El Legado Roto: La Poesía Española Tras la Guerra Civil
El Nuevo Siglo de Oro, inaugurado por la generación del 27, se ve frenado por el estallido de la Guerra Civil. Esto llevó a la mayoría de los poetas de este grupo y de la Generación del 36 al exilio, sumado a las imposiciones del régimen franquista, como la censura y el aislamiento. Este período se caracteriza porque la creación literaria aparece sometida a los dictámenes del régimen.
La Poesía en la Década de 1940: Arraigo y Desarraigo
La poesía de los años 40 se refleja en una expresión limitada por la falta de libertad y en una sociedad cercada por la miseria y el hambre. Surgen dos posturas principales, definidas por Dámaso Alonso como Poesía Arraigada y Poesía Desarraigada:
Poesía Arraigada
Encierra una visión del mundo idealizada, como algo perfecto y bello. Se cultiva el soneto y los temas principales son la religión, la exaltación patriótica y el amor entendido de manera renacentista. En torno a la revista Garcilaso, se aglutinan los poetas más importantes: Luis Rosales, Leopoldo Panero y Dionisio Ridruejo.
Poesía Desarraigada
Pretende reflejar la desesperación en el presente y el futuro. Surge como reacción a la poesía arraigada y a su concepción del mundo, mostrando una visión caótica. Describe la realidad sin adornos, incluso con crudeza. Encuentra su cauce de expresión en la revista Espadaña, que comienza a publicarse en 1944, año en que se publica Hijos de la ira, de Dámaso Alonso. Se trata de una autobiografía espiritual, en la que el poeta parte de hechos concretos que se unen a la protesta contra la soledad, el odio, la injusticia, y donde se solidariza con los problemas de los seres humanos. Es un libro innovador por el léxico, que se acerca al lenguaje coloquial, rechazando el formalismo de los garcilasistas. Otros autores destacados son Luis Felipe Vivanco, Eugenio de Nora y Carlos Bousoño.
La Década de 1950: Compromiso Social y Realismo
La literatura existencialista desemboca en la literatura social realista. En esta década, la poesía de la Generación de los 50 se adentra en un compromiso que pretende una reforma social. Dirigida a la inmensa mayoría, la poesía es, como señala Celaya, “un arma cargada de futuro”. Esto lleva a los poetas a expresar sus mensajes con un lenguaje transparente, que llega incluso a un prosaísmo extremo, y con un empleo sistemático del tono coloquial. Los temas principales son España, la injusticia y la soledad del hombre.
Los poetas más destacados son:
- Gabriel Celaya, con tres etapas: la mágica, con obras de corte surrealista y existencial; la etapa social, con obras como Cantos íberos; y la órfica, donde el hombre aparece en íntima fusión con el cosmos.
- Blas de Otero, quien escribe poesía existencialista y estremecedora, centrada en la búsqueda angustiosa de Dios, del amor y del sentido de la existencia humana (Ancia), poesía social (Pido la paz y la palabra) y experimental (Hojas de Madrid).
- José Hierro, que se inicia en la poesía existencialista y más tarde se integrará en la poesía social (Con las piedras, con el viento).
Adscrito a esta generación por edad, se encuentra el poeta Antonio Gamoneda, que destaca con obras como La descripción de la mentira.
La Generación de los 60: Retorno a la Intimidad
En la Generación de los 60 hay una vuelta a los sentimientos más humanos. Estos poetas, que fueron niños durante la Guerra Civil, proceden de un entorno burgués, pero buscan el compromiso político. Hay una consciente voluntad de estilo, una preocupación formal y una vuelta a los temas tradicionales de la poesía (amor, dolor, muerte) y a otros más personales (amistad, familia), lo que los aparta de la poesía social. Los más representativos son:
- Ángel González (Tratado de urbanismo)
- José Ángel Valente (La memoria y los signos)
- Claudio Rodríguez (Don de la ebriedad)
- Gil de Biedma (Las personas del verbo)
Los Novísimos y la Década de 1970: Ruptura y Esteticismo
La publicación en 1970 de Nueve novísimos poetas españoles refleja la aparición de un nuevo grupo poético con una nueva orientación hacia el esteticismo y con puntos de contacto con el Modern Style. Los Novísimos son presentados como un movimiento de ruptura vanguardista, portador de un nuevo lenguaje que llega al experimentalismo formal y a la escritura automática. La estética hace hincapié en el artificio, es antirrealista y antirromántica, aunque se agota pronto. En los contenidos, tienen como punto de partida el cine, el arte, la literatura, el cómic o la música. Pere Gimferrer (Arde el mar) y Luis Antonio de Villena (Sublime solárium) destacan entre otros.
La Poesía desde 1980: Diversidad de Tendencias
En la década de los 80, los poetas se adscriben a diversas tendencias debido a la convivencia de distintas generaciones. Sobresalen la poesía esteticista de Ana Rosetti, la poesía del silencio de Andrés Sánchez Robayna, la poesía neosurrealista de Blanca Andreu y, sobre todo, la poesía de la experiencia, donde la poesía se presenta como reflexión de la vida. Luis García Montero (Completamente viernes) y Luis Alberto de Cuenca (Y no amanece el cantor) destacan en esta época.
A finales de los 80, aparecen nuevos poetas que buscan la verosimilitud, la sinceridad y la claridad, como Álvaro Tato o Rafael José Díaz, entre otros.
Conclusión: Un Camino de Búsqueda y Renovación
Desde 1940 hasta la actualidad ha habido un proceso de búsqueda de la expresión poética, truncado por la Guerra Civil. Hasta la década de los 60, la poesía española no encontró nuevos cauces poéticos. Actualmente, la crítica coincide en señalar el buen estado de salud de la poesía española en estos años.