Realidad y poesía en La Casa de Bernarda Alba

Realidad y poesía

Se sabe que García Lorca tomó para esta obra ciertos datos de la realidad de su propio vecindario: nombres de personajes, ambientación…; pero está claro que sometió estos elementos a una fuerte elaboración poética y simbólica. Todo está visto desde una dimensión poética. Estructura la obra en dos planos: uno real, representado y otro imaginado, no visible y simbólico; abundancia de antítesis… Pero lo más importante es haber integrado su lenguaje poético, con abundantes figuras literarias, en el habla de los personajes de forma que parezca espontáneo y natural; encontramos sorprendentes metáforas mezcladas con expresiones coloquiales y frases hechas. Los rasgos realistas abundan en el primer acto y van disminuyendo hasta querer reducirse al máximo en el tercer acto. El primer acto se inicia con Poncia comiendo pan y chorizo y la criada limpiando, acciones totalmente cotidianas y realistas como el doblar de las campanas. En el segundo acto vemos a las mujeres cosiendo, el calor y, por último, los episodios del retrato y la hija de la Librada, que ya tienen una fuerte carga simbólica. El tercero se inicia con las mujeres cenando; también son realistas los golpes del caballo en el corral o los ladridos de los perros y la paja en las enaguas de Adela al entrar desde el corral. Pero también se introducen elementos mágicos: la noche estrellada, la persecución en la semioscuridad entre Adela, Martirio y María Josefa, la imagen de la anciana con la oveja en brazos… Es decir, la obra pierde realismo y aumenta su dimensión poética. También aparecen el verso en cuatro ocasiones: En la letanía. En la canción de los segadores. En un cicho popular con forma estrofica. En la canción de cuna que canta María Josefa a la oveja.

Temas principales y secundarios

El tema fundamental de esta obra es el conflicto entre dos actitudes vitales y dos ideologías: la moral rígida, convencional y autoritaria que representa Bernarda y el afán de libertad en todos los aspectos, incluido el sexual, que defienden Adela y María Josefa. Bernarda intenta imponer su moral de opresión y Adela y María Josefa se rebelarán, cada una a su modo. El resto de las hijas no reaccionan resignándose a su muerte y las criadas, no se atreven a enfrentarse con ella. Al final sale triunfante Bernarda del enfrentamiento porque Adela termina suicidándose. Junto a este tema principal aparecen otros secundarios, pueden resumirse en: A.- El amor y el deseo del varón. Bernarda ha bloqueado toda la posibilidad de que sus hijas entablen una relación amorosa. Por eso Pepe el Romano es una bomba de relojería en ese mundo cerrado de mujeres solas. La obra está llena de referencias y relatos relacionados con el amor y el deseo, que ocurren fuera de escena y de vivencias directas de los personajes. Entre las primeras destacan los episodios de Paca la Roseta, los segadores y el linchamiento de la hija de la Librada. Entre las segundas sobresale todo lo referente a la pasión amorosa de Adela, el amor oculto, pero no menos intenso de Martirio, que llevará al enfrentamiento de ambas y la actitud de Angustias, ilusionada e inquieta por su boda. B.- La posición de la mujer. García Lorca presenta dos modelos de comportamiento posibles para la mujer de la época pero en los dos, resulta sometida a un papel marginal: En primer modelo es el de las mujeres que viven en una situación de aparente libertad, como Paca, la hija de la Librada y la prostituta que contratan los segadores. Estas mujeres sufren el rechazo social. El segundo modelo es el de las mujeres “decentes”, que se casan y están sometidas en todo al varón, según unos papeles rígidamente establecidos por una doble moral. También es patente la desigualdad ante la ley en el caso de mantener relaciones extramatrimoniales. Dentro de la casa, la sumisión de la mujer es indudable. Adela a lo largo de la obra se va identificando con el primer grupo. C.- La Honra. Está ligada al comportamiento sexual y a las apariencias. Bernarda está obsesionada con este tema y exige a sus hijas una imagen social intachable. A causa de este concepto de honra se produce el linchamiento de la hija de la Librada. D.- La hipocresía. Es un tema muy presente en la obra; aparece de forma simbólica en el afán por la limpieza de la casa que tiene Bernarda y se manifiesta claramente en el duelo, cuando tanto Bernarda como las vecinas murmuran unas de otras. Las hijas por su parte se quejan de vivir condicionadas por la opinión de la gente. E.- El odio y la envidia. Son los sentimientos que predominan dentro de la casa, a causa de la continua frustración en la que se encuentran los personajes. Las criadas odian a Bernarda; las hijas envidian y odian a Angustias por su boda y su dinero y ella también las odia. Los celos y la envidia de Martirio a Adela la llevan a acusarla y a provocar su muerte. Bernarda por su comportamiento de principio a fin, resulta un personaje odioso. F.- La injusticia social. Especialmente en el primer acto se pueden observar las tensiones de la sociedad de la época a causa de las desigualdades. Incluso entre las hijas de Bernarda hay desigualdad económica y es la causa de que Pepe elija precisamente a Angustias para casarse.