Jean-Philippe Rameau, Johann Sebastian Bach y Georg Friedrich Händel: Maestros del Barroco

Jean-Philippe Rameau

Jean-Philippe Rameau fue el músico francés más importante del siglo XVIII. Su carrera difiere de la de cualquier otro compositor eminente de la historia. Prácticamente desconocido hasta los 40 años, llamó la atención primero como teórico y después como compositor. Recibió sus enseñanzas musicales de su padre, organista en Dijon. Publicó su famoso Traité de lharmonie en 1722. La vida cultural de Francia, a diferencia de Alemania e Italia, se concentraba únicamente en la capital, siendo la ópera el único camino para la fama en la composición musical. Por su fama de teórico, la gente no creía que alguien tan erudito pudiera escribir música placentera. No obstante, su fama como maestro y organista empezó a atraer discípulos. En 1731, Rameau fue acogido bajo la protección de La Pouplinière, el principal mecenas de la música en Francia.

Rameau bajo el mecenazgo de La Pouplinière

Rameau fue organista, director y compositor residente en su residencia entre 1731 y 1735. Debía componer o preparar música no solo para conciertos e iglesia, sino también para bailes, obras de teatro, celebraciones, cenas, ballets y toda suerte de ocasiones especiales. Bajo este mecenazgo, Rameau compuso las óperas necesarias para ser famoso en París: Hippolyte et Aricie, Les Indes galantes, Castor et Pollux, Les Fetes d’Hebe ou les Talents lyriques y Dardanus. Estas obras desataron una división entre los intelectuales y críticos: unos defendían a Rameau y otros la música al estilo de Lully. La música de Rameau se tildó de abstrusa, difícil, forzada, grotesca, densa, mecánica y antinatural; en una palabra: barroca. Su creciente popularidad quedó testimoniada por el número de parodias de sus óperas que aparecieron en los teatros de París, imitaciones o adaptaciones ligeras y familiares del habitual.

Johann Sebastian Bach

La carrera de Johann Sebastian Bach, escasa en grandes acontecimientos, fue similar a la de muchos buenos funcionarios musicales de su época en la Alemania luterana. Bach sirvió como organista en Arnstadt y Mühlhausen, fue organista de la corte y luego maestro de capilla en Weimar, director musical en la corte del príncipe de Cöthen y, finalmente, maestro de capilla de la escuela de Santo Tomás y director musical en Leipzig. Este último cargo era de considerable importancia en el mundo luterano. Gozó de fama en la Alemania protestante como virtuoso del órgano y autor de eruditas obras contrapuntísticas, pero había al menos media docena de compositores contemporáneos más conocidos que él en Europa. Su familia, oriunda de Turingia, produjo en el transcurso de seis generaciones un número extraordinario de buenos músicos. Bach recibió su primera instrucción musical de su padre, músico de la ciudad de Eisenach, y de su hermano mayor Johann Christoph, organista y discípulo de Pachelbel. Estudió la música de otros compositores copiando o arreglando sus partituras, costumbre que conservó toda su vida. Así conoció los estilos de la música de Francia, Italia, Alemania y Austria. Bach compuso en todos los géneros practicados en su época, excepto la ópera. En la medida en que escribía primordialmente en respuesta a los requisitos de su situación, sus obras pueden agruparse de acuerdo con los mismos. Así, en Arnstadt, Mühlhausen y Weimar, donde estuvo empleado para tocar el órgano, la mayor parte de sus composiciones están dedicadas a este instrumento. En Cöthen, donde no tuvo relación con la música religiosa, el grueso de sus obras fue escrito para clave o conjuntos instrumentales, para la enseñanza o el entretenimiento doméstico y cortesano. El período más productivo en cantatas y otras músicas eclesiásticas fue el de sus primeros años en Leipzig.

Música Instrumental de Bach

La amalgama de estilos italiano y alemán tiene su ejemplo más completo en los seis Conciertos de Brandenburgo, que Bach compuso en Cöthen y dedicó al margrave de Brandenburgo en 1721. En ellos, Bach adoptó el habitual orden en tres movimientos (rápido-lento-rápido) del concierto italiano. Sus temas triádicos, sus ritmos de impulso constante y la forma con ritornello de los movimientos allegros son también de origen italiano. Como de costumbre, Bach transfiguró todos estos elementos intensificando la integración temática de soli y tutti, ampliando la forma con recursos como las prolongadas cadenzas e introduciendo elaboradas fugas. Además de estos concerti grossi, Bach escribió dos conciertos para violín solo y el concierto en Re menor para dos violines. Fue uno de los primeros en concebir conciertos para clave. Hay siete para clave solo y orquesta, tres para dos claves, dos para tres claves y uno para cuatro claves (este último es una transcripción de un concierto de Vivaldi para 4 violines).

Música Vocal de Bach

Leipzig era una floreciente ciudad comercial, destacado centro de impresiones y ediciones, y sede de una antigua universidad. Tenía un buen teatro y otro dedicado a la ópera. Además de las capillas de la universidad, había en Leipzig cinco iglesias; las más importantes eran las de San Nicolás y Santo Tomás, de cuya música era responsable Bach. La escuela de Santo Tomás era una antigua institución que admitía tanto alumnos externos como internos. Otorgaba 55 becas para niños y jóvenes, los cuales, a cambio, estaban obligados a cantar o tocar en los servicios de cuatro iglesias de Leipzig; por consiguiente, se escogían según su destreza musical.

Pasiones

La culminación de la obra de Bach como músico religioso la alcanzó con sus versiones musicales de la Pasión según san Juan y san Mateo. De estructura similar, son los ejemplos que culminan la tradición del norte de Alemania de la puesta en música de la Pasión evangélica según el estilo del oratorio. Para la Pasión según san Juan, además del evangelio, Bach acudió a textos del popular poema de la Pasión de H. B. Brockes, a los que añadió algunos versos propios. La Pasión según san Mateo, para doble coro, solistas, doble orquesta y dos órganos, es un drama de grandeza épica. El tratamiento es el más noble e inspirado de este tema en todo el ámbito de la música. Su texto pertenece al Evangelio de San Mateo, expuesto en recitativos solísticos y coros, y su narración se ve entremezclada con corales, un dúo y numerosas arias. El coral de la pasión aparece cinco veces, en diferentes tonalidades y en cuatro distintas armonizaciones a cuatro voces.

Georg Friedrich Händel

Comparado con Vivaldi, Rameau y Bach, cada uno absorbido por su propia tradición nacional, Händel (1685-1759) fue un compositor totalmente internacional. Esos atributos maduraron en Inglaterra, tierra por entonces la más favorable para el desarrollo de semejante estilo cosmopolita. Además, Inglaterra aportó la tradición coral que posibilitó los oratorios de Händel. La influencia de Vivaldi sobre el mundo musical fue inmediata, a pesar de morir totalmente olvidado en 1741. Händel gozó de renombre internacional en vida y su fama jamás se eclipsó, al menos gracias a sus oratorios, en las generaciones sucesivas. No había músicos en la familia de Händel, pero el talento del niño era tan pronunciado que su padre admitió que recibiera lecciones de Friedrich Wilhelm Zachow, organista de la iglesia de Halle, ciudad natal del compositor. Así se convirtió en un competente organista y clavecinista, estudió violín y oboe, y se familiarizó con la música alemana e italiana copiando partituras. A los 18 años fue nombrado organista de la catedral, puesto que abandonó casi de inmediato para dedicarse a la ópera, para lo que se trasladó a Hamburgo (capital de la ópera alemana). Compuso su primera ópera, Almira, que se presentó en 1705.

Los Oratorios de Händel

Los oratorios en inglés de Händel constituyeron un nuevo género que no se puede comparar ni con el oratorio en italiano ni con las óperas que componía para Londres. El cultivado en Italia en el siglo XVIII apenas si es otra cosa que una ópera con argumento sacro, presentado en concierto en vez de un escenario. Un ejemplo de esto es La Resurrección (1708). Con sus oratorios en inglés continuó con esta tradición al convertir los diálogos en recitativo y los versos líricos en arias. La mayor parte de estas arias se asemeja en aspectos importantes (forma, estilo musical, etc.) a sus óperas.