Novelistas del 98 y del Novecentismo: Autores y Obras Clave

Los Novelistas del 98

Ramón del Valle-Inclán (1866-1936)

Uno de los escritores más vanguardistas de su época. Su obra, inicialmente modernista, evoluciona hacia el esperpento, una creación tan particular como innovadora. Se caracteriza por una prosa modernista. Entre sus grandes obras destacan las Sonatas, y más tarde, novelas como Tirano Banderas. Su última obra fue la trilogía incompleta de carácter histórico El ruedo ibérico.

José Martínez Ruiz, “Azorín” (1873-1967)

Pretende que sus novelas sean un reflejo delicado y lírico de lo esencial de la realidad. Azorín es el escritor de lo minucioso, del detalle, que escribe de forma simple y breve, con sensación de orden, pulcritud y calidad. Uno de los temas que más le preocupan es el paso del tiempo. Sus obras más conocidas son Antonio Azorín, Don Juan y Doña Inés.

Miguel de Unamuno (1864-1936)

Es el escritor más peculiar del 98 por su carácter crítico, independiente y obsesivo. Impregna sus temas de un fuerte contenido filosófico, así que sus novelas son una proyección de sus inquietudes personales. Sus obras más importantes son Amor y pedagogía, Niebla y San Manuel Bueno, mártir. En su obra transmite su preocupación por la personalidad del hombre y la angustia de la existencia humana.

Pío Baroja (1872-1956)

Además del personaje más independiente y arisco de todos los del 98, es el mejor narrador de su generación. Sus principales temas son la protesta contra la sociedad del momento, cuya base es la espontaneidad y el antirretoricismo. Frente a esa hipocresía manifiesta una sinceridad total en sus ideas; frente a las injusticias, muestra una gran ternura por lo marginal; y frente al aburguesamiento utiliza la acción. Las consecuencias son escepticismo (personajes tristes, etc.) y novelas de aventura. Sus obras más conocidas son Zalacaín el aventurero y Memorias de un hombre de acción. Predominan los párrafos cortos y su léxico es claro y sencillo, con presencia de coloquialismos que expresan mejor la realidad.

La Narrativa Novecentista

Del Novecentismo o Generación del 14 son aquellos autores nacidos a finales del siglo XIX, que sucedieron a la Generación del 98, y alcanzan su plenitud literaria en la segunda década del siglo XX. Estos son: Ortega y Gasset, Eugenio D´Ors, Gregorio Marañón, Ramón Pérez de Ayala, Gabriel Miró y Ramón Gómez de la Serna. Todos ellos comparten esa inquietud por el problema de España, aunque rechazan la visión dramática y subjetiva de sus predecesores, adoptando una postura más equilibrada e intelectual.

Novelistas Destacados del Novecentismo

Ramón Pérez de Ayala

Su novela es reconocida por la presencia abundante del elemento intelectual, además experimenta continuamente con la técnica y con la forma: crea nuevas estructuras narrativas y busca originales perspectivas para su presentación de personajes y sucesos. Tigre Juan es su mejor novela, critica las costumbres españolas, tratando el tema del marido cuyo honor ha sido ultrajado.

Gabriel Miró

Utiliza la literatura para crear un mundo lleno de percepciones audiovisuales, contemplando antes la realidad y recreándola con sus propias impresiones. Todo está supeditado a la expresión sensorial, de tal forma que los objetos son los verdaderos protagonistas de sus novelas. Algunas obras son Nuestro Padre San Daniel y su continuación, El obispo leproso.

Ramón Gómez de la Serna

En literatura, las vanguardias tienen como pionero a Ramón Gómez de la Serna, que funda en 1908 la inquieta revista Prometeo, donde publica, ya en 1910, un manifiesto futurista. Desde entonces, no dejará de difundir las novedades del panorama europeo. Los autores hispanos contribuyeron a la lista de vanguardias con dos estilos: el creacionismo y el ultraísmo. Además de sus greguerías, en la obra de Ramón se incluyen multitud de relatos breves y varias novelas. Su novela más famosa es El torero Caracho.

La Vuelta de la Novela Social

Surge a partir de los años 30 un movimiento que reclama la rehumanización del arte, la vuelta a las preocupaciones humanas. Ramón J. Sender es el principal novelista de esta corriente: Crónicas del alba y Réquiem por un campesino español son sus obras más conocidas.

El Modernismo

Rubén Darío

Es el principal representante del Modernismo. Su primer libro importante fue Azul (1888, segunda edición ampliada en 1890). Significa en su obra el momento de búsqueda, la influencia francesa de Víctor Hugo y los parnasianos, el preciosismo. Prosas profanas (1896) es la culminación del Modernismo más exuberante y rotundo. Hay que destacar en este libro la sensualidad y el erotismo y el inicio de poemas sobre motivos españoles. Cantos de vida y esperanza (1905) es su obra más importante. Aparece una ampliación temática, desde su propia intimidad a la comunicación con los demás. El tono se ha profundizado y, en muchos poemas, se aprecia una mayor sencillez de expresión. Hay que destacar una serie de impresionantes poemas en los que expresa su propia amargura, angustia y temor. La preocupación política, la defensa del mundo hispánico en contra de la colonización anglosajona, especialmente norteamericana, es otro aspecto digno de señalar.

Juan Ramón Jiménez

La obra de Juan Ramón se puede clasificar en tres etapas:

Primera Etapa: Modernista

Jiménez comienza a escribir siendo un adolescente, a los 17 años, con su tono sentimental y becqueriano, en la línea del modernismo intimista. Le mueve el deseo de captar lo que se esconde detrás de la superficie de las cosas, sin saber qué es. Sus dos primeras obras, Ninfeas y Almas de Violetas, fueron escritas por la ferviente admiración que sentía hacia los poetas modernistas con los que compartió la estancia en Madrid. Rimas, Arias tristes, Elegías y Platero y yo pertenecen a esta primera etapa.

Segunda Etapa: Poesía Pura

Se casa con Zenobia y se marchan de luna de miel a EE. UU. Durante el viaje escribe Diario de un poeta recién casado. En esta etapa incluye también Eternidades.

Tercera Etapa: El Exilio

Una vez exiliado en Hispanoamérica, publica obras como La estación total o En el otro costado.

Antonio Machado

Los temas principales de su poesía son: los recuerdos y evocaciones de su propia vida, la preocupación por España, el paso del tiempo, la muerte y la búsqueda de Dios. Su primera obra es Soledades, ampliada años después como Soledades, Galerías y otros poemas. Es de corte modernista, inscrita en la línea intimista y neorromántica. Su gran obra es Campos de Castilla, publicada en 1912 y revisada y ampliada en 1917. Ahora aparece el tema de Castilla, el sentimiento del poeta asociado al paisaje y la crítica social de España. A ellos podemos añadir a Miguel de Unamuno, totalmente noventaiochista, quien expresa con austero estilo, sus inquietudes interiores y su visión estética de Castilla, en obras como Poesías y Romancero del destierro.