Tendencias, Autores y Obras Clave del Teatro Español Anterior a 1939

A comienzos del siglo XX, la afición al teatro en España era considerable. El teatro de consumo se dirigía a un público popular, con el “género chico” dominando la escena, aunque diversificándose en parodias, operetas, revistas y espectáculos eróticos, como La corte del Faraón. Estas representaciones se caracterizaban por números cortos y argumentos ligeros o inexistentes.

La Comedia Burguesa y el Modernismo

En el ámbito literario, surge la comedia burguesa, con características similares al género chico. Paralelamente, aparecen nuevas tendencias y autores afines al Modernismo, como Jacinto Benavente. Inicialmente vinculado al simbolismo, Benavente evolucionó hacia un conservadurismo estético e ideológico. Su crítica a la hipocresía burguesa, aunque presente, se mantuvo dentro de los límites de lo aceptable. En 1922, recibió el Premio Nobel. Entre sus obras destacan Los intereses creados, Señora ama y La malquerida, ejemplos del “drama rural”, ambientado en un entorno campesino marcado por la fatalidad y los atavismos.

El Modernismo teatral, representado por autores como Valle-Inclán y Gregorio Martínez Sierra, buscaba un teatro más fantástico y libre, conectado con el simbolismo y el teatro de Shakespeare, superando las limitaciones del realismo.

El Teatro Poético y la Renovación

El Modernismo se estereotipa en el teatro poético, que busca fusionar el drama con la poesía lírica. Con el tiempo, triunfa un teatro histórico en verso, centrado en temas nacionales y con un lenguaje sonoro y retórico. Destacan Eduardo Marquina (En Flandes se ha puesto el sol), Francisco Villaespesa (La leona de Castilla) y los hermanos Machado (La Lola se va a los puertos).

A principios del siglo XX, se intensifica la búsqueda de una renovación teatral. El “Teatro del Arte”, con figuras como Galdós, Benavente, Valle-Inclán, Jacinto Grau y Ramón Gómez de la Serna, representó un puente entre el Modernismo y las Vanguardias.

Intentos de Renovación y Vanguardias

Continúan los intentos de renovación, aunque con poco éxito, como el teatro de Unamuno y Azorín. Jacinto Grau, con obras como El señor de Pigmalión (1921), tuvo más reconocimiento en el extranjero. Ramón Gómez de la Serna escribió piezas vanguardistas, como Los medio seres (1929), que se alejaban de los escenarios convencionales.

Carlos Arniches, conocido por sus sainetes madrileños (El santo de la Isidra), evolucionó hacia la “tragedia grotesca” (La señorita de Trévelez), donde la comicidad surge de las situaciones dramáticas. Otros dramaturgos cómicos son los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, con su representación superficial de Andalucía, y Pedro Muñoz Seca, creador del “astracán” (La venganza de don Mendo).

Las Misiones Pedagógicas y la Generación del 27

En 1931, se crean las Misiones Pedagógicas, con grupos de universitarios que promovían la alfabetización y el teatro en los pueblos. Destaca el Teatro ambulante o Teatro del Pueblo, dirigido por Alejandro Casona (La sirena varada). Otros grupos teatrales universitarios fueron La Barraca, impulsada por García Lorca y Eduardo Ugarte, y El Búho, dirigido por Max Aub (San Juan). Estas iniciativas se enmarcan en la tendencia vanguardista de la época.

Otros escritores de la Generación del 27 también exploraron el teatro, como Pedro Salinas, Rafael Alberti (Noche de guerra en el Museo del Prado) y Miguel Hernández (El labrador de más aire).

Valle-Inclán y García Lorca: Figuras Clave

Los dramaturgos más importantes anteriores a la Guerra Civil son Ramón María del Valle-Inclán y Federico García Lorca.

Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936)

Su obra se divide en cuatro etapas:

  • Decadentista (hasta 1906): Influencia simbolista (El yermo de las almas).
  • Primitivismo (1907-1909): Violencia, crueldad, mundo rural (Romance de lobos).
  • Farsas (1910-1920): Experimentación dramática, mundo artificioso (Farsa infantil de la cabeza del dragón, Voces de Gesta).
  • Esperpentos (a partir de 1920): Mezcla de lo cómico y lo trágico, deformación de la realidad, sátira (Divinas palabras, Luces de bohemia).

Luces de bohemia es la obra clave del esperpento, una técnica expresiva que utiliza la caricatura, la deformación sistemática, la farsa y la sátira para ofrecer una visión crítica de España. Los personajes son presentados como títeres, a menudo animalizados o cosificados. Valle-Inclán se inspira en la tradición literaria (teatro de títeres, parodias, elementos populares) y en técnicas cinematográficas. Su objetivo es mostrar el absurdo de la realidad desde una perspectiva superior, utilizando la parodia grotesca, el contraste, el humor amargo, la hipérbole y la ironía. Las acotaciones son extensas, reflejando el aspecto novelesco de los esperpentos. El lenguaje combina lo culto y lo popular.

Tras Luces de bohemia, Valle-Inclán continuó escribiendo esperpentos, como Los cuernos de don Friolera. Su obra lo consagra como una figura clave del teatro universal contemporáneo.

Federico García Lorca (1898-1936)

Lorca, una figura vitalista y carismática, buscó renovar el teatro español. Su obra inicial, El maleficio de la mariposa, sigue las pautas del teatro simbolista. Experimentó con el teatro de marionetas (Los títeres de Cachiporra) y las farsas para personas (La zapatera prodigiosa), donde los personajes se comportan como muñecos.

En los años treinta, Lorca exploró dos caminos: el teatro vanguardista, cercano al surrealismo (El público), y el teatro más representable, como Bodas de sangre (1933), Yerma (1934) y La casa de Bernarda Alba (1936). Estas obras comparten el protagonismo femenino y la marginación social de la mujer. Lorca utiliza elementos del drama rural, pero innova con un diseño diferente de los personajes y un desdibujamiento del espacio y el tiempo. La casa de Bernarda Alba, desprovista de retórica, presenta elementos simbólicos (agua, calor, blanco y negro) que conducen a temas recurrentes en Lorca: libertad frente a autoridad, pulsiones eróticas, frustración vital, condición de la mujer y crítica social. La obra es, principalmente, una reflexión sobre el poder en la vida privada.