La Lírica Barroca: Corrientes y Autores
La poesía lírica del Barroco continúa las tendencias del Renacimiento, añadiendo una intensa renovación formal y una amplia variedad de tonos, desde el canallesco hasta el político, metafísico o profundamente religioso.
El Barroco es uno de los mejores momentos de la poesía castellana, en gran parte gracias a las aportaciones de Lope de Vega, Góngora y Quevedo, a las disputas entre ellos y al escándalo que produjeron las obras culteranas. Además, el hecho de que el teatro de la época fuese en verso, dio a la poesía una popularidad inusitada.
Poesía en Metros Castellanos
Los poetas del Barroco cultivaban su poesía en versos castellanos, sobre todo el octosílabo. Sus principales vertientes son la popular y la culta.
Poesía Popular
La revalorización de la cultura y el saber popular continúan en el siglo XVII. Un ejemplo de ello es el cultivo de romances que imitan la estética de los romances viejos del siglo XV. El conjunto de romances escritos y de autor conocido se conoce como Romancero Nuevo. Además, se añaden otros temas, como los que aluden a la vida de malhechores y rufianes, que se llaman jácaras.
Por otro lado, el cancionero tradicional sigue siendo muy querido por el público. Da al teatro temas y argumentos. Los autores cultos recogen los estribillos tradicionales, los glosan y regularizan sus métricas, así componen seguidillas, letrillas y villancicos de temas muy variados.
Poesía Culta
La poesía culta en metros castellanos sigue cultivándose, sobre todo en estrofas como redondilla, quintilla o décimas, y se usan en la poesía de tipo ingenioso y epigramático.
Poesía Italianista
Es la corriente que tuvo más importancia en la lírica barroca. Se vale de las estrofas construidas en verso endecasílabo y heptasílabo, principalmente sonetos.
Poesía Satírica y Burlesca
Esta vertiente burlesca satiriza tipos, personajes, vicios, costumbres, mitos y tópicos literarios. También fue vehículo de disputas literarias entre conceptistas y culteranistas.
Poesía Amorosa de Carácter Petrarquista
Esta vertiente canta la belleza y el amor de una dama idealizada a través de un lenguaje brillante pero equilibrado, salpicado por antítesis y metáforas. Utiliza tópicos como descriptio puellae, collige, virgo, rosas o carpe diem.
Aunque este tipo de poesía resultaba ya un poco repetitivo, Góngora, Quevedo y Lope de Vega consiguieron darle un nuevo impulso mediante nuevos procedimientos: Lope inoculando a los versos su propia pasión personal y poetizando su vida y sentimientos; Góngora, mediante la reelaboración intelectual de los tópicos; Quevedo, al unir este tipo de amor al paso del tiempo o la presencia constante de la muerte, lo que da lugar al tópico de la ceniza enamorada o el amor constante más allá de la muerte.
Poesía Moral
Es una poesía cargada de contenido filosófico del estoicismo y el epicureísmo, para manifestar el desengaño barroco. Trata el tema del paso del tiempo, de la brevedad de la vida y la presencia constante de la muerte. Los tópicos más usados son, entre otros, carpe diem, cotidie morimur, tempus fugit, vita brevis.
Poesía Religiosa
Es muy abundante en la época y es el fruto del ambiente en nuestro país después de la Contrarreforma. En esta poesía prevalecen sentimientos de devoción de la figura de Cristo y también temas como el arrepentimiento de los pecados.
Poesía Culterana
Esta poesía añade a los recursos conceptistas una serie de recursos formales que la hacen muy difícil de interpretar sin conocimientos. Tenía un carácter elitista y fue popular en la época por el escándalo de su publicación.
La Poesía de Lope de Vega
Lope de Vega, además del creador de nuestro teatro nacional, también era un gran poeta. Una de sus grandes habilidades como poeta era la capacidad de convertir en poesía todo cuanto le ocurría, de ahí el carácter vitalista y apasionado de sus poemas.
En la poesía de Lope de Vega caben todas las corrientes de su época, así como todos los temas.
En cuanto a su estilo, Lope es el más renacentista de los barrocos, ya que su lenguaje es claro, directo y apasionado, aunque al final de su vida podemos notar la influencia del estilo gongorino.
Lírica Popular
La lírica popular de Lope se encuentra en sus obras dramáticas y novelas, o recogidas en antologías. Los romances, moriscos y pastoriles principalmente, le suelen servir para reflejar sus amores. Sus cancioncillas tradicionales se dedican tanto a temas profanos como religiosos.
Lírica Culta
En este grupo, Lope cultiva la poesía petrarquista, la religiosa e incluso la didáctica.
El hecho de que Lope publicase su poesía culta demuestra el interés porque perdurase. De esta obra destacamos las Rimas, con sus mejores sonetos amorosos; las Rimas Sacras y las Rimas Humanas y Divinas del Licenciado Tomé de Burguillos.
La Poesía de Luis de Góngora
Al contrario de Lope, Góngora siempre mantenía la distancia entre su vida y sus obras. Góngora rompe muy temprano con la herencia petrarquista para crear una lengua propia para la poesía, lo que dará lugar al culteranismo. Por ello, se han distinguido dos etapas en su producción poética:
Obras Menores
En las obras menores hallamos lírica descendente, romances y sus parodias, y sonetos de temas diversos.
La lírica descendente es aquella que afea la realidad. Es propia del escepticismo y del desengaño del Barroco y está presente en distintas composiciones burlescas como letrillas. Góngora cultivó de forma simultánea los romances y sus parodias de temas moriscos, novelescos y líricos. En cuanto a los sonetos, son formalmente perfectos, pero no son expresión de sentimientos íntimos.
Obras Mayores: Fábula de Polifemo y Galatea y Soledades
Fábula de Polifemo y Galatea
Escrita en 63 octavas reales, se publicó en 1613 y supuso la consagración del culteranismo por el contraste entre los ideales renacentistas y barrocos. Para narrar un tema mitológico, Góngora se vale de una gran cantidad de recursos léxicos.
Soledades
Son poemas inconclusos en silvas, compuestos por cuatro cantos relativos a las cuatro edades del hombre, de los que solo escribió dos: la “Soledad Primera”, en 1091 versos, y la “Soledad Segunda” (incompleta), con 975 versos.
El hilo argumental de los poemas es casi inexistente: un joven naufraga en una isla y es hospedado por unos pastores, en el primer canto, y por un anciano y sus hijas, en el segundo. Lo realmente importante son los elementos líricos, a través de los cuales se nos expresa una naturaleza rica y múltiple, un universo nuevo, plagado de referentes mitológicos que rompen con la visión tradicional del mundo pastoril. Los cultismos, la complejidad sintáctica, sus metáforas, su colorismo y musicalidad hacen de este poema la culminación del arte gongorino.
La Poesía de Francisco de Quevedo
La obra lírica de Quevedo es un claro exponente de la estética barroca, ya que encontramos muchos contrastes: desde la exaltación hasta la degradación, desde la misoginia al amor más fuerte, del lenguaje más elevado y brillante al más soez y barriobajero.
Su poesía, que circuló por distintos sitios, no se publicó hasta después de su muerte y puede clasificarse en tres grandes grupos: poemas metafísicos, morales y religiosos; poemas de tema amoroso; y poemas satíricos y burlescos.
Poemas Metafísicos, Morales y Religiosos
En este grupo de poemas es fundamental el tema existencial, propio del estoicismo cristiano, donde los principales temas son el sentido de la existencia, la llegada inexorable de la muerte y el paso del tiempo, aunque a veces se mezclan con otros temas como el amor o la religión. En este grupo se tratan los siguientes tópicos: cotidie morimur, tempus fugit y vanitas vanitatis.
Otro motivo recurrente es el desengaño, del que desemboca el pesimismo tras descubrir lo que en el mundo hay de apariencia y de vana ambición.
En los poemas religiosos destaca su arrepentimiento y su admiración por la figura de Cristo.
Poemas Amorosos
Quevedo, aun siendo un autor profundamente misógino, reproduce los tópicos amatorios cortesanos, aunque les da una nueva expresividad.
Dentro de este grupo podemos distinguir:
- Los poemas en los que define el amor están basados en antítesis y paradojas.
- Los poemas galantes, en los que canta la gracia de una bella mujer con un lenguaje petrarquista y juegos de palabras propios del conceptismo, donde prevalece el ingenio sobre el sentimiento.
- Los “Poemas a Lisi” son el último gran cancionero del petrarquismo, unen el tema del dolor y la muerte con la experiencia amorosa, dando lugar a motivos más originales como el del “amor más allá de la muerte” y el de “la ceniza enamorada”.
Poemas Satíricos y Burlescos
En este grupo, Quevedo aborda, por medio de moldes estróficos diversos, la sátira a ciertos grupos y comportamientos sociales, en los que muestra su crítica al género humano en general. Junto a estos odios, exalta formas de vida antiheroica o inmoral, como sucede en las jácaras, romance en el que canta con lenguaje obsceno y soez las hazañas de un rufián. Otros simplemente buscan causar risa y admiración por sus juegos de ingenio. Destacamos también dos críticas en Quevedo: la mitología y los estilos literarios de la época, especialmente el culteranismo personificado en Góngora.