pocos temas, en un mundo complejo, plagado de metafísica, como El Aleph, Ficciones o El libro de arena.
- Juan Rulfo (mexicano): Autor de El llano en llamas (relatos sobre el mundo rural mexicano, su miseria y violencia) y Pedro Páramo (novela con desorden cronológico, cambios de punto de vista, alternancia de diálogo y monólogo interior, y lenguaje popular).
El “boom” de la novela hispanoamericana (1962)
A pesar de su importancia, la novelística hispanoamericana era marginada y desconocida hasta 1962, año del “boom”. Influyeron:
- Editoriales españolas y europeas (Barral y Seix-Barral, Gallimard).
- Impacto de la revolución cubana.
- Interés por los cambios en América Latina.
- Calidad literaria de las obras.
Se confirmó la inutilidad del realismo para reflejar el mundo hispanoamericano y se renovaron las técnicas novelescas (ruptura argumental, narración no lineal, contrapunto, combinación de personas narrativas, monólogo interior). Este proceso creó una literatura revolucionaria con un fuerte compromiso histórico y literario.
- Ernesto Sábato (argentino): Novela con ensayos sobre locura, incomunicación y malestar existencial. Sobre héroes y tumbas ofrece una visión apocalíptica del mundo.
- Julio Cortázar (argentino): Cuentos que mezclan lo fantástico con lo cotidiano (El perseguidor, Todos los fuegos el fuego). Su novela Rayuela propone varios modos de lectura.
- Carlos Fuentes (mexicano): Describe la vida urbana de México D.F. en La región más transparente. La muerte de Artemio Cruz reconstruye la vida de un cacique rural.
- Gabriel García Márquez (colombiano): El más influyente del “boom”. Cien años de soledad marcó el surgimiento del “boom”.
- Mario Vargas Llosa (peruano y español): La ciudad y los perros (crónica de la formación en una escuela militar). Conversación en La Catedral critica el Perú de su juventud.
El “post-boom”
El “post-boom” se simplifica en dos corrientes:
- Novela cercana a los mass-media: Manuel Puig, Jorge Ibargüengoitia e Isabel Allende.
- Novela hermética para minorías: Severo Sarduy y Salvador Elizondo.