Lírica Romántica. Gustavo Adolfo Bécquer
Contexto Histórico y Literario
Durante la primera mitad del siglo XIX triunfó en toda Europa el Romanticismo, un movimiento artístico y literario que se originó en Inglaterra y Alemania a finales del siglo XVIII con autores prerrománticos como Lord Byron y Goethe.
El Romanticismo representa el inicio de la modernidad. Una de sus características principales es la defensa de la libertad en todos sus ámbitos: moral, político y artístico. La imaginación se convierte en un componente fundamental de la expresión romántica.
En España, el Romanticismo tardó en llegar debido a la Guerra de la Independencia y al restablecimiento del absolutismo por Fernando VII, quien persiguió a los liberales y reprimió la vida cultural. Tras su muerte, se estableció un régimen político de carácter constitucional que rehabilitó a los liberales, entre ellos figuras como el duque de Rivas, José de Espronceda y Martínez de la Rosa. El Romanticismo español fue un movimiento efímero, pues apenas duró una década (1834-1844). Posteriormente, hasta 1868, se desarrolló un periodo de transición conocido como Posromanticismo, donde la literatura evolucionó hacia las nuevas formas del Realismo, con autores como Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro.
Poesía Romántica Española
Durante el primer tercio del siglo XIX, se siguió cultivando una poesía prerromántica de corte dieciochesco. Sin embargo, aparecen indicios románticos en obras como Noches Lúgubres de Cadalso o en la Epístola de Fabio a Anfriso de Jovellanos. Los propios autores románticos escribieron obras consideradas de transición del Neoclasicismo al Romanticismo, como Espronceda con El Pelayo.
Fue el duque de Rivas quien más propició el advenimiento del Romanticismo poético con El moro expósito (1834), obra basada en la leyenda medieval de los Siete Infantes de Lara.
Los poetas románticos cultivaron tanto la poesía lírica como la narrativa, sin una clara división entre ambos géneros.
La poesía romántica es un reflejo de la literatura de la época, donde aparecen los temas fundamentales del movimiento: la subjetividad, la exaltación del yo y el ansia de realización del individuo en una sociedad que rechaza los valores burgueses. El sentimiento amoroso se plasma en la búsqueda de una mujer ideal, el desengaño y la soledad. El paisaje y la naturaleza se convierten en el reflejo de la interioridad del poeta, y la Edad Media se erige como un motivo de inspiración recurrente.
El Romanticismo supuso una época de innovación métrica: se combinó el uso de estrofas clásicas con la creación de otras nuevas. Entre las estrofas, la más utilizada fue el romance, y se recuperó el verso de arte menor.
Modalidades Poéticas
Dentro de la poesía romántica española, destacan las leyendas, los romances y las orientales.
Leyendas
Poemas extensos, con abundantes diálogos, en los que se narra un asunto tradicional. Son historias envueltas en un ambiente lleno de misterio o terror. Son famosas las leyendas de José Zorrilla, como A buen juez, mejor testigo y El capitán Montoya.
Romances
Recogen tradiciones de carácter histórico, generalmente ambientadas en la Edad Media o en el Siglo de Oro español. Los mejores romances son los del duque de Rivas, siendo el más conocido Un castellano leal.
Orientales
Poemas ambientados en la España árabe medieval. Los principales autores de este tipo de poesía son José Zorrilla y Juan Arolas.
Poetas Románticos. José de Espronceda
Además del duque de Rivas, José Zorrilla y Juan Arolas, destacan otros poetas como Nicomedes Pastor Díaz, Gertrudis Gómez de Avellaneda y Carolina Coronado.
Nicomedes Pastor Díaz publicó poesías en revistas de la época y las recopiló bajo el título Poesías. Gertrudis Gómez de Avellaneda cosechó gran éxito en su época por sus obras dramáticas. Entre sus obras poéticas destaca Poesías líricas. Carolina Coronado recopiló su obra poética en Poesías, un conjunto de composiciones amorosas de tono melancólico.
José de Espronceda representa el Romanticismo más exaltado. Nació cerca de Almendralejo en 1808. Con 15 años fundó con otros jóvenes una sociedad secreta, los Numantinos, para combatir el absolutismo, lo que le llevó a la cárcel. Tres años después huyó a Lisboa, donde se enamoró de Teresa Mancha. La raptó, tras haberse casado ella con otro hombre, y volvió con ella a Madrid. Teresa lo abandonó y poco después murió. Espronceda marchó a Holanda y, a su regreso, fue elegido diputado por Almería. Se enamoró de nuevo, pero murió antes de casarse en 1842.
Su obra poética se inicia con El Pelayo. Alcanzó la madurez literaria con Canciones, El estudiante de Salamanca y El diablo mundo.
Las Canciones son seis composiciones referidas a tipos humanos marginales: El pirata, El mendigo, El reo de muerte, El verdugo, El canto del cosaco y La cautiva. En El estudiante de Salamanca, Espronceda recrea la leyenda de don Félix de Montemar, quien tras abandonar a Doña Elvira y matar al hermano de esta, contempla su propio entierro. Espronceda incorporó en este poema los motivos tradicionales del burlador de Sevilla. El diablo mundo es una obra inacabada, dividida en seis cantos. El segundo, Canto a Teresa, está escrito en octavas reales y dedicado a Teresa Mancha, el gran amor de su vida. El poema sigue la típica trayectoria romántica del amor apasionado, la desilusión y la muerte.
Poetas Posrománticos
Rosalía de Castro
Rosalía de Castro (Santiago de Compostela, 1837-1885) fue una escritora gallega precursora del movimiento de renovación de la métrica española. Su obra, caracterizada por una expresión sencilla, un fuerte carácter simbólico y el tratamiento de temas como la saudade, el dolor y la muerte, supo captar el alma gallega como ninguna otra. Sus obras más destacadas son Cantares gallegos, Follas Novas (Hojas Nuevas), escrita en gallego y con un profundo sentimiento de dolor y desengaño, y En las orillas del Sar, escrita en español, donde manifiesta su atormentada intimidad.
Gustavo Adolfo Bécquer
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) tuvo una infancia marcada por la muerte de su padre y su madre. Estudió pintura, pero a los 18 años decidió dedicarse a la poesía. Sufrió dificultades económicas y tuvo que realizar trabajos periodísticos para sobrevivir. A los 21 años contrajo tuberculosis. Se enamoró de Julia Espín, una cantante de ópera. Obtuvo un cargo burocrático, pero pronto fue despedido. Amó con pasión a Elisa Guillén, quien lo abandonó. Se casó con Casta Esteban, con la que tuvo dos hijos, y trabajó como redactor en el diario El Contemporáneo, donde publicó sus Leyendas. Perdió su cargo y volvió a colaborar en la prensa.
Entre sus obras en prosa destacan Leyendas y Cartas desde mi celda. Sus Rimas se componen de poemas cortos que pueden dividirse en cuatro grupos temáticos: la poesía, el amor ilusionado, el fracaso amoroso y el desengaño, y la soledad y la muerte. Bécquer afirmaba que existe una poesía pomposa que seduce y otra breve y seca, que es la poesía verdadera, subjetiva, que expresa las vivencias del poeta.
Su estilo se caracteriza por la sencillez y la musicalidad, con composiciones breves e intimistas. Con una obra poética relativamente breve, Bécquer se ha convertido en uno de los más excelsos líricos de la literatura española. La crítica lo considera el origen de la lírica contemporánea.