Lírica y Prosa en la Literatura Renacentista Española: Evolución, Autores y Obras

La Lírica Renacentista

La renovación de la poesía cancioneril se produjo a causa de la difusión del humanismo, que permitió un mejor conocimiento de las literaturas clásica e italiana renacentista. Petrarca consiguió armonizar la herencia de la lírica culta provenzal con la literatura clásica y con la de los poetas italianos de su generación.

Aspectos Formales

La poesía italiana aportó dos importantes innovaciones rítmicas: el endecasílabo y el encabalgamiento, que otorgan una sonoridad más suave a los textos. Igualmente, la lírica renacentista incorporó las estrofas y tipos de composiciones habituales en la lírica italiana:

  • Los tercetos encadenados
  • La lira
  • La octava real
  • La estancia
  • El soneto
  • La estrofa sáfica

Temas y Motivos Poéticos

La nueva poesía desarrolló temas e ideales provenientes del neoplatonismo, de la literatura clásica y de la poesía italiana, influida por Petrarca. La imitación de los autores clásicos tuvo como modelo a Virgilio, por el italiano Jacopo Sannazaro, y para las odas se fijaron en Horacio. El tema principal de la lírica renacentista es el amor. Describían a la mujer como el canon de belleza.

Otro tema es la naturaleza, descrita con el tópico locus amoenus y el tópico carpe diem. La mitología clásica, con las historias narradas en Las metamorfosis de Ovidio, también es recurrente. Otros temas son la amistad y el elogio. En la segunda mitad del siglo XVI dominan la poesía religiosa y la poesía moral:

  • El beatus ille: se recurre a él para tratar la perfección de la naturaleza.
  • El conocimiento de sí mismo, la introspección, con los que se consigue el acercamiento y la comunicación con Dios.

Evolución de la Poesía Renacentista

Se distinguen dos etapas: el reinado de Carlos I y el de Felipe II.

Primera Etapa

Predominó la lírica cancioneril. Se publicó el Cancionero General. Además, fueron populares los romances y poemas tradicionales. En la primera mitad del siglo XVI destaca la renovación poética. La poesía lírica se impuso sobre cualquier otro género y en ella sobresale Garcilaso de la Vega. Esta concepción fue heredada por Gutierre de Cetina y Diego Hurtado de Mendoza.

Segunda Etapa del Siglo XVI

La Contrarreforma influyó en los cambios de esta etapa, que se corresponden con el auge de la literatura espiritual. En la poesía religiosa sobresalen Fray Luis de León y San Juan de la Cruz. Esta lírica aborda la ascética y la mística:

  • Ascética: busca la perfección mediante la purificación y expresa el proceso que lleva a la unión del alma con Dios.
  • Mística: se corresponde con la vía unitiva.

La Literatura del Siglo XVI: La Prosa

Aunque siguen siendo muy numerosos los escritores en latín, las obras redactadas en lengua vernácula son cada vez más numerosas. En este periodo suelen distinguirse, de manera general, una prosa de carácter didáctico y otra de carácter narrativo.

La Narrativa Renacentista

La Novela Bizantina

Al igual que su modelo griego, la novela bizantina está protagonizada por una pareja de jóvenes enamorados que son separados hasta que, al final, logran reencontrarse. Esta novela muestra las discusiones, es decir, en torno al viaje. Ejemplos son El peregrino en su patria, de Lope de Vega, y Los trabajos de Persiles y Sigismunda, de Miguel de Cervantes.

La Novela Pastoril

Estos libros insisten en presentar utópicamente la vida primitiva rústica en una naturaleza idealizada, donde se desarrollan historias de amor con pastores. La obra pastoril más destacada es Los siete libros de la Diana, de Jorge de Montemayor.

La Novela Morisca

En ellas se presenta estilizada la figura del moro, en algunas ocasiones incluso en tolerante convivencia con los cristianos. La primera obra de este tipo es la anónima Historia del Abencerraje. Resulta llamativo que estos relatos moriscos se difundan en un momento en el que la vida real de los moriscos en España pasaba por enormes dificultades. No obstante, las novelas moriscas son relatos idealizados.

La Novela de Caballerías

Este subgénero narrativo tuvo un extraordinario desarrollo que alcanzó su apogeo entre 1510 y 1560, con obras que seguían el modelo de la narrativa caballeresca medieval. Un ejemplo es Amadís de Gaula (1508), de Garci Rodríguez de Montalbo. Al caballero enamorado y heroico de los relatos medievales se sumará el caballero cristiano.

La Novela Sentimental

Se concentra en los estados emocionales y en los conflictos internos de los personajes. Estos relatos desarrollan una historia amorosa con un desenlace triste y una visión trágica del amor. El origen de este tipo de novela está en la narrativa italiana del siglo XIV.

La Novela Corta

La narrativa italiana influyó también en el siglo XVI por medio de relatos breves que dieron lugar a lo que se conoce como novela corta. El autor más destacado de esta tendencia es Juan de Timoneda.

La Novela Celestinesca

Todas las historias narran amores con un marcado carácter erótico, que se desarrollan con ayuda de los criados del enamorado y de una alcahueta. Sin ser plenamente realistas, ofrecen un cuadro verosímil de la sociedad de la época. Algunos críticos incluyen entre los títulos más destacados de la novela celestinesca La lozana andaluza. Pero la gran obra narrativa del siglo XVI es El Lazarillo de Tormes, historia realista que marca tempranamente el camino que transitará después la novela moderna.

El Romancero

Los romances son una de las manifestaciones literarias de transmisión oral más apreciadas de la poesía popular. Se considera que derivan de los cantares de gesta. Su forma procede de versos épicos, que poseían normalmente 16 sílabas y todos sus versos tenían la misma rima en asonante. El romance consiste en dividir el verso épico en dos partes. Clases de romances: históricos, fronterizos, de tema carolingio, novelescos y líricos. Sus temas: el rey don Rodrigo, el Cid, luchas contra el reino moro de Granada, Roldán, de asunto sentimental amoroso.

La Poesía Culta o Cortesana

La que se produce en este siglo tiene una doble influencia: provenzal trovadoresca, de versos cortos, y alegórico-dantesca italiana.

El Marqués de Santillana

Escribe sus versos en la primera mitad del siglo XV. Los clasificaríamos en: poesía de influencia provenzal, poesía de influencia italiana y poesía didáctico-moral. Sus diez Serranillas, llenas de gracia y agilidad, constituyen lo mejor de sus versos.

Juan de Mena

Escritor contemporáneo al Marqués de Santillana. Su obra más importante es el largo poema filosófico Laberinto de Fortuna, llamado también Las trescientas, al estar formado por cerca de ese número de coplas de arte mayor. Juan de Mena sigue los procedimientos propios de la poesía alegórico-dantesca. Lengua culta y gran fuerza expresiva. Las danzas de la muerte: un esqueleto convoca a los hombres para recordarles su condición de seres mortales e invitarles a bailar una macabra danza.

Jorge Manrique

Poeta más relevante de la segunda mitad del siglo XV. Le agrupamos en dos bloques: poesía amorosa y las Coplas. La poesía amorosa es parcialmente heredera de la poesía cortesana y cancioneril. Su estilo es más simple, con influencias de Petrarca y de la estética renacentista italiana. Coplas a la muerte de su padre es la obra que le ha dado fama universal. Es un elogio de su padre, maestre de la Orden de Santiago. No se conforma con hacer una elegía al uso; es un elogio del héroe muerto, lo envuelve en una serie de reflexiones sobre la vida, la muerte o la fugacidad de las cosas de este mundo.