Literatura del Siglo XVIII: Ensayo y Teatro
1. Introducción
Después de la Guerra de Sucesión, los Borbones suben al trono de España, introduciendo nuevas costumbres afrancesadas y las ideas ilustradas. Estas nuevas ideas fueron aceptadas con moderación por una minoría (sin atacar al trono ni a la Iglesia) y rechazadas por gran parte del pueblo, que las veía como un ataque a sus tradiciones.
Sin embargo, en algunos sectores se desarrollaron movimientos derivados de estas nuevas ideas: las Sociedades de Amigos del País, la RAE, la aparición de periódicos y la popularización de los libros de viajes. La literatura también adoptó estas ideas reformistas:
- Claridad lingüística frente al recargamiento barroco.
- Verosimilitud y racionalidad: se desechan los elementos imaginativos y el sentimentalismo.
- Temas didácticos: la obra literaria debe educar.
- Debe respetar unas normas.
Por lo tanto, el ensayo y el teatro son los géneros más destacados.
2. Etapas de la Literatura Neoclásica
- Primera mitad del siglo: Pervivieron obras barrocas, artificiosas y de poca calidad, junto con los inicios de la nueva corriente.
- Neoclasicismo pleno (desde la primera mitad del XVIII hasta el final de siglo): La literatura debe estar al servicio del bien común y ser útil a la sociedad. Se prefiere un estilo claro y sencillo (valorando el equilibrio y la racionalidad, huyendo de la exageración), así como temas cívicos y morales, aptos para educar a sus lectores.
- Prerromanticismo: En las últimas décadas del siglo, sin negar los temas didácticos, surge un mayor interés por la expresión del sentimiento y se aprecia un tono melancólico.
3. El Ensayo Neoclásico
La prosa del neoclasicismo es esencialmente didáctica; apenas existe prosa de ficción, por lo que el ensayo es el género preferido. Conscientes de la profunda decadencia del país, los autores neoclásicos dedican sus esfuerzos al análisis de sus orígenes y a la elaboración de proyectos para remediarla. Muchos intervinieron en la vida política y concibieron la literatura como un medio para llevar a cabo sus propósitos de reforma, más que como un fin en sí misma.
Varios fueron los asuntos a los que dedicaron sus escritos, entre los más destacados:
- La decadencia del país
- La educación
- La función social de la mujer
- La dignificación del trabajo
- La religión (en tono moderado), atacando las supercherías, supersticiones, excesos de la autoridad eclesiástica, el elevado número de frailes y monjas, etc.
Autores destacados:
- Jerónimo Feijoó: Monje benedictino. En sus obras lucha contra las supersticiones, escribe artículos de divulgación científica, algunos de contenido filosófico. Obras: Teatro crítico universal y Cartas eruditas.
- Gaspar Melchor de Jovellanos: Ministro de Carlos III. Autor de numerosos proyectos e informes. Destaca su Memoria sobre los espectáculos públicos, en la que defiende un teatro que ofrezca ejemplos de conducta cívica y combata los vicios sociales. Además: Informe sobre la ley agraria (reforma de la economía agrícola) y Oración sobre la necesidad de unir el estudio de la literatura y de las ciencias (defiende una educación armónica que forme personas con sentido moral y conocimientos útiles).
- José Cadalso: Tras una larga estancia en el extranjero, ingresa en el ejército. Fue muy conocido por sus escritos satíricos contra la milicia. Es quizá el mejor autor literario de este movimiento. Cartas marruecas: dos personajes de ficción, marroquíes, Ben Beley y Gazel, intercambian una correspondencia en la que se critican las costumbres españolas. Noches lúgubres: escrita a raíz de la muerte de su amante; en ella se aprecian ya rasgos prerrománticos.
4. El Teatro Neoclásico
Si se exceptúa a Leandro Fernández de Moratín, el teatro neoclásico no gozó del favor del público. Por el contrario, el modelo de teatro barroco, a pesar de ser condenado desde el gobierno, contó con la fidelidad de los espectadores: las comedias de magia (con espectaculares efectos escénicos), las de santos, pobladas de milagros y apariciones, y las de figurón, de carácter cómico, fueron las que llenaron los teatros de aquella época. También tuvo éxito un nuevo modelo teatral, nada ilustrado: el sainete, pieza breve que se representaba entre actos y de fuerte carácter cómico, escrita solo para entretener. Incluía música y bailes. Sus personajes eran tipos populares y su argumento costumbrista, pero sin el menor asomo crítico. El autor más conocido: Don Ramón de la Cruz.
Frente a este modelo teatral, los ilustrados se esforzaron por crear un teatro a partir de nuevos conceptos:
- Separación tajante entre comedia y tragedia.
- Respeto a la regla de las tres unidades: una sola acción, un mismo lugar y el tiempo dramático de un día como máxima duración para los acontecimientos.
- Lenguaje claro y sencillo. Si era en verso, evitaban la polimetría.
- Las obras debían responder a un propósito moral y decente y representar casos creíbles y verosímiles.
4.1. Tragedia
Pese a los intentos de crear un modelo nacional que siguiera los pasos de la tragedia clásica, no se consiguió crear una obra que aplaudiera el público. Solo puede citarse Raquel de García de la Huerta, en la que, bajo un aspecto formal neoclásico, se desarrolla un tema más del gusto del teatro barroco.
4.2. Comedia
En este apartado destaca Leandro Fernández de Moratín, creador de un tipo de comedia en la que sus personajes pertenecen a la burguesía (no son personajes populares). La sátira (suave) de costumbres constituye su temática. Obras: La mojigata (se critica la rígida educación de las mujeres). La comedia nueva o el café (se burla del tipo de teatro barroco que tanto gustaba en su época). El sí de las niñas, su mejor obra, en la que defiende el derecho de las jóvenes a elegir marido contra las pretensiones interesadas de sus padres.
5. Conclusión
Quizá no sea la etapa de nuestra literatura que nos haya ofrecido obras de máxima calidad, pero el empeño, a veces en solitario, de estos autores por racionalizar la literatura y adaptarla a un nuevo modelo social es encomiable. Dejaron sembradas algunas semillas que fructificarían años después: la claridad del lenguaje, la verosimilitud de personajes y situaciones, etc. En cuanto al teatro, sientan las bases de un nuevo modelo teatral que hará fortuna unos años más tarde. Además, dictaron normas y leyes que mejoraron las representaciones en los Corrales de Comedias.