Contexto Histórico y Teatral de la Posguerra Española (1939-1975)

España, entre 1939 y 1975, vivió bajo la dictadura de Franco, un período marcado por la represión política y el aislamiento internacional. A partir de los años cincuenta, se inició una apertura y mejora económica, pero el régimen continuó siendo inmovilista. En los años sesenta, España participó en la expansión capitalista mundial a través del desarrollo industrial y de las comunicaciones. Después de 1975, tras la transición política, se restauró la monarquía, se estableció la democracia y el país se integró en los organismos internacionales.

El Teatro del Exilio

• Rafael Alberti: Con Noche de guerra en el Museo del Prado (1956), presenta un teatro político donde personajes de los cuadros de Goya cobran vida para luchar contra Napoleón.
• José Ricardo Morales: La vida imposible, cercana al teatro del absurdo; Los culpables, sobre la opresión del hombre por fuerzas superiores; y Teatro en libertad, sobre las dictaduras.

El Teatro en los Años Cuarenta: Censura y Evasión

La situación teatral en los años cuarenta está condicionada por el asesinato de Lorca, la muerte de Valle-Inclán y Unamuno, y el exilio de figuras como Alberti, Max Aub o Alejandro Casona. La censura ejercía un control determinante, afectando tanto a la publicación como a la representación de las obras. Esto imposibilitó un teatro que reflejara críticamente la realidad del país. El teatro de este periodo se presenta, principalmente, como una forma de evasión.

• Comedia Burguesa: Continuación del modelo de Benavente. Teatro amable, convencional e ideológicamente conservador, sin mención de la guerra ni de las circunstancias sociales. Temas recurrentes: búsqueda de la felicidad, infidelidad, celos y buenos sentimientos.
• Comedia del Disparate: Humor absurdo de raíz vanguardista.
  • Enrique Jardiel Poncela: Sucesos inverosímiles, ruptura con el humor tradicional y la lógica. Obras destacadas: Un marido de ida y vuelta (1939) y Eloísa está debajo de un almendro (1940).
  • Miguel Mihura: Tres sombreros de copa (escrita en 1932, representada en 1952). Humor cercano al absurdo, juegos de lenguaje y situaciones disparatadas. Burla de los hábitos burgueses.

Años Cincuenta: Teatro Realista de Protesta y Denuncia

En los años cincuenta surge un teatro comprometido con la realidad social y política. Se caracteriza por la tristeza general de la vida española y el recuerdo de la Guerra Civil. Los personajes suelen ser víctimas. Los autores se inspiran en el Realismo naturalista, el Expresionismo vanguardista, el esperpento de Valle-Inclán, la tragedia grotesca y el teatro popular de Lorca o Alberti. Muchas obras no se representaron, dando lugar al llamado “teatro soterrado”.

• El Posibilismo (Antonio Buero Vallejo): Dramas con interpretación simbólica que, dentro de los márgenes de la censura, pretenden inquietar al espectador. La crítica se atenúa o se muestra mediante alusiones.
• El Imposibilismo (Alfonso Sastre): Teatro que se expresa con libertad, a pesar de la censura. Denuncia la injusticia social y la situación política.

Autores y Obras Clave del Teatro de Protesta

• Antonio Buero Vallejo: Crítica social y compromiso con temas como la libertad, la justicia, la verdad y la hipocresía. Busca la catarsis del espectador. Obras: En la ardiente oscuridad (ceguera como símbolo de la condición humana), Un soñador para un pueblo (1958, sobre Esquilache), Las Meninas (1960, sobre Velázquez), El sueño de la razón (1970, sobre Goya).
• Alfonso Sastre: Evoluciona desde obras surrealistas y existenciales (Uranio 235, Cargamento de sueños) hacia un teatro de agitación social. Obras censuradas: La mordaza (1954), La sangre y la ceniza (1965). En los sesenta, Asalto nocturno y La cornada acentúan la preocupación social. Influencia de Brecht.
• Lauro Olmo: La camisa (1962), drama proletario que denuncia la marginalidad. San Gil (1961), sobre la hipocresía y la barbarie de la España profunda.
• José María Rodríguez Méndez: Parte del sainete y del esperpento. Obras: El círculo de tiza de Cartagena, Bodas que fueron famosas del Pingajo y la Fandanga (1966).