Vanguardias y Novecentismo: Dos Corrientes Artísticas del Siglo XX

Las Vanguardias

Las Vanguardias, un conjunto de diversas tendencias o “ismos”, surgieron como respuesta a movimientos anteriores, impulsadas en parte por la Primera Guerra Mundial. Comparten rasgos con el Novecentismo, pero se distinguen por ser más violentas, llamativas y radicales. En España, Ramón Gómez de la Serna fue su principal impulsor.

Características principales de las Vanguardias:

• Internacionalismo
• Desprecio por lo tradicional
• Público minoritario y culto
• Libertad absoluta del artista
• Uso de metáforas y humor

Algunos de los movimientos vanguardistas más destacados fueron:

• Futurismo (Marinetti, 1909): Se caracteriza por el uso de temas modernos como las máquinas, el avión y la energía. En el estilo, se observa una notable rapidez verbal y dinamismo.
• Cubismo (Guillaume Apollinaire, 1913): Propone descomponer la realidad para realizar creaciones libres.
• Dadaísmo (Tristan Tzara, 1916): Representa la rebeldía pura contra la lógica, la estética y todos los preceptos establecidos anteriormente. Su ideal es liberar “la fantasía de cada individuo”. Su función artística fue preparar el camino para el Surrealismo.
• Surrealismo (André Breton): Se centra en la suprarrealidad, prescindiendo de la lógica, la estética y, en ocasiones, de la sintaxis. Promulga la escritura automática, liberadora del subconsciente. En España, Juan Larrea fue el encargado de su difusión. Este movimiento fue crucial para autores de la Generación del 27 como Alberti y Lorca.
• Ultraísmo (Guillermo de la Torre): Implica la ruptura de las convenciones, eliminando la rima, la puntuación ortográfica, los nexos y los adjetivos innecesarios. Se caracteriza por la exaltación de lo moderno, la eliminación de lo sentimental y la ruptura del discurso lógico. Autores destacados incluyen a Pedro Salinas, Gerardo Diego y Jorge Guillén.
• Creacionismo (Vicente Huidobro y Pierre Reverdy): Busca que la poesía no imite ni interprete la realidad, sino que cree una nueva realidad abstracta. Se observa una importante renovación léxica. Gerardo Diego fue el poeta más influyente de este movimiento.

Finalmente, cabe destacar a Ramón Gómez de la Serna y sus greguerías, sátiras llenas de metáforas humorísticas.

El Novecentismo

Tras la Primera Guerra Mundial, surgió un movimiento artístico conocido como Generación del 14 o Novecentismo, que llegaría a su fin hacia 1930. Sus características principales son:

• Rechazo a lo romántico, acercándose a lo clásico y sereno (intelectualismo)
• Abandono del tono apasionado
• Arte puro (pulcritud, precisión, placer estético)
• Literatura culta, escrita para minorías
• Europeísmo, apertura a nuevas ideas
• Renovación literaria (incorporación de cultismos y tecnicismos, uso de la derivación y de la metáfora)

En cuanto al estilo, es muy cuidado, mostrando una gran preocupación por el lenguaje.

La prosa novecentista

Dentro de la literatura novecentista, la prosa fue el género más desarrollado.

El ensayo

En el ensayo, encontramos autores como:

• Eugenio D’Ors (1882-1954): Junto a Ortega, fue difusor de las novedades intelectuales. Destacan sus breves comentarios recogidos en Glosario (1906), aunque su obra más importante es Oceanografía del tedio (1916).
• Gregorio Marañón (1887-1960): Médico liberal que estudió figuras históricas y literarias en sus ensayos, como Conde-Duque de Olivares o Don Juan.
• Manuel Azaña (1880-1940): Político liberal e intelectual, autor de La velada de Benicarló (1937), obra que destaca por su transparencia y firmeza.
• José Ortega y Gasset (1883-1956): Escribió numerosos ensayos debido a su actividad como filósofo. Se pueden dividir en tres grupos: filosóficos (¿Qué es filosofía?), políticos y sociales (España invertebrada y La rebelión de las masas) y artísticos (La deshumanización del arte).

La novela

En la novela, se distinguen dos líneas: autores que continúan con preceptos de etapas anteriores (Concha Espina, Ricardo León) y aquellos que renuevan la novela, algunos manteniendo el modelo del Realismo. Se clasifican en varios grupos:

• Novela lirista: Gabriel Miró (1879-1930) destacó por su gran dominio del lenguaje, que usó para captar sensaciones. Su prosa era muy elaborada y destaca la descripción. Obras notables incluyen Nuestro Padre San Daniel (1921) y El obispo leproso (1926).
• Novela intelectual: Ramón Pérez de Ayala (1880-1962) se centraba en las ideas y problemas de los personajes. Su obra se divide en dos ciclos: el primero, con influencia del 98, incluye Tinieblas en las cumbres (1907); el segundo ciclo incluye Tigre Juan (1926).
• Novela de humor: Wenceslao Fernández Flores (1884-1964) utilizó el humor metafórico como instrumento de crítica social, un humor intelectual y negro. Su obra más importante es Volvoreta (1917), aunque también destaca El bosque animado (1943) por su lirismo en prosa.
• Novela deshumanizada: Benjamín Jarnés (1888-1949) abordaba los problemas de la vida y la personalidad. El argumento pierde importancia en favor de la descripción de la atmósfera. Es una novela compleja e intelectual. Destaca Locura y muerte de nadie (1929).

La poesía novecentista: Juan Ramón Jiménez

En la poesía, encontramos a Juan Ramón Jiménez (1881-1958), un poeta hermético y difícil que concebía la poesía como el deseo de la belleza, el conocimiento y la eternidad. Dividió su producción en etapas:

• Etapa sensitiva (hasta 1915): Fase modernista y de aprendizaje. Destaca Soledades, galerías y otros poemas (1907).
• Etapa intelectual (1916-1936): Se aleja de la prosa modernista y escribe poemas breves. Representada por Campos de Castilla (1912).
• Etapa suficiente (desde 1936): Poesía más difícil y simbólica. El tema principal es el concepto de Dios, interpretado de forma artística. La obra más importante es Nuevas canciones (1924).

Tras los años de la Gran Guerra, un espíritu rebelde y polémico surgió de manera universal en Europa, marcando la entrada de otra corriente artística.