Literatura Española: Del Franquismo al Modernismo y la Generación del 98

La Novela Española desde 1975 hasta Nuestros Días

La muerte de Franco en 1975 marca un hito en la historia de España, simbolizando el inicio de la modernidad. Políticamente, este evento significó el fin de la dictadura, el comienzo de la transición democrática y el restablecimiento de relaciones con Europa. Sin embargo, en el ámbito narrativo, su impacto como punto de inflexión es más discutible. Si bien se incrementó la libertad de expresión, sin censura, las expectativas de una explosión de talento reprimido no se cumplieron completamente. Un factor relevante fueron los numerosos premios literarios, tanto institucionales (Cervantes, Nacional de las Letras, Nacional de Narrativa) como de editoriales (Nadal, Planeta, Alfaguara), que estimularon el panorama creativo.

La Continuidad de los Grandes Novelistas

Las figuras consagradas de los años 40 mantuvieron su hegemonía. Camilo José Cela, convertido en celebridad, publicó obras como “Mazurca para dos muertos”. Miguel Delibes creó “Los santos inocentes”, una obra maestra rural con toques experimentales. Gonzalo Torrente Ballester, autor prolífico, destacó con “Filomeno a mi pesar”.

La Generación del Medio Siglo y la Generación del 68

Los autores de la generación del medio siglo, inicialmente neorrealistas o realistas sociales, y que luego experimentaron en los setenta, continuaron publicando. Destacan Jesús Fernández Santos (“Extramuros”), Juan Goytisolo (“Paisaje después de la batalla”), Juan García Hortelano (“Gramática parda”) y Juan Marsé (“El embrujo de Shangai”). La generación del 68, nacida en pleno auge experimental, optó por una narrativa más tradicional, pero exigente. Ejemplos son Manuel Vázquez Montalbán (“Galíndez”, “Los mares del Sur”), Félix de Azúa (“Diario de un hombre humillado”) y José María Guelbenzu (“La tierra prometida”).

Nuevos Autores Post-Franquismo

Un grupo nutrido de autores comenzó a publicar tras la muerte de Franco. Eduardo Mendoza, considerado clave en el retorno a la narratividad, publicó “La verdad sobre el caso Savolta” (1975), una novela histórica y policíaca que fusiona técnicas experimentales con intriga. Otras obras suyas son “La ciudad de los prodigios” y “El misterio de la cripta embrujada”. Javier Marías, reconocido por su prosa densa, escribió “Corazón tan blanco” y “Mañana en la batalla piensa en mí”. Antonio Muñoz Molina, inclinado a la introspección y la intriga policíaca, es autor de “El invierno en Lisboa”, “Beltenebros” y “El jinete polaco”. Manuel Rivas, con relatos originales sobre la Guerra Civil, escribió “El lápiz del carpintero” y “La lengua de las mariposas”. Juan José Millás, destacado por su originalidad, es autor de “El desorden de su nombre” y “La soledad era esto”.

Autores Más Jóvenes

Una generación más joven, aún en proceso de valoración crítica, incluye a autores como José Ángel Mañas (“Historias del Kronen”) y Lucía Etxebarría (“Beatriz y los cuerpos celestes”), con un lenguaje desenfadado que retrata a una generación marcada por el rock, las drogas y el sexo. Otros, con mayor ambición literaria, son Juan Manuel de Prada (“La tempestad”) y Benjamín Prado (“Alguien se acerca”).

Este periodo se caracteriza por una gran vitalidad, donde la narrativa, y en particular la novela, se ha consolidado como el género predominante.

Modernismo y Generación del 98

El Modernismo: Un Movimiento Internacional

El Modernismo fue un movimiento internacional que abarcó diversas áreas del arte (pintura, arquitectura, artes decorativas) además de la literatura. Se desarrolló entre 1885 y 1915, y aunque recibió diferentes nombres (Art Nouveau en Francia, Jugend Still en Alemania, Modern Style en Inglaterra y América), representó una reacción contra la estética realista imperante en Europa desde mediados del siglo XIX. Esta época, conocida como “Fin de siglo”, se caracterizó por el triunfo de la filosofía positivista, el capitalismo, el progreso tecnológico y la revolución industrial.

El Modernismo en Lengua Castellana

El Modernismo en lengua castellana surgió en Hispanoamérica con autores como José Martí y José Asunción Silva. Rubén Darío, su máximo exponente, lo introdujo en España. Obras como “Azul” y “Prosas profanas” tuvieron un gran impacto, influyendo en escritores españoles. Destacan Manuel Machado (“Alma”, 1900) y Juan Ramón Jiménez (“Arias tristes”, “La soledad sonora”), quien luego renegó de su etapa modernista. También son relevantes Antonio Machado y Valle-Inclán.

Características del Modernismo

Influenciado por el Simbolismo y el Parnasianismo franceses, y conectado con la esencia del Romanticismo, el Modernismo presenta rasgos distintivos:

  • Lenguaje lujoso: Uso de palabras evocadoras como cisnes, orquídeas, góndolas y princesas orientales.
  • Gusto por lo exótico: Incorporación de palabras extranjeras por su sonido y connotaciones.
  • Escapismo: Ambientación en escenarios refinados y decadentes (Venecia, Samarkanda, París del siglo XVIII) y, especialmente, la Grecia clásica, como crítica al materialismo capitalista.
  • Cosmopolitismo: Autores que viajaron y conocieron otras culturas.
  • Renovación métrica y retórica: Uso de eneasílabos, decasílabos, sonetos alejandrinos, sinestesia, aliteración, arcaísmos, extranjerismos y cultismos.
  • Espíritu transgresor: Temas paganos y sensuales, a menudo explorando la pornografía o el satanismo.

Generación del 98

La Generación del 98, un término debatido, agrupa a autores españoles nacidos entre 1860 y 1875, que cultivaron una literatura con rasgos comunes, distinta del realismo decimonónico. Sus características incluyen:

  • Prosa fluida y natural: Alejada de la retórica y la afectación.
  • Precisión léxica: Uso de palabras precisas, a menudo arcaizantes y de gusto local, con lirismo.
  • Paisaje castellano: Inspiración en el austero paisaje castellano, a pesar de que la mayoría de los autores nacieron en la periferia.
  • Visión pesimista de España: Pretensión de regenerar la sociedad española, aunque sin mucha acción o compromiso directo.

Autores Principales de la Generación del 98

  • Azorín (José Martínez Ruiz): Contribuyó a la creación del concepto con novelas como “La voluntad” (1902), una obra original donde el lenguaje y el estilo son protagonistas.
  • Miguel de Unamuno: Rector de la Universidad de Salamanca, intelectual de gran prestigio, conocido como pensador y poeta. En “El Cristo de Velázquez”, plasmó sus inquietudes vitales sobre la fe y la razón. Sus ensayos (“En torno al casticismo”, “Vida de don Quijote y Sancho”) introdujeron conceptos como la “intrahistoria”. Sus novelas más leídas incluyen “Niebla” y “San Manuel Bueno, mártir”.
  • Pío Baroja: Gran narrador, autor de más de 60 novelas. “La busca” y “El árbol de la ciencia” muestran una síntesis entre el realismo de Galdós y las novedades del siglo XX (descripciones impresionistas, diálogos ágiles, acción trepidante, estructura episódica, digresiones ensayísticas, final abierto).
  • Antonio Machado: El mejor poeta del grupo. Su primer libro, “Soledades” (1907), tiene un tono modernista íntimo. “Campos de Castilla” refleja su experiencia en Soria, con temas como el paisaje, la reflexión sobre España y la nostalgia por su esposa fallecida.
  • Ramón María del Valle-Inclán: Novelista y dramaturgo. Desde un modernismo refinado (“Sonatas”), cultivó una literatura “mítica” (Galicia mágica y brutal). Su mayor logro fue el Esperpento, un género que utiliza la deformación caricaturesca para la denuncia existencial.

Otros autores importantes son Ángel Ganivet, Ramiro de Maeztu e incluso un primer Jacinto Benavente.