Modernismo y Generación del 98: Un Viaje Literario

El Modernismo y la Generación del 98

El **modernismo** es un movimiento artístico y literario que tuvo lugar a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Se trata de una corriente estética que rechaza el realismo de la etapa precedente. La literatura modernista se encuadra en un complejo contexto histórico. En el plano social, los últimos años del siglo XIX preludiaron el estallido de importantes revueltas en toda Europa, que desembocaron en la Revolución rusa de 1917. En el plano político, las tensiones producidas por el proceso de colonización de África y Asia condujeron a la Primera Guerra Mundial (1914-1918). En el caso de España, 1898 fue el año de la pérdida de las últimas colonias de Ultramar –Cuba, Puerto Rico y Filipinas–, tras la derrota ante Estados Unidos en lo que se conoció como el desastre del 98. El pensamiento de la época refleja estas tensiones. Por una parte, se difundió la doctrina marxista, que intentaba erradicar las desigualdades sociales. Por otro lado, se desarrollaron teorías como el psicoanálisis, que pretendía interpretar los deseos del subconsciente. La literatura en lengua española de fin de siglo recogió estas nuevas ideas de diferentes maneras. Los autores modernistas prefirieron en su mayoría el esteticismo como forma de rechazar la realidad. Simultáneamente, un grupo de autores jóvenes comenzó a abordar en sus obras la preocupación que les inspiraba la situación del país. Ese grupo se conoce como la **Generación del 98**.

Azorín

José Martínez Ruiz, <>

Azorín (1873-1967) publicó artículos, críticas literarias, ensayos y novelas. Entre estas últimas, destacan títulos como *La voluntad* y *Doña Inés*. En los textos de Azorín la trama argumental es mínima y se presta gran importancia a la descripción de ambientes y de sensaciones. Sus novelas se plantean como una sucesión de pequeñas escenas descriptivas que intentan captar el ritmo de la vida real. En *La voluntad*, el autor resume de esta manera su concepto de novela: “Ante todo, no debe haber fábula…, la vida no tiene fábula: es diversa, multiforme, ondulante, contradictoria…”

Miguel de Unamuno

Miguel de Unamuno (1864-1936) nació en Bilbao, pero vivió en Salamanca, donde fue catedrático en la Universidad. Cultivó diversos géneros literarios, aunque destacó sobre todo en el ensayo y la novela.

Entre el ensayo y la novela: En sus ensayos, Unamuno alternó la reflexión existencialista (*Del sentimiento trágico de la vida*) y la reflexión sobre España (*En torno al casticismo*). En sus novelas prima el contenido filosófico e intelectual sobre la trama. Unamuno llamó nivola a este nuevo tipo de novelas, en las que la acción es mínima y abundan los diálogos y los monólogos interiores de los personajes. Entre ellas destacan *San Manuel Bueno, mártir*, centrada en la crisis de fe de un sacerdote, y *Niebla*, cuyo protagonista, Augusto Pérez, descubre que es un personaje de ficción.

Pío Baroja

Pío Baroja (1872-1956) nació en San Sebastián y estudió Medicina en Madrid, aunque se dedicó a la literatura. Fue uno de los grandes novelistas de su generación.

La novelística de Baroja: En sus novelas, Baroja concedió gran importancia al argumento y, por tanto, a la acción. Retrataba a los personajes de forma más bien esquemática y directa, apartándose así del descriptivismo de Azorín y de la tendencia al monólogo interior de Unamuno. Entre sus obras destacan algunas novelas en las que renovó el género de la literatura de aventuras, como *Las inquietudes de Shanti Andía* o *Zalacaín el aventurero*; y, muy especialmente, dos trilogías en las que abordó grandes problemas de su tiempo: *La lucha por la vida* y *La raza*. A esta última pertenece *El árbol de la ciencia*, que está considerada como una de sus mejores novelas.

El árbol de la ciencia: En *El árbol de la ciencia* se narra la vida de Andrés Hurtado, un joven que comienza a estudiar medicina en Madrid. A lo largo de distintas etapas de su vida, el personaje es testigo del atraso y la miseria social en que vive el país. Baroja reflexiona en esta obra sobre algunas de las preocupaciones fundamentales del 98.

Antonio Machado

Antonio Machado (1875-1939) nació en Sevilla. A los 8 años, su familia se trasladó a Madrid, donde se educó en la Institución Libre de Enseñanza. En 1907 obtuvo la cátedra de Francés en un instituto de Soria. Allí se enamoró de Leonor Izquierdo, con quien se casó en 1909. En 1912 murió Leonor y él se trasladó a Baeza, donde conoció a Pilar Valderrama (que aparece como Guiomar en sus poemas). De ideología progresista, se exilió a Francia en 1939. Ese mismo año murió en Collioure. Una poética de lo esencial: Antonio Machado definió su poesía como la búsqueda de la <>. Esta búsqueda de lo esencial le llevó a expresarse mediante símbolos como la tarde, el camino o la fuente que, en sus obras, se llenan de diversos significados. También indagó en las posibilidades del ritmo y la musicalidad del poema, evolucionando desde la métrica típicamente modernista hasta formas nuevas más sencillas y sobrias. Entre sus obras destacan dos poemarios fundamentales:

Soledades

Se publicó por primera vez en 1903 y apareció ampliado en 1907 con el nuevo título de *Soledades, galerías y otros poemas*. En esta obra el autor expresa sentimientos y emociones íntimas con un tono melancólico y evocador. Se aprecia la influencia de la estética modernista tanto en los temas (el paso del tiempo, la tristeza, la nostalgia de los tiempos pasados…) como en los aspectos formales (empleo de elementos simbólicos, experimentación métrica.

Campos de Castilla

En esta obra la lengua poética de Machado ha evolucionado hacia una mayor sencillez. En cuanto a los temas, el poeta recoge muchos motivos propios de la generación del 98, como la descripción del paisaje castellano y la reflexión sobre la identidad nacional, que se refleja de manera simbólica en el largo romance *La tierra de Alvargonzález*. En otros poemas el autor expresa su aflicción por la pérdida de Leonor. El paisaje de Soria, evocado desde tierras jienenses, se convierte así en símbolo de la nostalgia de un pasado feliz.