Panorama de la Lírica y el Teatro Español hasta 1939: Modernismo, Vanguardias y Renovación Escénica

Lírica Española (hasta 1939)

El periodo que abarca hasta 1939 se caracteriza por la convivencia de diversas corrientes estéticas. Inicialmente, surge el Modernismo, inspirado en el Parnasianismo (tendencia formalista y partidaria del arte por el arte) y el Simbolismo (intimista, que busca la realidad oculta a través de un nuevo lenguaje). Los temas principales del Modernismo incluyen la soledad, el escapismo, el amor, el erotismo, la innovación y la búsqueda de la perfección formal.

Representantes del Modernismo

  • Modernismo de corte parnasiano: Rubén Darío y Manuel Machado.
  • Modernismo simbolista: Antonio Machado (Campos de Castilla).

Juan Ramón Jiménez se destaca por su constante búsqueda de la belleza en la escritura (Diario de un poeta recién casado, Platero y yo).

La Generación del 27 y las Vanguardias

A partir de la década de 1920, irrumpe la Generación del 27 y las Vanguardias, que exploran diversas corrientes como el futurismo, cubismo, expresionismo, creacionismo y surrealismo.

Autores Destacados de la Generación del 27

  • Vicente Aleixandre (Premio Nobel): La destrucción o el amor, Historias del corazón.
  • Federico García Lorca: Romancero gitano, Poema del cante jondo.
  • Rafael Alberti: Entre el clavel y la espada, Un fantasma recorre Europa, De un momento a otro.
  • Luis Cernuda: La realidad y el deseo, Ocnos.

Teatro Español (hasta 1939)

En el ámbito teatral, se distinguen dos grandes grupos de autores:

  • Teatro triunfante: Aquel que goza del favor del público.
  • Teatro innovador: Propone una renovación de las formas dramáticas.

El Teatro Triunfante

Dentro del teatro triunfante, se pueden identificar varias líneas:

Teatro Continuador del Realismo

Su principal representante es Jacinto Benavente (Premio Nobel), con obras como Los intereses creados y La Malquerida.

Teatro Poético en Verso

Mezcla de Romanticismo y Modernismo, ideológicamente conservador y tradicional, con alusiones a las glorias del Imperio español. Destacan Francisco Villaespesa, Eduardo Marquina y, con matices, los hermanos Machado (La Lola se va a los puertos).

Teatro Cómico

De carácter intranscendente, busca el entretenimiento a través de equívocos, juegos de palabras y regionalismos. Sobresalen los hermanos Álvarez Quintero (El genio alegre, La Puebla de las mujeres), Carlos Arniches (creador de la «tragedia grotesca»: La señorita de Trevélez) y Pedro Muñoz Seca (inventor del «astracán»: La venganza de don Mendo).

El Teatro Innovador

Los autores más representativos son Valle-Inclán y García Lorca. Otros autores que plantearon un teatro distinto son:

  • Unamuno: Teatro de ideas (Fedra, El Otro).
  • Jacinto Grau (El señor de Pigmalión) y Ramón Gómez de la Serna (Los medios seres): Experiencias renovadoras.
  • Pedro Salinas y Rafael Alberti (Generación del 27): Teatro de vanguardia (Noche de guerra en el museo del Prado).
  • Jardiel Poncela y Miguel Mihura: Renovación del teatro humorístico español.

Valle-Inclán

Ramón María del Valle-Inclán es uno de los autores más singulares y geniales de la literatura española. Su trayectoria evoluciona desde el Modernismo (Sonatas) hasta el esperpento, pasando por las Comedias Bárbaras. El esperpento, su creación más original, deforma grotescamente la realidad para ofrecer una visión crítica de la sociedad española (Divinas palabras, Luces de bohemia). Luces de Bohemia narra la última noche de vida del poeta Max Estrella, ofreciendo una crítica social y política de la España de la época.

Federico García Lorca

Federico García Lorca es uno de los dramaturgos españoles más reconocidos a nivel mundial. Su teatro se caracteriza por la depuración del lenguaje poético, la incorporación de elementos vanguardistas y la conexión con el pueblo. La mujer es un personaje central en su obra, representando el ansia de libertad y el conflicto con una sociedad patriarcal. Los temas principales son el amor imposible, el conflicto entre el deseo y la realidad, y la frustración (Bodas de sangre, Yerma, La Casa de Bernarda Alba). También cultivó un teatro innovador de raíz surrealista (El público, Así que pasen cinco años).