Las obras de Juan Rulfo se reducen a un libro de relatos, El llano en llamas (1953), y una novela corta, Pedro Páramo (1955). Además es autor de algunos guiones cinematográficos. El llano en llamas reúne diecisiete cuentos que transcurren en las primeras décadas del siglo en el Méjico rural, en torno a la Revolución mexicana. Aparece un mundo hostil, cerrado, en el que habitan personajes desolados, rodeados de paisajes yermos e inhóspitos, pueblos en medio de la nada y un clima abrasador. Se ofrece, por un lado, un retrato de los avatares históricos de esos años, con las injusticias de la revolución ( luchas cruentas, disputas, venganzas, injusticias en los repartos de tierras, miseria de los campesinos,etc) y ,por otro, una honda meditación sobre temas humanos de alcance universal: la incomunicación, la soledad, la culpa, la violencia, el dolor, el sufrimiento, el destino, la muerte…Podemos considerar a Rulfo como una prolongación de lo que se ha llamado novela de la Revolución mexicana, novelas que fueron abundantes en los años 20 y 30. Pero Rulfo trasciende el carácter documental de estas novelas, y, además, emplea técnicas narrativas renovadas. Se ha relacionado también a Rulfo con el Realismo mágico, esta corriente literaria que desde principios del siglo pasado impregna la literatura de toda Hispanoamérica y que se extiende hasta algunos autores actuales, se caracteriza por la inclusión de elementos fantásticos y míticos dentro de una trama de carácter realista, acogiendo la fantasía y lo mágico como una de las posibilidades más de lo real.El relato recoge desde el punto de vista de un niño las consecuencias que para él y su familia tiene la subida de un río que devasta el pueblo en que viven. El niño es el narrador de lo sucedido (narrador en 1ª persona o testigo), pero el personaje protagonista es más bien la más pequeña de sus tres hermanas, Tacha. Una vaca, Serpentina, aparece también como elemento esencial en el relato. El niño-narrador nos ofrece su perspectiva de los hechos, y en algunos párrafos nos ofrece el punto de vista de su padre (“Según mi papá…”) o de su madre (“Mi mamá no sabe…Ella no se acuerda…”).Todo el relato gira en torno a Tacha. La muerte de Serpentina supone la pérdida de “su capitalito”, pues el padre había comprado la vaca como dote de la niña, y en ella cifraba el padre la esperanza de que su hijita no siguiera el mal camino de sus hermanas mayores, convertidas en “pirujas”. El padre aparece como un personaje que se sacrifica por su hija y que cree que la pobreza es culpa de lo ocurrido a las mayores, aunque a la vez no las justifica(“Desde chiquitas ya eran rezongonas”). La madre cree por alguna razón han sido castigados por Dios, y es a Dios al que pide ayuda. Pero el padre prefiere no lamentarse, lo único que le importa es que Tacha pueda casarse con un hombre bueno. Como en otros cuentos de Rulfo la mujer aparece como un ser sometido a la voluntad-deseo de los hombres.Espacio y tiempo. Posibilidad
1. Las coordenadas espaciales y temporales aparecen en el cuento de manera muy difuminada. Los acontecimientos de los que nos da cuenta el narrador se desarrollan a lo largo de una semana. El relato comienza y termina en un presente señalado por el uso del deíctico “aquí” en la primera frase (“Aquí todo va de mal en peor”) y luego al final del cuento, cuando después de relatar los acontecimientos sucedidos en la semana anterior al momento del relato, se vuelve al tiempo presente en que se produce al acto de la narración ( “Y Tacha…Está aquí a mi lado”). Ese adverbio señala el momento actual en que el narrador procede a relatar lo sucedido desde la semana pasada, cuando murió la tía Jacinta, hasta ese mismo momento, en que Tacha llora en sus brazos. Posibilidad
2(Más sencillo). El relato se inicia en el presente (Aquí todo va de mal en peor…), para retrotraerse hasta una semana atrás, momento en que fallece la tía Jacinta. Los acontecimientos de los días posteriores a esa muerte se narran de manera lineal, según se suceden lógicamente. Al final, se regresa al tiempo presente con que se había iniciado el relato( Y Tacha llora…Está aquí a mi lado…).Aunque no sabemos exactamente en qué época transcurren los acontecimientos narrados, sin embargo podemos suponer que es a principios del siglo XX, teniendo en cuenta los otros cuentos de El llano en llamas.En cuanto al espacio, sabemos que se trata de un pueblo que ha sido devastado por las intensas lluvias y la crecida del río. La descripción de la crecida y sus nefastas consecuencias es minuciosa, aunque para ello le bastan al autor un par de párrafos.Si leemos el texto con atención, apreciaremos el empleo de un habla popular que se abre paso entre líneas. Observemos, por ejemplo, el uso habitual de frases cortas, con poca abundancia de subordinación, la repetición de palabras y construcciones y el uso de voces y sintagmas propios de la modalidad dialectal de la zona en la que la obra se desarrolla. Algunos de ellos probablemente puedan considerarse americanismos; otros en cambio, seguramente se hayan perdido en el uso del español general: chapaleo, amontonadero, atarantada, nomás, apuración, retobadas, rezongonas, encueradas, tantito, palo de acoteA pesar de lo señalado con anterioridad, y de descubrir un estilo generalmente sobrio en el relato, no podemos dejar de reconocer que el texto posee un elevado valor poético, que se aprecia en el empleo de numerosos recursos expresivos, lo cual es algo habitual en el estilo del realismo mágico americano; se trata de elevar lo cotidiano a la condición de poético aun a sabiendas de que la cruda realidad no desaparece con ello del horizonte narrativo. Un buen ejemplo de la mezcla entre crudeza y lirismo se aprecia en frases como la siguiente:Y tacha llora al sentir que su vaca no volverá porque se la ha matado el río. Está aquí a mi lado, con su vestido color de rosa, mirando el río desde la barranca y sin dejar de llorar. Por su cara corren chorretes de agua sucia como si el río se hubiera metido dentro de ella.El valor y detallismo de las descripciones, baluarte ( nota: no sé qué se quiere decir con esto) en muchos casos del estado de ánimo de los personajes, también aportan carácter literario al relato que estamos comentando. Además, tenemos que reseñar el empleo de diversas figuras retóricas:
– Derivaciones: asoleándose en el solar.-Símiles: se olía, como huele una quemazón.
– Antítesis: las bocas de muchos que se abren y se cierran.
– Polisíndeton: y que tenía una oreja blanca y otra colorada y muy bonitos ojos.
– Personificaciones: No acabo de saber por qué se le ocurriría a la Serpentina pasar el río este, cuando sabía que no era el mismo río que ella conocía de a diario.-Sinestesias: El sabor a podrido que viene de allá salpica la cara mojada de Tacha.