Vanguardias Europeas e Hispánicas del Siglo XX: Características y Representantes

Vanguardias Europeas e Hispánicas del Siglo XX: Un Recorrido por la Innovación Artística

Novecentismo y Vanguardias: Contexto y Características

El Novecentismo, movimiento cultural de la segunda década del siglo XX, se opone a la estética del siglo XIX. Sus características giran en torno a la idea central del racionalismo:

  • Antirromanticismo: Rechazo de lo sentimental y lo pasional.
  • Defensa del arte puro, con valor en sí mismo.
  • Búsqueda de un público minoritario.
  • Estilo pulcro y depurado.

Paralelamente, en Europa surgen las vanguardias, que proponen una ruptura radical con el siglo XIX. Novecentismo y vanguardias se superponen en el tiempo. El periodo de entreguerras (1918-1939) es un momento de gran fertilidad en innovaciones artísticas y experimentación estética. De esta búsqueda surgen los movimientos de vanguardia, también llamados “ismos”.

Los “Ismos”: Ruptura y Experimentación

Los “ismos” son experimentos artísticos que proponen un arte radicalmente distinto y original. Se presentan como movimientos rupturistas, provocadores y minoritarios. Suponen una ruptura en todos los ámbitos artísticos, incluyendo el pensamiento. La crisis social y espiritual en Europa favoreció una salida artística que rompiera la relación de la obra con la realidad y propusiera una nueva forma de comunicación.

Afectan a las artes y a la literatura. Aunque la mayoría fueron efímeros, algunos como el Surrealismo (en literatura) y el Cubismo (en pintura) marcaron pautas para la evolución del arte en el siglo XX. Para ellos, la revolución estética forma parte de un cambio moral y social más profundo. Cambian sustancialmente el modo de comunicar artísticamente.

Aunque los “ismos” son diversos, comparten dos características comunes:

  1. Ruptura con la realidad y la lógica.
  2. Búsqueda y exploración continuas de formas nuevas y sorprendentes.

Las artes, más que en ningún otro periodo histórico, deben estudiarse juntas. A continuación, se detallan los ismos vanguardistas más relacionados con la literatura:

Futurismo

Admira el progreso y rechaza el pasado. Surge en Italia con Filippo T. Marinetti, cuyo manifiesto declara su antirromanticismo. Sustituye la tradicional expresión de belleza por elementos como las máquinas, reivindicando un arte dinámico, vitalista e iconoclasta. Literariamente defiende “una escritura en libertad” y aporta temas inéditos hasta entonces considerados antipoéticos (por ejemplo, en el grupo del 27, Pedro Salinas toma como motivos poéticos la máquina de escribir o la bombilla eléctrica).

Cubismo

Tiene mayor rendimiento en la pintura con Picasso, Braque y Juan Gris. Su “manifiesto” es pictórico. La pintura cubista descompone la realidad y la recompone desde una óptica diferente, fuera de toda lógica, con un desorden voluntario para manifestar lo caótico de esa realidad. Esta perspectiva también tiene su repercusión en la literatura con la poesía visual. Su máximo representante fue Guillaume Apollinaire con su obra Caligramas. El poema se convierte en un objeto autónomo y visual, libre de descripciones, narraciones y contenido sentimental. En el ámbito hispánico estuvo muy ligado al Creacionismo.

Dadaísmo

Promovido por el artista húngaro Tristan Tzara en 1916. Es el movimiento de vanguardia más iconoclasta y efímero. No sobrevivió a su manifiesto: el manifiesto es el movimiento en sí mismo. Se define como el anti-arte y la anti-literatura. Protesta y se burla de todas las convenciones. Propone lo absurdo, reivindica lo lúdico. En literatura llega a proponer la destrucción del lenguaje.

Surrealismo

Es el movimiento más importante. Surge derivado del movimiento Dadá y explota literaria y artísticamente un nuevo campo: el de los sueños, a partir de los estudios sobre la mente de Freud. En su primer Manifiesto se explica que la vida tal y como la entendemos no sirve como materia artística. Se impone buscar una superrealidad que se encuentra en el mundo onírico. Su lema es “transformar la vida”.

Pretende liberar la expresión, y su cauce idóneo es la poesía: el artista debe crear al margen del pensamiento lógico, practicando la “escritura automática”, sin reflexión ni plan, combinando azarosamente las palabras. El resultado es un lenguaje no sometido a las normas lógicas, asociaciones inéditas de palabras, creación de imágenes irracionales y oníricas. El Surrealismo supone una rehumanización del arte, con una gran carga emotiva en el lenguaje.

Las Vanguardias Hispánicas

En España, el Surrealismo se conoció y desarrolló pronto. Es el movimiento que más influye en la literatura española, especialmente en la poesía. Algunos poetas del grupo del 27 reorientan su poesía hacia el Surrealismo. Sin embargo, el Surrealismo español no es puro ni ortodoxo, pues no llega a la escritura automática ni a la asociación arbitraria de palabras. La expresión de los poetas españoles se libera y su lenguaje poético se enriquece con la imagen (irracional e inexplicable) y el uso del verso libre o versículo. Los poetas del 27 desarrollaron un surrealismo humano.

El surrealismo puso fin a todas las vanguardias, al ideal de poesía pura. Tiñó a la poesía de humanidad y la convirtió en impura, la dotó otra vez de sentimientos, fue incluso social.

La influencia de las vanguardias generó movimientos propios en el ámbito hispánico:

Ultraísmo

Movimiento de vanguardia genuinamente español con el lema “ULTRA”. Propone la renovación total, “ir más allá”. Jorge Luis Borges y Guillermo de la Torre fueron poetas ultras. La belleza se encuentra en el propio poema, que es bello en sí mismo, no por lo que representa, y no tiene sentimentalismo. Se elimina el compromiso ético y, en ocasiones, deriva en chistes frívolos. Fue breve, pero asentó las bases de la nueva estética del 27.

Creacionismo

Versión hispánica del cubismo literario, iniciado por el chileno Vicente Huidobro. Surgió a partir del cubismo y tuvo su plenitud entre 1918 y 1923. Rechaza la poesía modernista y propone la poesía pura. La base compositiva es la sucesión de imágenes yuxtapuestas, como la pintura cubista. El poeta debe crear un mundo nuevo, que prescinde de lo anecdótico. Se difundió a través de revistas como Grecia, Cervantes y Tablero.

Ramón Gómez de la Serna y las Greguerías

Ramón Gómez de la Serna es el vanguardista por excelencia. Creó un nuevo género literario: las greguerías. Tratan diferentes temas y se construyen con recursos literarios variados (metáfora, símil, paronomasia, personificación, etc.). Destacan por ofrecer una perspectiva de la realidad acorde con la visión de su creador: un mundo absurdo solo se puede captar de forma incoherente y humorística.

Vanguardias en la Novela y el Teatro

La novela vanguardista se sitúa en la narrativa de principios del siglo XX. Los novelistas del Novecentismo tienen un ideario literario regido por un racionalismo a ultranza, alejándose del sentimentalismo. El ideal de la “obra bien hecha” lleva a un arte que se preocupa más de la forma que del fondo. Se persigue el estilo pulcro y depurado.

En el teatro, los intentos de renovación estuvieron alejados del éxito de público. El mayor logro innovador fue el esperpento de Valle-Inclán, que tampoco gozó del favor del público, aunque posteriormente se ha reconocido el valor de sus obras.