Transformaciones Sociales y Culturales en el Siglo XV: Un Viaje a Través de la Historia

HISTORIA Y SOCIEDAD DEL SIGLO XV

A) ECONOMÍA Y ORGANIZACIÓN SOCIAL

– Se produce la disgregación del mundo medieval:

  • Políticamente: concentración del poder en manos del rey que apoya a los burgueses y se aproxima el absolutismo.
  • Económicamente: aumento de las actividades mercantiles, que rompen las barreras de gremios y ciudades.
  • Socialmente: crisis de las relaciones sociales estamentales. El desarrollo comercial y económico provoca un crecimiento de la burguesía y la difusión de una nueva mentalidad y sus valores:
    • Independencia de los seres humanos.
    • Importancia del provecho económico.
    • Interés por el avance científico y técnico.
    • Ansia de conocimiento.

– En la península, los Reyes Católicos comienzan a poner los pilares del Estado moderno:

  • Refuerzan el poder de la Monarquía, sometiendo a la nobleza.
  • Establecen el Tribunal de la Inquisición.
  • Conversión de judíos y moriscos: concepto de limpieza de sangre.
  • 1492:
    • Conquista del reino nazarí de Granada.
    • Colón descubre América.
    • Nebrija publica la primera gramática castellana.

LAS IDEAS Y LA CULTURA EN EL SIGLO XV

– Invención de la imprenta

Gutenberg, en 1440, ideó la imprenta de tipos móviles. Esta se extendió con rapidez por toda Europa.

– La difusión del papel

Originario de China, llegó a Europa por el norte de África, Sicilia y la península Ibérica, a medida que las tierras eran conquistadas por los árabes. El papel poco a poco se impuso al pergamino.

– La imprenta y el papel

Supusieron el abaratamiento de los libros y la difusión en numerosos ejemplares, con lo cual aumentó el número de lectores.

– Aumento del número de lectores

La lectura se convirtió en una actividad individual.

– La literatura oral y la lectura en voz alta

Convivirán con la lectura en soledad.

– Humanismo

Movimiento cultural procedente de Italia con ideas antropocéntricas. Se revaloriza el cultivo de las letras y de las bellas artes, y se escribe tanto en latín como en las diversas lenguas vernáculas. Se produce una secularización de la lectura, de modo que se limita el monopolio cultural de la Iglesia.

B) TRANSFORMACIONES HISTÓRICAS DE LOS GÉNEROS LITERARIOS: LÍRICA TRADICIONAL

Los primeros testimonios en castellano de la lírica tradicional son de fines del S. XV. En este cancionero popular y tradicional, la forma más difundida es la del villancico, en la que se manifiestan emociones e ideas de modo estilizado y expresivo. Sería la manifestación de las capas inferiores de una sociedad rural y tradicional, que muestra una concepción de la realidad bien distinta de la de clases dominantes. Esta lírica popular es solo sencilla en apariencia. Destaca en ella su carácter esencialmente simbólico (el mar, los ríos, las fuentes, los lagos, los árboles, las plantas, las flores, los frutos, los montes, las sierras, los valles, los ciervos, las aves, el viento, el sol, la primavera, el alba…) apuntan a un concepto vitalista del mundo que invita al disfrute amoroso. Constan de un estrillo de dos o tres versos que se repiten en todas las estrofas, y de varias glosas o mudanzas en las que se desarrolla el contenido del estribillo. El villancico emplea versos de arte menor, rima asonante y numerosos paralelismos y repeticiones.

EL ROMANCERO

Los romances son composiciones de carácter épico-lírico que pertenecen a la literatura popular. En el siglo X, el gusto por lo tradicional que surge en las cortes reales hace que se recopilen e imiten obras transmitidas hasta entonces de forma oral; es lo que sucedió con los romances. Se hace una división entre el romancero viejo (conjunto de romances anónimos que se cantaban a finales de la Edad Media. Algunos se han conservado escritos a partir del S. XV y, sobre todo, en el S. XVI, recopilados bien en cancioneros con otros poemas, o en colecciones de romances llamadas romanceros impresos en pliegos sueltos) y el romancero nuevo (corpus de romances escrito por los poetas cultos de los siglos XVI y XVII que continúan cultivando el romance al calor de la revalorización culta de lo popular).

EL ORIGEN DE LOS ROMANCES

A finales de la Edad Media parece situarse en la descomposición de los grandes poemas épicos. Al segmentarse los largos versos de los cantares de gesta, los hemistiquios iniciales habrían dado lugar a los versos impares sin rima de los romances, mientras que los pares asonantados de estos procedían del segundo hemistiquio de los versos de la épica y de ahí que conserven la rima. La tendencia creciente de los cantares de gesta explicaría también la abundancia de temas épicos en el romancero viejo. El hecho de que sea difícil la distinción entre romances líricos y narrativos y que haya muchas características de la lírica tradicional en los romances, ha llevado a considerar el romancero como una parte de la lírica tradicional.

CARACTERÍSTICAS Y CLASIFICACIÓN

Los rasgos formales y estructurales del romance vienen condicionados por el modo de transmisión oral y por ese origen que lo emparenta con la canción popular y las gestas épicas. La recreación constante de los romances a través de su difusión oral hace que un mismo romance pueda tener numerosas variantes. Los recursos más comunes son las repeticiones, las enumeraciones, las antítesis, la alternancia de los tiempos verbales, el uso de fórmulas y epítetos épicos, el lenguaje arcaizante, la actualización de la acción mediante el adverbio ya o el presente histórico, las llamadas al oyente, los diálogos frecuentes, la sencillez sintáctica, la ausencia de símiles y metáforas complejas. Los romances se caracterizan por su aparente claridad y sencillez. Su poder expresivo y dramático se consigue mediante la concentración, la concisión, la compresión estilística y la sugerencia emocional. De ahí el fragmentarismo de los romances: en muchos, la acción se inicia y/o termina abruptamente; son característicos los comienzos in medias res y los finales truncados. Los romances son estructuras narrativas abiertas, con gran variedad de temas y motivos, lo que facilita la constante innovación de su transmisión oral. Temáticamente, suelen clasificarse los romances viejos en:

  • Romances de tema épico castellano (El rey Don Rodrigo, El Cid…)
  • Romances fronterizos y moriscos (desarrollan escaramuzas guerreras entre moros y cristianos en las tierras de frontera o cantan la caballerosidad y refinamiento de los moros)
  • Romances de tema épico francés (Carlomagno, Roldán…)
  • Romances novelescos y líricos (temas bíblicos, mitológicos, de historia clásica o puramente inventados).

LA POESÍA CORTESANA: EL AMOR CORTÉS

En el siglo XII surge en Provenza un tipo de poesía que tendrá gran influencia en toda Europa. Sus creadores son los trovadores y su tema, el amor. La novedad de esta poesía es considerar a la mujer como un ser superior al que el enamorado rinde culto y vasallaje, como si de un señor feudal se tratara. Este tipo de amor recibirá el nombre de amor cortés. En realidad, se trata de la transposición de las relaciones sociales del feudalismo al ámbito amoroso:

  • El poeta se declara siervo de la dama.
  • Este servicio o amor a la dama ennoblece el espíritu del enamorado.
  • La honestidad de la dama, normalmente casada, impide que pueda acceder a sus deseos; por ello, es acusada de cruel por el poeta.

Esta poesía influirá en la lírica gallega de los siglos XIII y XIV y es muy especial en la poesía catalana medieval. Su importancia será también grande en la poesía italiana de autores como Petrarca, cuya lírica tendrá asimismo gran influencia en la poesía europea de la Edad Media y dará lugar a toda una corriente literaria: el petrarquismo.

LOS CANCIONEROS CASTELLANOS Y ARAGONESES DEL SIGLO XV

Son colecciones de poesía compiladas bajo la protección de nobles o reyes y que corresponden a los nuevos gustos y costumbres cortesanos. Los cancioneros cumplen una clara función social. El noble ya no es solo guerrero y político, sino también cortesano, mecenas y cultivador él mismo, en muchos casos, del arte poético. Cancioneros muy importantes son el cancionero de Baena, el de Estúñiga, el Herberay des Essart y el Palacio. Todos son manuscritos; el primero impreso es el cancionero general, preparado por Hernando del Castillo con materiales de finales del S. XV. Los temas del cancionero son muy diversos, aunque predomina la temática amorosa, dentro de los conceptos habituales del amor cortés. No se trata de la poetización de un amor idealizado o literario, sino que tras la artificiosidad y dificultad de la poesía se esconden conceptos que rebosan erotismo y pasión sexual. De hecho, junto a la fina poesía cortesana, coexiste otro corpus que celebra sin ambages la alegre unión sexual. En cuanto a las características formales de la poesía cortesana, destaca la artificiosidad y la complicación: ambigüedad, sutileza, ingenio, un vocabulario muy restringido, el gusto por la paradoja y el concepto alambicado, y una métrica particular. Tres son los grandes poetas del cancionero: El Marqués de Santillana, Juan de Mena y Jorge Manrique. Cualquiera de ellos podría tomarse como modelo humanista prerrenacentista: nobles, caballeros, grandes cultivadores de las letras…

ÍÑIGO DE MENDOZA, MARQUÉS DE SANTILLANA (1398-1458)

En su producción literaria destacan poemas alegóricos al estilo de la Divina Comedia de Dante, como el Infierno de los enamorados o la Comedia de Ponza, así como los Sonetos fechos al itálico modo, intento fallido de adaptar al castellano el endecasílabo italiano y también poemas de inspiración popular, como sus famosas Serranillas.

JUAN DE MENA (1411-1456)

Llegó a viajar a Roma, donde estuvo en contacto con el humanismo. Su poesía, sin embargo, está lejos del ideal renacentista de la claridad y sencillez expresivas. Por el contrario, la complicación, la oscuridad, el artificio, el lenguaje latinizante y la abundante erudición son las características de sus obras, entre las que destaca el Laberinto de Fortuna o Las trescientas, extenso poema alegórico compuesto de estrofas de arte mayor.

JORGE MANRIQUE (1449-1479)

De la obra poética que se ha conservado de Jorge Manrique, la mayoría es una poesía amorosa, junto a la que hay tres poemas burlescos y de carácter moral, Las Coplas a la muerte de su padre y dos estrofas de un poema inacabado.

COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE

Son una elegía en la que la experiencia dolorosa de la desaparición de Rodrigo Manrique conduce al poeta a una meditación en torno a la vida y la muerte, tras la que propone a su padre como modelo de caballero cristiano. Las coplas se sitúan dentro de una extensa corriente literaria que se ocupa del tema de la muerte. Esta literatura no hacía sino reflejar la permanente preocupación por la muerte que se sentía en el convulso período de la Baja Edad Media. Se extiende entonces una visión macabra y truculenta de la muerte que provoca pavor, corrompe lo que había sido bello y destruye las glorias que se levantaron en vida. Sin embargo, las Coplas se alejan de la frialdad cultista y cargada de erudición que pesaba en este tipo de poemas, y se llenan de emoción y de un sentimiento que acercan sus versos a la sensibilidad de cualquier época. Jorge Manrique desecha la visión siniestra ofrecida por las Danzas de la muerte, va a recoger una serie de ideas que no son sino lugares comunes en su momento:

  • El menosprecio de la vida terrena, la cual solo tiene valor porque procura la vida eterna en el cielo.
  • La convención de ubisunt, interrogación retórica en la que se pregunta dónde han ido a parar aquellos ilustres personajes famosos por sus glorias. Se trata de un tópico de origen bíblico y lo utiliza para explicar que la vida limitada solo tiene sentido para la vida terrena.
  • La inestabilidad de la Fortuna de Juan de Mena o Bías contra Fortuna del Marqués de Santillana. Con esta preocupación enlazaba la literatura de los casos de los hombres poderosos y excelsos.
  • La presencia igualadora de la muerte implacable. Destaca su poder igualitario: la vida humana crea diferencias, pero la muerte iguala a todos los seres humanos. Destaca su aparición inoportuna: su llegada es imprevisible y aparece de manera inesperada e ineludible. En consonancia con el tópico de la consolación, Manrique no presenta la muerte como un ser terrible o pavoroso y la convierte en una dama mensajera de una vida mejor que se dirige cortésmente a don Rodrigo y le anima a que acepte su destino con felicidad y entereza, pues va a ir al cielo.
  • Tempus fugit. El tiempo transcurre inexorablemente y nos conduce a la muerte. El tiempo es inaprensible e irreversible: se nos escapa de las manos.
  • La existencia de tres vidas: la terrena, la de la fama y la eterna.
  • La vida como río: la conocidísima imagen del poema que equipara la vida como un río: curso del río: la vida; desembocadura: muerte. Identificación del caudal con la riqueza del ser humano: río grande: ricos, río mediano: medianos, río chico: pobres.

La estructura de las coplas se puede dividir en tres partes:

  • Primera parte: (1-13) estrofas, en ellas el poeta reflexiona sobre la fugacidad de las cosas terrenales y expone la visión cristiana de la vida, atenta siempre a la eternidad.
  • Segunda parte: (14-24) ejemplifica este carácter transitorio de lo mundano. Se trata del ubisunt, característico de la literatura funeral, pero con la originalidad de que se mencionan solo ilustres personajes de la historia castellana reciente.
  • Tercera parte: (25-40) la constituye la glorificación de Rodrigo Manrique, ejemplo de noble cristiano. Esta última parte viene a modificar la visión de la muerte aniquiladora de todo lo vivo expuesta en las primeras veinticuatro estrofas. Rodrigo Manrique llega a triunfar con su fama sobre la muerte. Así, la amargura le deja paso a un cierto sentimiento de gozo por la vida de optimismo que consuela al hombre en su destino mortal. (Se considera la muerte como un trámite natural; la muerte es una mujer de blanco que da consolación a quien muere).

Métricamente

El poema está escrito en coplas de pie quebrado formadas por 2 sextillas con una rima independiente: 8a, 8b, 4c, 8a, 8b, ac.

Estilo

Destaca su sencillez, lejos de la grandilocuencia y la afectación de la poesía del momento, destacando por su naturalidad estilística y el lenguaje llano. El lenguaje poético, además, profundiza en la búsqueda de nuevas formas: la concisión, las figuras de dicción, las antítesis, los juegos conceptuales, el recurso a la propia experiencia vital en la expresión poética, alejándose de la abstracción y el uso original de las imágenes que, aunque tomadas de la tradición y con procedentes en su empleo literario, sirven para poetizar unas reflexiones sobre la vida y la muerte bastante extendidas en las predicaciones y la literatura didáctica.

LA PROSA DEL SIGLO XV

Durante este siglo, el desarrollo de la prosa en castellano es muy notable. Son numerosos los libros escritos en prosa y muy variados los temas que se tratan. La lengua romance gana en complejidad y se va convirtiendo en una lengua de cultura válida para la expresión de todo tipo de saber.

– PROSA DE FICCIÓN

Las narraciones sentimentales: “Cárcel de amor” de Diego de San Pedro.

Los libros de caballería: “Libro del Caballero Zifar”, “Tirant lo Blanch” y “Amadís de Gaula” de Garci Rodríguez de Montalvo.

Los libros de caballería son los libros de aventuras protagonizados por caballeros, de origen noble, modelo de virtudes cristianas y fiel enamorado cuya misión es restablecer el orden y proteger a los indefensos. Estos relatos normalmente se estructuran en torno a un viaje lleno de aventuras, en el que se enfrentan a innumerables dificultades, incluidos elementos sobrenaturales, como dragones, hechizos… hasta el regreso feliz al punto de partida. Estos héroes y la imagen del mundo que transmiten están muy idealizados y sujetos a unas convenciones formales muy estrictas, como corresponde a los nuevos gustos de la nobleza.

EL TEATRO EN EL SIGLO XV

Teatro religioso

En el siglo XV, al hilo del interés de los nobles por la cultura tradicional, surge en las cortes el gusto por el teatro religioso. Conservamos algunos dramas religiosos como son: dos obras de los “ciclos de Navidad y de la Pasión” de Gómez Manrique, y “Auto de la Pasión” de Alfonso del Campo.

Teatro profano

En su aparición es fundamental el refinamiento en los gustos de la nobleza, que comienza a dar acogida en los palacios a las representaciones dramáticas. En esta transformación tiene una enorme importancia la labor del primer gran autor teatral castellano, Juan del Encina. Lo más característico de su teatro es la utilización de personajes campesinos que hablan un lenguaje rústico y chistoso. Obras de J. del Encina: Zambordo y Cardonio, la Égloga de Plácido y Victoriano, entre otras.



Ser/estar: be, was/were, been; golpear: beat, beat, beaten; llegar a ser/convertirse: become, became, become; empezar: begin, began, begun; doblar(se): bend, bent, bent; apostar: bet, bet, bet; morder: bite, bit, bitten; sangrar: bleed, bled, bled; soplar: blow, blew, blown; romper: break, broke, broken; traer: bring, brought, brought; construir: build, built, built; quemar: burn, burnt, burnt; reventar/estallar: burst, burst, burst; comprar: buy, bought, bought; coger/agarrar: catch, caught, caught; elegir: choose, chose, chosen; venir: come, came, come; costar: cost, cost, cost; comerciar/tratar: deal, dealt, dealt; cavar: dig, dug, dug; hacer: do, did, done; dibujar: draw, drew, drawn; soñar: dream, dreamt, dreamt; beber: drink, drank, drunk; conducir: drive, drove, driven; comer: eat, ate, eaten; caer(se): fall, fell, fallen; alimentar: feed, fed, fed; sentir(se): feel, felt, felt; luchar/pelear: fight, fought, fought; encontrar: find, found, found; volar: fly, flew, flown; prohibir: forbid, forbade, forbidden; olvidar: forget, forgot, forgotten; perdonar: forgive, forgave, forgiven; congelar(se): freeze, froze, frozen; conseguir/llegar: get, got, got; dar: give, gave, given; ir: go, went, gone; crecer/cultivar: grow, grew, grown; colgar: hang, hung, hung; tener: have, had, had; oír: hear, heard, heard; esconder(se): hide, hid, hidden; golpear/pegar: hit, hit, hit; sujetar: hold, held, held; herir/doler: hurt, hurt, hurt; guardar/mantener: keep, kept, kept; saber/conocer: know, knew, known; poner/extender: lay, laid, laid; guiar/conducir: lead, led, led; aprender: learn, learnt, learnt; dejar: leave, left, left; prestar: lend, lent, lent; permitir/dejar: let, let, let; tumbarse: lie, lay, lain; mentir: lie, lied, lied; encender: light, lit, lit; perder: lose, lost, lost; hacer/fabricar: make, made, made; significar: mean, meant, meant; conocer a/quedar con: meet, met, met; pagar: pay, paid, paid; poner: put, put, put; leer: read, read, read; montar: ride, rode, ridden; llamar: ring, rang, rung; elevarse: rise, rose, risen; correr: run, ran, run; decir: say, said, said; ver: see, saw, seen; vender: sell, sold, sold; enviar: send, sent, sent; colocar: set, set, set; coser: sew, sewed, sewn; agitar: shake, shook, shaken; brillar: shine, shone, shone; disparar: shoot, shot, shot; mostrar/enseñar: show, showed, shown; cerrar: shut, shut, shut; cantar: sing, sang, sung; hundirse: sink, sank, sunk; sentarse: sit, sat, sat; dormir: sleep, slept, slept; oler: smell, smelt, smelt; hablar: speak, spoke, spoken; deletrear: spell, spelt, spelt; gastar: spend, spent, spent; derramar(se): spill, spilt, spilt; arruinar/estropear: spoil, spoilt, spoilt; untar: spread, spread, spread; saltar: spring, sprang, sprung; estar de pie: stand, stood, stood; robar: steal, stole, stolen; pegar: stick, stuck, stuck; picar: sting, stung, stung; jurar: swear, swore, sworn; barrer: sweep, swept, swept; nadar: swim, swam, swum; coger: take, took, taken; enseñar: teach, taught, taught; romper: tear, tore, torn; decir: tell, told, told; pensar: think, thought, thought; tirar: throw, threw, thrown; comprender: understand, understood, understood; despertar(se): wake up, woke up, woken up; llevar puesto (ponerse): wear, wore, worn; ganar: win, won, won; escribir: write, wrote, written.