Arquitectura e Ingeniería: Revolución Industrial y Nuevos Materiales
Finales del Siglo XIX y Principios del XX
A finales del siglo XIX y principios del XX, el proceso de industrialización tuvo una gran repercusión en las ciudades. Estas crecieron mucho y rápidamente, por lo que había necesidad de construir numerosos inmuebles y crear nuevos edificios. Es el inicio de la ciudad moderna, cosmopolita e industrial.
Surge la Arquitectura Industrial (Segunda Mitad del Siglo XIX)
La arquitectura industrial se basa en el uso de los nuevos materiales tecnológicos: hormigón armado, acero, cristal o hierro se unen y permiten construir edificios más ligeros y grandes. Estos materiales permiten pocos soportes, lo que hacía posible abrir grandes espacios y rellenar los muros con cristal. Otra ventaja es que permiten construir con rapidez puesto que se podían utilizar piezas prefabricadas.
Su uso se difundió a través de las exposiciones organizadas por distintos países. Este fue el caso de la primera Exposición Universal de Londres y su emblemático Palacio de Cristal, el primer edificio construido con una estructura de piezas de acero prefabricadas. Como eje central tenía un pilar de hierro fundido, y los muros y cerramientos eran de cristal.
La Torre Eiffel es el mayor exponente de la arquitectura industrial. Se creó como ejemplo de fusión entre arte y técnica. Se ubicó como gran arco de entrada a la Exposición Universal de 1889. Su autor, Gustave Eiffel, era experto en construcciones de hierro.
Las Resistencias: El Historicismo
La nueva arquitectura tardó en ser aceptada por amplios sectores que la consideraban poco artística, fea y carente de atractivo. Se desarrolló la arquitectura historicista, que engloba aquellas creaciones del pasado. Los distintos estilos comenzaran con el término “neo”: neogótico, neorrománico, neobizantino, neomudéjar… Ejemplos de ello son el Parlamento inglés (neogótico) y la Ópera de París (neobarroco). En ocasiones se mezclaban estilos diferentes, dando lugar al eclecticismo.
La Escultura: Auguste Rodin
Auguste Rodin fue una figura capital en la escultura del siglo XIX. Rodin libera a la escultura del academicismo y la dota de expresión interior. Su viaje a Italia le permitió profundizar en el movimiento y el vigor de Miguel Ángel y Donatello.
Creó un estilo de gran plasticidad, como se aprecia en El Pensador, en el que la acción de pensar se refleja en cada uno de sus músculos. Esta obra debía coronar Las Puertas del Infierno. En bronce o mármol, refleja, con un modelado de formas suaves y simplificadas, todas las pasiones humanas. El Beso transmite sensualidad, y Los Burgueses de Calais representa a un grupo de ciudadanos abatidos por su derrota ante los ingleses.
La Pintura: del Romanticismo al Inicio de las Vanguardias
La Pintura Romántica: Figuras y Paisajes
Tras el neoclasicismo, el romanticismo se impone en Europa entre 1825 y 1875. El paisaje es uno de los temas preferidos y alcanza entidad propia. A través de él, el artista expresa sus estados de ánimo y emociones, introduciendo elementos de fantasía. Los viajes a destinos exóticos serán una fuente de inspiración. La figura humana se representa con realismo, cuidando al máximo el ambiente y los detalles. El colorido destaca sobre el dibujo con pinceladas y grandes contrastes.
Théodore Géricault
Uno de los grandes pintores románticos, su obra se caracteriza por la fuerte expresividad de sus escenas dramáticas, protagonizadas por gente anónima. Se inspiraba en hechos reales, como naufragios, que nacen de la observación directa de la realidad. Aborda los aspectos negativos de la sociedad industrial en su serie de grabados sobre la vida en Londres.
Eugène Delacroix
Pintor francés, en cuya obra destaca el sentimiento de exaltación nacionalista. En La Libertad guiando al pueblo representa el levantamiento del pueblo de París de 1830. El cuadro está encabezado por la alegoría de la libertad. Su colorido es de gran luminosidad y fuertes contrastes, con pequeñas pinceladas, técnica que tendrá influencia en los impresionistas. Otros temas que aborda son el sufrimiento humano y los temas exóticos de Oriente y Marruecos.
La Pintura Realista
Nació en Francia hacia 1840, en oposición a los excesos del romanticismo y ante la Revolución Industrial, el capitalismo y la explotación obrera. Se fundamenta en la representación objetiva de la realidad, sin idealismos, incluso con crítica social. Los temas populares ocupan un lugar destacado, al igual que los pintados al aire libre, que apenas aportan novedades. Se sirven de la fotografía para captar la realidad.
Gustave Courbet
Fue un revolucionario. La temática de su obra gira sobre la vida de obreros y campesinos, con un carácter político y social. Aporta una nueva visión, más realista, sobre lo cotidiano. Su obra es sobria, con predominio de tonos oscuros, con pinceladas que influirán en los impresionistas. Destacan El taller del pintor, Los picapedreros y El entierro en Ornans.
Jean-François Millet
Pintor realista francés, excelente retratista y dibujante, y uno de los primeros en integrar la temática campesina en el paisaje. Su amor a la naturaleza le sirve de escenario para plasmar a los campesinos franceses y sus tareas. A pesar de sus indumentarias sencillas, los campesinos están representados con nobleza y dignidad. Destacan Las espigadoras y El Ángelus.
El Impresionismo
En 1860, un grupo de pintores decide organizarse como grupo independiente como forma de supervivencia ante sus fracasos en las exposiciones. Su denominador común era el interés por el color y los reflejos de la luz en el paisaje, y pintar al aire libre en busca de las variaciones de la luz. Esta corriente, opuesta al arte académico y a los salones, donde se les rechazaba, debe su nombre al cuadro de Monet Impresión, sol naciente. El cuadro fue utilizado para calificar a todo el grupo como impresionista.
Sus integrantes dejaron los talleres para pintar al aire libre en busca de la captación del momento a través de la luz y del color. No mezclan el color en la paleta; su fusión se produce al espectador al mirar de lejos la composición. Sus temas son el paisaje, retratos o figuras y bodegones, pero como algo accesorio, ya que el interés está en la luz y su reflejo sobre los objetos, según la intensidad luminosa que recibe.
Édouard Manet
Da comienzo a la pintura moderna, al ser uno de los mayores precursores del impresionismo por su pincelada rápida que descompone en pequeños toques de color. En su primera época, recibe la influencia de Courbet, pero pronto se interesa por las variaciones de la luz. Sus obras muestran su admiración por Velázquez, Goya, Rafael y Tiziano. La presencia de desnudos entre figuras vestidas provocó escándalo en su época, como en sus obras El almuerzo en la hierba y Olympia.
Claude Monet
Conoce la pintura al aire libre, dedicándose al paisaje. Su obra Impresión, sol naciente está realizada por pinceladas rápidas y colores luminosos. Con la luz crea el color y la forma. Se centra en temas marinos, escenas fluviales y paisajes en los que refleja la variación creada por la luz a lo largo del día.