Teatro Español: Innovación y Tendencias desde el Siglo XIX al XX

El Teatro Español a Finales del Siglo XIX y Principios del Siglo XX

En España, el teatro innovador tardó en aparecer y no fue bien comprendido, ya fuera el de Valle-Inclán o el de García Lorca.

Benito Pérez Galdós presentó un tono diferente en sus dramas realistas, muchos de ellos adaptaciones de sus novelas.

Joaquín Dicenta destacó con el drama social Juan José.

Jacinto Benavente (1866-1954) fue el gran dramaturgo de la burguesía. Adaptó su teatro a los gustos del público burgués con cierto tono crítico. Escribió unas 150 obras. Su obra más famosa es Los intereses creados.

El Teatro Poético

De inspiración neorromántica o modernista, idealiza el pasado recreando con nostalgia el mundo medieval o las grandezas del Imperio en el Siglo de Oro. Autores destacados incluyen a:

  • Francisco Villaespesa: Doña María de Padilla (1913)
  • Eduardo Marquina: Las hijas del Cid (1908)
  • Manuel y Antonio Machado: La Lola se va a los puertos

El Teatro Cómico Costumbrista

Deriva del «género chico», comedia musical en que los tipos y ambientes castizos son el pretexto para la diversión y el entretenimiento.

La Regeneración Dramática del 98

Acción dramática que insiste en las ideas y los conflictos interiores en un ambiente de fantasía.

Miguel de Unamuno: crea un teatro ideológico en que los personajes y la acción dramática están al servicio de la exposición de las ideas del autor. Son obras esquemáticas, como La esfinge y La venda.

Azorín: ensaya un teatro experimental impregnado de toques surrealistas, del que está ausente el casticismo provinciano. Prefiere un teatro estático, en el que la fuerza de la palabra cree un ambiente de fantasía e irrealidad. Sus temas son el tiempo, la felicidad y la muerte.

El Teatro de Humor Renovador

En los años 30, los intentos más renovadores se producen en el teatro de humor, que continuará escribiéndose después de la guerra civil. Lo dotan de un carácter intelectual a base de situaciones absurdas:

Enrique Jardiel Poncela: teatro inverosímil, con situaciones absurdas y fantásticas, como en Usted tiene ojos de mujer fatal.

Miguel Mihura: con Tres sombreros de copa se anticipa a los hallazgos del Teatro del Absurdo. Pone en práctica una concepción irracional del humor, basado en asociaciones disparatadas y en comportamientos ilógicos. Más tarde intentará adaptarse a los gustos del público, alternando el humor y la sátira.

Teatro del Pueblo y La Barraca

El teatro fue llevado a los más apartados rincones de España, incluyendo un grupo de «teatro ambulante».

La Renovación Lorquiana

Federico García Lorca (1898-1936) renueva la tradición del teatro poético al someterla a su peculiar sensibilidad y a las novedades del teatro experimental. Mezcla el lenguaje popular con imágenes de inspiración surrealista. Sus protagonistas viven dramáticamente el conflicto entre sus deseos de liberación y una sociedad represiva que coarta su realización personal. Los temas giran en torno al amor o al deseo sexual, que desembocan en la frustración o la muerte de sus heroínas.

Años 40: El Teatro de Posguerra

Comedia Burguesa

De tono elegante y temas costumbristas, con problemas individuales o familiares alejados del triste entorno social en la que se estrena. Sigue el modelo de la «alta comedia» de Jacinto Benavente.

Teatro de la Palabra

Continuación del teatro poético de Lorca. Lo inicia Antonio Gala.

Teatro Inconformista

Dentro de una corriente existencialista va a iniciarse un teatro que desembocará en un teatro social, con Historia de una escalera (1949), de Antonio Buero Vallejo. Continuará en la segunda mitad del siglo XX.

Teatro del Exilio

  • Rafael Alberti: El adefesio (1944)
  • León Felipe: El juglarón
  • Max Aub: agrupó sus obras cortas de posguerra en muy pocos títulos.

Ramón María del Valle-Inclán

Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936) asimila las nuevas corrientes estéticas del Modernismo y toma contacto con los escritores del 98. Ocupó una cátedra de estética que pronto abandonó.

Valle-Inclán es una personalidad compleja con una mentalidad radical e inconformista. También hay mucho de liturgia estética en sus ideas políticas: radicalmente antiburgués.

El teatro de Valle-Inclán es una muestra acabada de las distintas etapas de su evolución literaria, fruto de la búsqueda y la experimentación que le lleva de la estética decadente del Modernismo al expresionismo radical e iconoclasta de los esperpentos. Hace un teatro innovador.

Etapas de Valle-Inclán

  • Modernista: hasta 1920, en sus obras ya se advierte un deseo de innovación del lenguaje dramático, como en El marqués de Bradomín.
  • Farsas: el mundo de las princesas, las hadas y el bestiario modernista se estilizan y se deforman para adoptar ribetes grotescos.
  • Dramas de la Galicia rural: mitifica una sociedad supersticiosa, violenta y cruel, desgarrada por oscuras pasiones que componen un cuadro grotesco e infrahumano, como en Comedias bárbaras y Águila de blasón.
  • El esperpento: a partir de 1920, aborda la etapa más original de su teatro, abandonando la estética realista para dar una visión irracional y deshumanizada de la sociedad. Mediante la técnica del esperpento, la realidad se deforma y se descoyunta, los personajes se deshumanizan y se convierten en simples caricaturas de sí mismos. El lenguaje arrabalero y soez traiciona los temas más nobles y las personas se animalizan o se cosifican. Un ejemplo es Luces de bohemia (1920).